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Después De Mí

Después De Mí

Status: En proceso
Genre:Apoyo mutuo / Cambio de Imagen / Ascenso de clase social / Mujer despreciada
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: sonhar

Después de mí es una historia de amor, pero también de pérdida. De silencios impuestos, de sueños postergados y de una mujer que, después de tocar fondo, aprende a levantarse no por nadie, sino por ella.
Porque hay un momento en que no queda nada más…
Solo tu misma.
Y eso, a veces, es más que suficiente.

NovelToon tiene autorización de sonhar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 16

El despacho del coronel Alejandro Herrera estaba iluminado apenas por una lámpara de escritorio. Sobre la mesa había carpetas abiertas, informes y fotografías que hablaban de un trabajo que no podía ser compartido con cualquiera. La puerta se abrió y dos de sus hombres ingresaron con paso firme, saludando con respeto.

—Señor —dijo uno de ellos—, el joven Martín se dio cuenta de que lo estábamos siguiendo. Escapó con una chica. Lo perdimos en el camino.

Alejandro dejó caer la pluma con la que escribía y levantó la mirada, afilada y dura como una hoja de acero.

—Si tan solo me hubiera hecho caso… —murmuró, con un dejo de frustración—. En lugar de economista debió ser un gran militar. Con las habilidades que tiene, hubiera sido hasta mejor que yo.

—Señor —intervino el otro agente con cautela—, su hijo ya está terminando su carrera. Y antes de hacerlo, ha formado un pequeño negocio que… funciona bien.

El Coronel golpeó con fuerza la mesa, interrumpiéndolo.

—¡Eso no es suficiente! —sentenció—. Quiero que sean más cautelosos a partir de ahora. Y sobre todo… investiguen quién es esa mujer con la que escapó. Quiero saber todo de su vida, cada detalle, cada movimiento.

Los hombres asintieron con firmeza.

Alejandro se puso de pie, acomodándose la chaqueta militar que lo hacía ver aún más imponente. Caminó hacia la ventana, observando la ciudad.

—Y en cuanto a nuestro trabajo —dijo con voz grave—, quiero que la agente Reni (Renata) siga con sus entrenamientos. Ella tiene talento y no pienso que se debilite ahora. Que continúe investigando sobre el caso… cada vez estamos más cerca.

Los agentes se cuadraron.

—¡Sí, señor!

La puerta volvió a cerrarse, dejando al coronel Herrera en silencio, con la mirada fija en el horizonte. En su interior, la tensión entre su papel como militar y como padre se volvía cada vez más insoportable.

...****************...

El reloj de pared marcaba casi las nueve de la noche cuando Renata terminó de revisar unos documentos en su pequeño apartamento. La pantalla de su laptop parpadeó con una notificación: un nuevo correo de trabajo.

Asunto: Citación urgente

De: Dirección de Operaciones

Hora: 21:15

"Agente Reni, preséntese inmediatamente en la oficina central. Instrucciones de carácter prioritario. No demore."

Renata soltó un suspiro, cerró la computadora y tomó su chaqueta. Algo en su instinto le decía que esa reunión no era una más.

Al llegar al complejo militar, el ambiente estaba más rígido de lo habitual. Caminó con paso firme por el pasillo iluminado tenuemente hasta detenerse frente a la puerta del despacho del Coronel Alejandro Herrera. Dos hombres custodiaban la entrada; apenas la vieron, uno abrió la puerta y la invitó a pasar.

—Agente Reni, pase —ordenó la voz profunda del Coronel.

Ella avanzó, sintiendo el peso de su mirada incluso antes de saludar. Se cuadró frente al escritorio.

—Señor.

Alejandro dejó los papeles que tenía entre manos, la observó de arriba abajo con precisión militar y habló con firmeza:

—Quiero que redobles tus entrenamientos. Cada sesión, cada prueba. No aceptaré debilidades en este punto de la misión, ¿está claro?

—Sí, señor —respondió ella, apretando la mandíbula para ocultar su incomodidad.

El coronel se levantó de la silla, rodeando lentamente el escritorio.

