toda mi vida vivi una vida donde fui despresiada y sola pero ahora que e renacido en la hija de un duque disfrutaré esta segunda oportunidad como hija mimada del duque William valtorian
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capítulo 6 La fiesta
El duque William decidió llevar personalmente a Astrix al mercado. La acomodó en su carruaje pequeño, protegido por telas suaves, y caminó con ella entre los puestos.
—Hoy vamos a comprar algo especial para tu hermano Alexander —le dijo en voz baja, como si la bebé pudiera entender cada palabra—. Cumple cinco años, ¿verdad? Y quiero que su regalo también venga de ti.
[Bebé Astrix]
Me agité en sus brazos y solté un balbuceo. Mis manos se extendieron hacia un puesto lleno de juguetes de madera.
William lo notó y sonrió.
—¿Ese? ¿Quieres ese caballito? —preguntó, alzando una pequeña figura tallada.
Pero yo giré la cabeza y me incliné hacia un tren de juguete, pintado con colores vivos. Lo señalé con mi manita torpe.
—Oh… veo que tienes buen gusto, mi princesa. Alexander ama los trenes —dijo William con una sonrisa orgullosa—. Este será tu regalo para él.
El vendedor envolvió el tren y William se lo mostró a la bebé.
—Mira, Astrix, tú se lo darás. Él sabrá que piensas en él.
La mansión estaba decorada con guirnaldas y luces. Los invitados llegaban uno tras otro, con ropas elegantes. Alexander esperaba impaciente, rodeado de otros niños.
William entró con Astrix en brazos. La bebé agitaba las manitas, mirando los colores y los dulces sobre la mesa.
Alexander corrió hacia ellos.
—¡Papá! —exclamó—. ¿Y Astrix?
—Aquí está tu hermanita —respondió William, inclinándose para dejar a Astrix en los brazos de Alexander un momento.
Alexander la sostuvo con cuidado. Ella, con torpeza, estiró las manitas hacia el tren envuelto, y William lo entregó.
—Es tu regalo, de parte de Astrix.
Alexander abrió los ojos con sorpresa.
—¿De ella?
—Claro. Ella lo eligió en el mercado —dijo William con firmeza.
Alexander abrazó el tren y miró a la bebé con ternura.
—Gracias, hermanita… —susurró—. Eres la mejor.
[Bebé Astrix]
Sentí que él era feliz, y yo también lo estaba.
Mientras la fiesta continuaba, los niños corrían por el jardín. Astrix, cansada, fue llevada a un rincón a tomar aire fresco. La misma mujer de antes, vestida de manera sencilla, apareció cerca de ella.
Astrix la reconoció enseguida.
[Bebé Astrix]
¡Era ella! La que me había cuidado en el jardín días atrás. Su rostro distraído, su mirada que iba de un lado a otro… Ahora la llamaban con otro nombre: Elena, la madre de Alexander.
La bebé se agitó en brazos de la niñera, queriendo alcanzarla.
Elena, al darse cuenta, se detuvo un momento. La miró con esa misma mezcla de ternura y desconexión.
—Oh… tú otra vez —murmuró, casi como un pensamiento en voz alta.
Y aunque no dijo más, Astrix lo entendió a su manera: la mujer que la sostuvo como si nada en el jardín era, en realidad, la madre de su hermano Alexander.
La música llenaba el gran salón, luces de cristal iluminaban cada rincón y los invitados murmuraban con sonrisas ensayadas. William sostenía a Astrix en brazos, mostrándola con orgullo como su hija, mientras Alexander permanecía al lado de su madre, algo incómodo con la atención.
De pronto, las puertas se abrieron con firmeza. Un hombre alto, de cabellos rubios dorados como el sol, avanzó con porte regio. Sus ojos, azul profundo, atrapaban la atención de todos con solo mirarlos. Iba acompañado de un pequeño niño que rondaba los dos años, inquieto y curioso.
—Su Alteza Bartolomeo lumeria, el Príncipe Daniel de Lumeria —anunció el heraldo.
Las damas inclinaron la cabeza, los nobles se tensaron, y William apretó un poco más a Astrix, que con sus ojitos grandes parecía reconocerlo con un interés extraño, como si su corazón recordara algo que su cuerpo no entendía.
bartolomeo sonrió levemente, acercándose al duque.
—Valtorian, hace tiempo no coincidíamos —dijo con tono sereno pero firme.
Luego, bajando la mirada hacia la bebé, añadió—: Y esta pequeña… ¿es tu hija?
Astrix, aún en brazos de William, se escondió un poco en su pecho, pero no apartó la vista de Daniel. Dentro de ella, Victoria —la mujer de 30 años atrapada en ese cuerpo de bebé— sintió un sobresalto.
Ese era el nombre que tanto recordaba del libro: Bartolomeo quien manipular a papá , para que el príncipe que más adelante sea mi interés amoroso.
