Odette, Aurora Y Dafne, Las Mejores Amigas

San Luis Potosí, hermoso por sus exhuberantes paisajes y arquitectura colonial, además de contar con un centro histórico, abierto al público.

Dafne se había hecho novia de Jeremías, un chico delgado y trabajador. Salían con frecuencia. Dafne terminó la prepa, pero no pudo seguir estudiando porque Micaela, su madre no estaba bien de salud.

El doctor le ordenó reposo absoluto. Tenía una infección en el estómago, le daban mareos y una sensación de vomitar.

Ese día Micaela se puso muy mal, hubo que llevarla de urgencias al hospital.

Dos horas después de ingresarla, salió el doctor a dar las malas noticias.

Lo siento, la señora no aguantó la operación, acaba de fallecer.

¡No!, ¡mamá!, Dafne lloró mucho, rato después ya se había calmado.

Ferit, su padre se movió de inmediato a preparar todo el sepelio y esas cosas.

Ese día fue muy triste para Dafne y hermanos (tenía dos menores).

Jeremías estuvo con ella todo el proceso. Ella lloró en sus brazos y él la consolaba.

Dafne echaba mucho de menos a Odette y Aurora.

Asumía que eran felices, "tal vez hasta tengan novio", se dijo.

No te preocupes, amor. Lo superarás, tu madre te amó hasta el final, debes quedarte con ese recuerdo.

Dos días después, Ferit, su padre cayó fulminado por un infarto. Desgraciadamente, no se pudo hacer nada. El padre murió en el mismo instante.

El dolor de Dafne era insuperable. Jeremías no la dejó sola ni un momento.

Sus hermanos frisaban en los 15 y 16 años, respectivamente.

Ella sabía que tenía que hacer algo ahora que sus padres ya no estaban, tendría que mantener a sus dos hermanos, ya que eran menores de edad.

Amor, yo sé que no es el momento, pero, ¿quieres casarte conmigo?, así yo te ayudaré con tus hermanos.

Sí quisiera casarme contigo, pero, ¿crees que este es el momento?, apenas tengo 20 años y tú 22 estamos demasiado jóvenes.

No sé si este sea el momento lo único que sé es que quiero estar contigo, no quiero que sufras tú sola todo esto.

Jeremías era huérfano de padre y madre, se podría decir que no conoció a sus padres porque murieron cuando él tenía apenas un año de edad en un accidente de automóvil.

Entonces, Dafne decidió casarse con Jeremías. Esperaron una semana y el padre les dio la bendición. Luego, se fueron al registro civil, cuando salieron iban casados por las dos leyes.

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Jalisco, estado hermoso por sus playas coloridas y acogedoras.

Aurora estaba trabajando en una agencia publicitaria. Le iba bien, sus compañeros la querían mucho porque era muy eficiente y trabajadora.

Sus padres no se metían con ella para nada y la dejaban ser.

Sergio era su novio, él la quería mucho, pero a veces tenía unos cambios bruscos de humor que exasperaban al más calmado.

Aurora también tenía su carácter, o se calmaba o se calmaba.

Por favor, amor, ¿no ves que estoy trabajando?, este proyecto es muy importante.

¿Más importante que yo?, preguntó Sergio con una sonrisa que pareció más una mueca.

Claro que no, pero estoy en mi horario laboral. Al rato nos vemos.

Bueno, si no quieres hablar conmigo está bien. Me voy, al rato paso por ti.

Sergio se fue, iba sumamente molesto.

Aurora lanzó un suspiro. No podía creer que el hombre que amaba tanto no la comprendiera.

Rolando salió de su oficina, había visto todo desde la ventana.

¿Todo bien?, preguntó.

Sí, gracias.

Vamos, Aurora, sabes que puedes confiar en mí.

Acto seguido, Aurora no pudo aguantar más y se puso a llorar.

Un llanto suave nada histérico.

Tú no mereces que nadie te trate así, eres una gran mujer, además de joven, hermosa. Y todavía mejor, muy talentosa.

Aurora lo vio a los ojos, eran unos ojos azul cielo que contrastaban enormemente con su cabello negro azabache.

Así permanecieron por unos segundos. Luego, sucedió lo inevitable. Los labios de Rolando se posaron en los suyos.

El primer impulso de Aurora fue escapar de sus brazos, pero luego de disfrutar de ese beso, ella le pasó los brazos por su cuello y correspondió al beso lleno de pasión.

Pero después de unos minutos, ella se separó de él.

Esto no está bien. Yo tengo novio y lo amo.

Por favor, Aurora, tú no lo amas, lo acabo de comprobar con el beso que nos dimos.

Creo que ya es hora de irme.

Por favor, no huyas de nuestro amor.

En eso, Sergio llegó en su coche.

Ahí viene mi novio, hasta mañana, Rolando, piensa bien las cosas.

Rolando solo observó, parecía que más que amor, lo que sentía era miedo.

Aurora le tenía miedo a su novio.

"Esto no puede estar pasando", pensó.

¿Qué tanto platicabas con ese hombre?

Rolando es mi jefe.

¿Rolando?, ¿desde cuándo tienes esa confianza con él?

Es casi de mi edad, el negocio se lo puso su padre cuando terminó sus estudios.

Pues no me parece que platiques tanto con él, guarda tu distancia.

Es mi jefe, ni modo que estemos callados si estamos en el mismo lugar.

Pues no me interesa que sigas en ese lugar, desde hoy ya no regresas o mejor dicho desde mañana tú ya no trabajas ahí.

Sergio tú no puedes prohibirme que yo trabaje. No me quemé las pestañas para estar sin trabajar, esa es mi pasión y no voy a dejarlo solo porque a ti se te antoja.

Sergio le dio una bofetada que le volteó la cara.

Aurora empezó a llorar.

Para el auto quiero bajarme aquí.

Claro que no, tú eres mi novia y seguirás siéndolo hasta que yo quiera.

Por favor, no hay necesidad de tanta violencia. De todos modos yo ya no quiero nada contigo hasta aquí llegamos, abre la puerta o me bajo así.

Sergio suspiró hondo paró el coche y le abrió la puerta. Pero te advierto una cosa, Aurora, eres mi novia no lo olvides, no pienso dejarte como si nada. Así es que ándate con cuidado.

Aurora tomó un taxi y se fue directo a su casa.

Al verla sus padres pusieron el grito en el cielo.

Dios mío, hija, ¿qué te pasó?

Me caí y me pegué en el piso, madre. Estoy bien, no te preocupes.

Eso más bien parece una cachetada. ¿Quién te pegó? Dímelo en ese momento, ¿fue Sergio?

Mamá te acabo de decir que me caí y me pegué en el piso, no hay nada más que decir me voy a mi cuarto.

Sahira se quedó observando a su hija, estaba completamente segura que su hija le estaba mintiendo.

Esta noche platicó con Carlos, su esposo.

¿Qué pasa, amor?, ¿qué es lo que te preocupa?

Estoy segura que Sergio golpea a nuestra hija, vino con la mejilla morada. No podemos permitir que ese tipo maltrate a Aurora.

Está bien, mujer, mañana hablaremos con Aurora, pero por ahora tratemos de dormir.