—Además, hay alguien que necesito que apoyes en la investigación más fondo. Una mujer. Estaba con mi hijo cuando nuestros hombres lo siguieron. Quiero saber todo de ella: dónde vive, a qué se dedica, con quién habla. No quiero cabos sueltos.

Renata mantuvo el gesto neutral, aunque por dentro algo en su estómago se retorció. Tenía la certeza de a quién se refería.

—¿Algún dato inicial, señor?

Alejandro deslizó un sobre cerrado sobre la mesa. Su voz fue más cortante que nunca:

—Aquí tienes lo suficiente para empezar. Haz lo que tengas que hacer, pero no falles. El caso avanza y estamos más cerca que nunca. No permitiré que nada ni nadie lo comprometa. Renata tomó el sobre, inclinó la cabeza en señal de obediencia y salió del despacho.

Ya en el edificio de su departamento, Renata subió las escaleras con el sobre aún apretado entre sus manos. Dentro solo había un nombre, pero bastaba para desatarle un nudo en el estómago: Martín. El hijo del comandante. Una coincidencia demasiado extraña como para dejarla pasar por alto.

Mientras intentaba descifrar dónde había escuchado ese nombre antes, su mente viajaba en círculos. Martín… Martín… lo había oído, pero no lograba recordar en qué contexto. El eco de ese pensamiento la acompañó hasta el penúltimo piso, donde de pronto la puerta de un departamento se abrió de golpe y casi chocó contra ella.

—¡Uy! —dijo el joven al verla—. Hola, vecina. —Sonrió con ese aire molesto y confiado que lo caracterizaba—. No regrese tan tarde, la ciudad no es segura a estas horas.

Renata lo observó fijamente. En cuanto escuchó su voz, el recuerdo la golpeó: Valeria. Sí, Valeria se lo había mencionado más de una vez. Ese era el nombre. Martín.

Un frío recorrió su espalda. ¿Podría ser él…? ¿El hijo del comandante? La sola idea le parecía imposible.

Martín, al notar su silencio, agitó una mano delante de ella.

—¿Renata? ¿Te quedaste en otro planeta? —preguntó divertido.

—No… nada —respondió, intentando recomponerse.

—¿Oye, sabes si Vale está en su cuarto? Quiero aclarar unas cosas con ella.

La manera tan familiar con la que usó el diminutivo la hizo reaccionar.

—Para ti mi amiga es Valeria, no “Vale”. Ni yo la llamo así.

Martín arqueó una ceja, divertido.

—Ella es mi amiga también, y si no le molesta que yo la llame Vale, entonces no tiene por qué molestarte a ti.

Renata apretó el sobre contra su pecho.

—Lo siento, pero mi amiga está estudiando. Tiene un examen importante y no necesita distracciones.

Martín suspiró, como si no quisiera discutir más, pero en sus ojos brillaba una mezcla de terquedad y misterio.

Renata, en cambio, no podía dejar de hacerse la misma pregunta: ¿y si este chico que juega a ser encantador fuera realmente el hijo del comandante?

...****************...

El departamento era pequeño, apenas con lo necesario para vivir. Desde que Valeria se había ido de su lado, Elías no volvió a su propia casa. Encontró refugio en el lugar de un viejo amigo, y allí se había quedado, como si las paredes desconocidas le permitieran escapar de los recuerdos que lo atormentaban.

Al siguiente día, Marcos —consciente de que su hermana Nora no soportaba ver a Elías hundiéndose en la soledad— le abrió la puerta para que pudiera hablar con él.

—Está en su cuarto —dijo Marcos en voz baja—. Pero, Nora, te advierto… no está en su mejor momento.

Nora asintió con gesto preocupado.

—Lo sé. Por eso he venido. Hay cosas que él tiene que escuchar, aunque no le gusten.

Cruzó el pasillo hasta la habitación. La puerta estaba entreabierta y el silencio del interior era pesado. Empujó suavemente y lo encontró allí: tirado sobre la cama, con la mirada perdida en el techo, como si buscara respuestas en las grietas de la pintura.