Mientras todos hablaban de política y alianzas, Astrix no podía dejar de observar al príncipe y a su hijo. El destino parecía empezar a moverse.
El príncipe Daniel era muy educado. La gente murmuraba su nombre con respeto. William, serio, por que nadie le prestaba atencióna sus soles astrix y alexander, mientras Astrix seguía en brazos, observando cada movimiento del rubio con una intensidad impropia de un bebé.
[Bebé Astrix]
El príncipe Daniel… astrix … se iba a casar con él. Sí, en esa otra vida, ese era mi destino. Pero… todo se arruinó. La protagonista, con su sonrisa falsa y sus lágrimas fingidas, le quitó la corona… y la vida. Morí, y Daniel jamás supo la verdad.
Un escalofrío recorrió su pequeño cuerpo, sus manitas se cerraron con fuerza sobre la tela de la capa de William.
No, esta vez no será igual. No voy a repetir los mismos errores. Daniel no debe ser mi salvación… él no. No caeré de nuevo en la trampa del libro. Esta vez… —los ojos brillaron por un segundo— buscaré otra vía, otra alianza. Anton Thurder, el segundo villano… sí, él podría ser la clave.
Bartolomeo se inclinó suavemente hacia Astrix, como si algo en ella llamara su atención.
—Qué niña tan curiosa —comentó, con una sonrisa que ocultaba un dejo de melancolía.
Astrix giró la cabeza y escondió su rostro en el pecho de William, ocultando su tensión. Su mente adulta bullía de planes, aunque su cuerpo era incapaz de expresar nada más que un gesto infantil.
—Papá —sonrió Alexander—, ¿puedo cargar a Astrix y mostrarla a mis amigos?
—Bueno, con cuidado —respondió William mientras colocaba a la bebé en la carriola—, pero me la cuidas.
Una mano firme tomó la de Alexander. Era Elena, seria.
—Descuida, yo iré con él —dijo, y se fue con el niño.
Alexander avanzaba feliz junto con su madre, dando pequeños saltos.
—¡Hola chicos! —sonrió—. Gracias por venir a mi cumpleaños.
—No es nada, amigo —contestó uno de los niños con una sonrisa.
[Bebé Astrix]
Ellos son los hijos de los altos mandos… Christian Mariane, hijo del gran comandante. Eva, la primera hija del magistrado. Paloma y Timoteo Windows, hijos del hombre con más de cincuenta millones en diamantes de las cuevas… y los otros.
—Paloma, tú me presumías a tu hermano Timoteo, pero mira —Alexander señaló la carriola—. ¡Tarán! Ella es mi hermana, Astrix.
La bebé levantó su manita y saludó con una sonrisa inocente.
—Es fea, le faltan los dientes —exclamó Eva con burla.
[Bebé Astrix]
¿¡FEA YO!? ¡Niña tonta! ¡Soy la cosa más hermosa de aquí! ¡Fea tú, fea, fea!
La pequeña Astrix comenzó a moverse, intentando jalarle el pelo a Eva, pero Elena le sujetó la manito con calma.
—No, bebé Astrix —dijo seria—. Entre damas no se pelean.
—Señora, ¿cómo nació esa niña si nunca la vi embarazada? —preguntó Christian, curioso, mientras jugaba con sus manos.
—¿Es verdad, duquesa? ¿Usted tuvo a la bebé? —insistió otro niño.
Entonces, una voz más dura interrumpió:
—Esa bebé no es hija de la duquesa.
Todos se giraron sorprendidos. De entre las sombras salió un chico con un aspecto llamativo: un lado del cabello negro y el otro marrón, los ojos de un lado verde pastel y del otro rosa. Extraño… pero hermoso.
[Bebé Astrix]
¡Ese chico! Qué lindo… y tan directo. Lo amo, nunca vi a alguien hablar así sin miedo.
Alexander, molesto, lo enfrentó.
—¿Y tú quién eres para hablar así de mi hermanita y de mi mamá?
—¡Yo hablo lo que quiero! —gritó el extraño.
[Bebé Astrix]
¡Rivalidad entre Anton y Alexander! ¡GENIAL!
En ese momento apareció Bartolomeo, acompañado del príncipe Daniel, ambos sonrientes.
—Papá —dijo Daniel curioso—, ¿quién es esa bebé?
Bartolomeo lo miró confiado.
—Es una amiga… quién sabe, podrían ser algo más en el futuro.
[Bebé Astrix]
Ja… como si fuera a caer en la lindura de ese niño. No, gracias.
🍼 Dato corto de Astrix
"Estos niños ricos… hablan de diamantes, títulos y herencias. Yo solo quiero mi biberón y una siesta. ¡Prioridades, gente!"
su padre es noble así que no se compara
llamarlo papá así el da ella da sería juntos para el pobre corazón
de William jajaja que adora a su hija aunque es divertido verlo celos pero ahora sí esa mustia no pudo que alaben a esa mustia igual a ella por lo menos alegro a su hermano