Shophie simplemente desapareció. No hubo explicaciones y dejó a Aiden con el corazón en mil pedazos. El destino siempre tiene la última palabra y después de cinco años vuelven a verse. ¿Tendrá Sophie una buena explicación para su ausencia?
NovelToon tiene autorización de Beamav para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 6
Lunes por la mañana, Aiden vuelve del gimnasio, toma una ducha y se prepara para salir rumbo a la oficina. No deja de pensar en Ximena, tampoco está seguro de lo que quiere, solo que ella no es mujer para una aventura, si decide comenzar algo, tiene que ser algo serio.
Ya en la oficina comienza a trabajar en algunas ideas para introducir los vinos de su socio en el mercado inglés e italiano. Solicita bocetos a la encargada del área de publicidad de la empresa.
La semana transcurre más lento de lo habitual, el jueves por la noche por fin se decide y le envía un mensaje a Ximena.
📩 Buenas noches, Ximena. ¿Cómo estás?
La respuesta no llega tan rápido como le hubiese gustado. Va a la cocina y se prepara un sándwich mientras espera.
📩 Hola, Aiden. Muy bien, gracias.
No pretende andar con rodeos y la invita a cenar.
📩 Te escribo para invitarte a cenar, ¿puedes el sábado?
📩 Sí, me encantaría.
📩 Perfecto, mándame la ubicación y paso por ti a tu apartamento el sábado a las 7.
📩 Ok, te la envío.
Segundos después llega la ubicación del apartamento de Ximena a su celular. Mandan un par de mensajes más antes de despedirse.
Al día siguiente le pide a su asistente que reserve una mesa para dos, en el mejor restaurante de Londres para el sábado a las 8 de la noche.
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷
Recibir el mensaje de Aiden, acelera el corazón de Ximena. Realiza un par de respiraciones profundas antes de responder, no quiere parecer disponible o demasiado desesperada.
Camina de un lado a otro de su habitación con la finalidad de hacer tiempo. ¿De verdad está considerando responder su mensaje? Es la pregunta que ronda su mente.
Se convence de que es una mujer madura y que puede manejar cualquier situación que se le presente, después de todo no es una adolescente que va a caer rendida a los pies de ese hombre.
Toma su celular y responde el mensaje, no esperaba aceptar su invitación a cenar de buenas a primeras, pero lo hizo. Se verán el sábado por la noche.
Al día siguiente al salir de la oficina se dirige a una tienda, quiere comprar un vestido para usar el día de mañana. Después de mucho buscar elige uno que le parece perfecto para la ocasión.
Despierta muy temprano el sábado, se siente nerviosa y su mente ha generado demasiadas expectativas con respecto a la cena de esta noche.
El día le parece eterno, revisa algunos correos pendientes, más no consigue concentrarse. El edificio de apartamentos en donde vive cuenta con una piscina climatizada en el último piso, nadar siempre la relaja, así que se coloca un traje de baño y encima un pantalón y playera holgados.
El lugar está vacío como esperaba, se quita la ropa e ingresa en el agua. Hace algunos ejercicios de calentamiento antes de comenzar a nadar de un extremo a otro. El ejercicio le brindo el efecto esperado, media hora después se siente mucho más tranquila y decide volver al apartamento.
Después de comer decide tomar una largo baño, tiene tiempo de sobra para arreglarse. Humecta su cuerpo con su crema favorita con aroma a almendras. Su piel luce tersa y al tacto es tan suave como se ve.
Seca cuidadosamente su larga cabellera oscura, está vez realizará unos rizos en ella. Se coloca lencería a juego con el vestido que compró, es negro y corto, unas sandalias del mismo color resaltan sus bien torneadas piernas.
Presta especial atención a su maquillaje, quiere enfatizar sus labios y para eso elige un labial rojo que le da el efecto buscado.
Para sus ojos prefiere una sombra dorada y aplica dos capas de máscara en sus largas pestañas. Unas gotas de perfume y está lista. Observa el reloj en su mesa de noche y marca que faltan diez minutos para las siete.
Da por hecho que Aiden no tarda en llegar. En su bolso guarda su labial, un pequeño espejo y su celular. Toma la chaqueta negra con lentejuelas y se dirige al recibidor en espera de su cita de esta noche.
Un par de minutos antes de las siete, suena el timbre, sabe que se trata de él y respira profundamente antes de tomar entre sus manos la perilla y girarla para abrir la puerta.
La imagen que tiene frente a ella le provoca contener la respiración. Él viste completamente de negro, luce increíblemente atractivo y ambos se observan en completo silencio. La atracción que sienten uno por el otro queda en evidencia.