La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 6

Ornella no podía dejar de pensar en el beso que le dio Bastian, tenía miedo de dejarse llevar por lo sucedido. Ella jamás se había enamorado de nadie, pensaba en una sola cosa, cuando en tu vida todo ha sido dolor y pérdidas. Haces aún lado el amor, o simplemente desconfías de las intenciones de los demás.

—¿Qué tienes Ornella? Aún no estás lista.—preguntó Mariella mientras entraba a su habitación para pedirle perfume prestado.

—No, ya hablé con Luc le pedí unos días libres. No estoy bien.—

—¿Quieres que vayamos al médico?—

—No, es necesario estoy bien de salud. Creo que el duelo me está comenzando a afectar.—

—Ornella, deberías buscar un especialista. Desde que murió tú madre en aquel incendio, la desaparición de tu hermana y ahora la muerte de tu abuela. Vaya necesitas terapia, sacar para poder sanar.—

—La muerte de mi madre nos cambió la vida para siempre, aunque era muy pequeña a veces mientras duermo revivo aquel fatídico día. Pero no estoy así por todo lo que he vivido, a ti no puedo mentirte. Bastian me besó, ese era mi primer beso. Sentí mucho miedo.—

—Miedo, ¿por qué?—

—De qué sea todo una mentira, él es mayor que yo. La experiencia la tiene, es fácil envolver a una jovencita como yo, llena de carencias, incluso me habló de matrimonio.—

—Te entiendo, pero si toco el tema es claro que te quiere. El nunca se ha comprometido, además piénsalo seria tu oportunidad de tener todo lo que siempre has querido.—

—¿A qué precio?, soy un capricho. Cuando me consiga me va a desechar.—

—Por eso debes pedir en el prenupcial una fuerte cantidad.—

—Lo haces ver aún más horrible, es como si me estuviera vendiendo. Yo no estoy enamorada, incluso solo veo en él protección y seguridad. Pero no amor, estoy muy indecisa.—

—Ornella, todo lo bueno está al otro lado del miedo. Imagínate te das la oportunidad, te casas con Bastian Leroy. Te conviertes no solo en su esposa, también en su socia y a mí me contratas como tu asistente leal, sobre todo eficiente. Esta oportunidad tal vez solo se te presente esta única vez, así que piénsalo muy bien. Debo irme, pero antes te robo de tu perfume.—

Ornella pensaba en lo dicho por Mariella, pero en realidad lo que ella no quería era lastimar a Bastian. Aún tenía escrúpulos, eso era lo que la detenía para aceptarlo. Después de tomar su café matutino, decidió dejar el drama y enfrentar valientemente la situación. Se vistió adecuadamente para visitar a Bastian en el laboratorio.

—Theo necesito que envíes con urgencia estos contratos, también que envíen estas cotizaciones a Estados Unidos. Recuérdale a la niñera que debe llevar a Liah a terapia, su comportamiento no ha mejorado.—

—Por supuesto, señor Leroy tiene una visita.—

—Que yo recuerde no tengo ninguna cita programada, ya saben que no recibo a nadie sin cita.—

—De acuerdo se lo diré a la señorita Ornella.—Bastian no podía creerlo.

—De verdad, ¿que haces ahí parado? hazla pasar y que no me interrumpan.—

Theo sonreía al verlo como un adolescente, fue hasta Ornella y la custodió de vuelta a la oficina de Bastian. Él de inmediato sonrió al verla entrar.

—Te ves hermosa.—expresó y se acercó para besarla en la mejilla.—¿Te gusta el laboratorio?—era su primera vez visitándolo

—Es grande y moderno, iré directo al grano pensé en tu propuesta. Sabes que te tengo mucho cariño, así que para poder aceptar necesito una sola cosa.—

—¿Dime cuál?—Bastian no quería tener una decepción, pero ya estaba ahí y tenía que enfrentar lo que le fuera a pedir Ornella.

—Me formalizaré contigo, siempre y cuando tu hija me acepte. Si ella no lo hace, entonces solo quedaremos como buenos amigos.—eso era un verdadero problema, su hija tenía problemas que resolver.

—Ornella es complicado lo que me pides.—

—Si ella no me acepta, no podremos tener una vida juntos. Ella es tu hija, y en lo personal a quien le gusta que le impongan una persona que no conoce. Aún más si vamos a vivir juntos, piénsalo y decide con calma.—

Bastian no dejaba de sorprenderse, pero en cierta manera Ornella tenía razón y él agradecía que se interesara por el bienestar de su hija. Buscaría la forma de que hubiera un acercamiento entre ellas.

Mientras tanto en la casa Volkov, Allegra estaba sufriendo una crisis. Ya no soportaba un minuto más en su prisión, convivir con su esposo no era sencillo. Petrov tenía un carácter fuerte, los conflictos con Andrei no cesaban. Quería salir huyendo de aquella prisión. Sin esperarlo llamaron a su puerta.

—¿Quién? Acaso no les dije que quería estar sola.—gritaba Allegra

—Te ordeno que abras la puerta.—respondió Ulana, sin objetar Allegra abrió.—No te cansas de dar problemas, lo tienes todo en esta casa.—

—No tengo mi vida, y tampoco mi libertad. Tu jamás me entenderías, tú no eres la prisionera de esta familia.—

—Que preferías, estar en un burdel acostándote con más de cien hombres a diario. Tienes suerte de que mi hermano se haya fijado en ti, tu único deber es ser la señora de Volkov y tratar bien a mi sobrino.—

—Tengo una familia, tengo una hermana y una abuela que me necesitan. Tu que vas a saber de eso, siempre lo han tenido todo. Yo no pedí ser raptada y después vendida a tu hermano, quiero ver a mi familia. Ustedes nunca van a ocupar ese lugar, yo no soy parte de esta manada como la llama tu hermano. Soy únicamente su presa.—Ulana sonrió de manera arrogante, sin dudarlo la golpeo.

—Tienes suerte de que todas estas barbaridades me las hayas dicho a mí Allegra, si te llegara a escuchar mi hermano. Créeme, Petrov no dudaría en ir por tu familia, y acabar con ellas aplastarlas como simples hormigas. Así que tomarás un baño, te pondrás hermosa y te encargarás de tener la cena lista para recibir a tu esposo y a tu hijo. Nunca lo olvides, Andrei ahora es tu hijo, tienes un solo deber ser la señora de esta casa. Así que apresúrate.—

Ulana había regresado a casa de su hermano, no solo para ayudarlo con su hijo también para que mejorara la convivencia entre Allegra y Andrei. Además Petrov quería más hijos, así que Ulana estaba ahí para supervisar a su cuñada y saber porque aún no quedaba embarazada.