Elías ni siquiera se movió al notar su presencia. Solo murmuró, con voz seca:

—¿Qué haces aquí?

—Lo mismo que siempre, hermano. Preocuparme por ti. —Nora entró y cerró la puerta tras ella—. Desde que reaparecieron esos hombres, apenas sales de este cuarto y cuando lo haces es solo para ir a la oficina.

Elías suspiró.

—Al menos ya no bebo como antes. Eso debería tranquilizarte.

—No me tranquiliza nada —replicó ella con dureza—. Tomas lo que se considera “normal”, como dices, pero ese no es el punto. El punto es que te estás dejando arrastrar por la culpa, por el miedo, por… —hizo una pausa, conteniendo las lágrimas— por todo lo que pasó con Valeria.

Elías giró lentamente el rostro hacia ella, y por primera vez sus ojos reflejaron algo más que vacío.

—No entiendes, Nora. Cuando la perdí a ella, perdí todo. Y ahora, con los narcotraficantes rondando otra vez, siento que lo poco que queda de mí va a desaparecer también.

Nora se sentó a su lado, con un sobre cerrado en la mano que había traído consigo.

—Pues tendrás que levantarte, porque lo que voy a decirte puede cambiarlo todo.

Elías frunció el ceño y se incorporó un poco, mirándola intrigado.

—¿Qué traes ahí?

Nora sostuvo el sobre con firmeza.

—Respuestas. Y créeme, hermano, después de que leas esto, ya no podrás seguir viviendo como si nada pasara.

1
Ramona Peloso
me gusta pero tarda mucho en subir capítulos 🤔
Maria Elena Martinez Lazaro
Se supone que ese es el apellido del papá de Valeria, porque Martin tiene el mismo apellido que él?
Ramona Peloso
esta buena la historia, pero veo que sube capítulos entre 10/ 13 día, es una lástima porque se pierde el entusiasmo ☺️
Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Patricia Guzman Ceja
ijole aqui el problema es que con esa gente no se juega no se como Elias se fue a enredar con ellos y ahora encma este viejo que ya trae en ka mira a Valeria tambien hay no esperemos a ver que van a hacer Narrin y Elias para dejarla fuera de este asunto
Patricia Guzman Ceja
y vaya que si co esa gente no se juega y lo peor es que tampoco hay salida la unica es en un cajon y directo al panteon,que mala onda por Elias ojala encuentre algo que lo pueda ayudar a salir de ese agujero en el que se metio por tarugo y por culpa de la mama tambien por ambiciosa
Patricia Guzman Ceja
eso era lo que le hacia falta alguien con quien compartir una sonrisa alguna travesura,cin Elias lo unico que tenia era encierro e invisivilidad
Patricia Guzman Ceja
ni modo mado apechugue, lo que hizo ya no hay vuelta atras..
Patricia Guzman Ceja
que tristeza me da cuando uno se abandina,muy fuerte lo que han vivido ambas una se apago y la otra aun que logro lo que queria perdio a alguien muy importante en su vida,ojala Valeria pueda lograr su sueño lejos de Elias y su familia
Tere Jimenez
muy bueno el capítulo muchas felicidades ojalá y sigas compartiendo tus novelas
Tere Jimenez
que tipo tan cruel
Tere Jimenez
así es buen empiezo nunca es tarde para renacer como el ave fénix
yulkys mendez
que bello está palabra 💞
por dar y no recibir uno se olvida de uno uno se tiene que recontra a si mismo
Patricia Guzman Ceja
uy mija ahi tienes la resouesta a tu pregunta el nunca te considero para seguir tu sueño es ahora o nunca mandalo a volar y dedicate a estudiar lo que te apasiona
Patricia Guzman Ceja
Hola autora pues bien aqui comenzando con esta nueva historia que promete mucho y tienes razon creo que nunca es tarde para reencontrarse con uno mismo y salir adelante y nunca dejar de luchar por lo que realmente queremos,veamos como Valeria resurge de la invisibilidad en la que se convirtio su vida,gracias autora,saludos
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