Fui obligada a casarme con el CEO enmascarado y discapacitado por culpa de mi padre, quien en una apuesta me perdió.
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—6—
ELENA COEN
Tomé la hoja y puse mis datos personales. Le entregué la hoja al señor.
— Falta su número de teléfono.
— No tengo celular. Podría venir por la tarde para ver si su jefe decide contratarme.
— Está bien. Venga después del mediodía.
— Gracias— salí de la tienda.
Caminé por todo el centro comercial viendo ropa, zapatos, celulares. Por un momento me imaginé tener el empleo y comprarme lo que me gustaba. Aunque eso no era lo más importante por el momento, debería pensar dónde pasar la noche. Quería darme un baño, me sentía sucia.
— Mira quién está aquí— era Loren quien iba de la mano con un hombre bastante mayor para ella— mi hermana la que se casó con él monstruo Mondragón— ella se tiró una carcajada.
Quería decirle que ya era libre, que dejara de molestarme, Pero si ella lo sabía, de seguro le diría a mi papá y el martirio lo volvería a vivir.
— Pues el monstruo es todo un caballero y no es tan anciano. Tiene unos hermosos ojos de color azul como el cielo. Y me da todo lo que le pido — mentí un poco y fingí ser feliz con él.
— Me imagino que mientes por pena moral.
— Lo que tú creas está bien. Puedes seguir de paseo con tú ¿novio? — le sonreí.
Caminé en sentido contrario. No debería sentir este enojo con ella, porque de todas formas es mi familia. A mi madre no le gustaría mirar esto.
—Disculpe señora, ¿qué hora tiene?
— Son las 1 de la tarde.
— Gracias.
Tenía hambre. Busqué la tienda para ver si el empleo era mío.
Cuando llegué a la tienda había una mesa afuera con bocadillos que se veían deliciosos. Había mucha gente adentro de la tienda. Entré y me dirigí a la caja donde estaba el señor.
— Hola. Venía a ver si su jefe dijo algo.
— Sí, tienes el empleo. Me puedes ayudar con la atención al cliente.
Me sentí feliz. Traté de ser amable con los clientes.
— Toma— el señor me extendió un almuerzo con algunos bocadillos.
— Gracias.
— Disculpa que te hice trabajar a lo inmediato, Pero había muchos clientes. Te puedo pedir que si que te quedas hoy en la noche haciendo una lista de lo que tenemos.
— ¿Me quedaría aquí a dormir? Pregunto.
— Si. Lo haría yo, Pero tengo una cena con mi esposa y le prometí que estaría puntual con ella. No te preocupes por la cena y el desayuno. Vendré mañana puntual a las 8.
— Está bien. Yo me encargo. Una pregunta ¿cómo se llama usted?
— Es cierto no me he presentado, soy Anthony.
— Y si viene el jefe, como se que es él, ¿cómo se llama?
— ¿El dueño de la tienda?
— Si.
— Se llama Daniel Montes.
— Está bien. Puede irse. Yo me haré cargo de la lista. Tendría que escribir cada producto que hay en la tienda. Pregunto para confirmar lo que voy a hacer.
— Así es. Otra cosa, ahí en la repisa está un celular, ese celular es de la tienda. El único que escribe ahí es el señor Daniel, responde lo que te pregunte. Acuérdate estar pendiente. Él te avisará cuando la cena esté cerca para que salgas a recibirla.
— Está bien. Estaré al pendiente.
Anthony me mostró la tienda por la parte de atrás de la caja, había un pequeño cuarto, con una cama unipersonal y su baño. Sentía como si Dios me estuviera ayudando. Todo lo que necesitaba lo tenía a mano. Anthony se retiró y cerró la tienda.
Lo primero que hice fue darme un baño lo más rápido que pude. Lavé mi ropa interior y me puse el mismo vestido. Dejé que mi ropa interior se secara, esperando que estuviera lista en un par de horas.
Me puse a comer lo que él me había entregado.
Tomé una hoja en blanco y un lapicero. Empecé a escribir que había y que no había. Aunque siendo honesta no creo poder terminar, hay demasiadas cosas.
El celular sonó. Eran las 7:30 de la noche.
— Hola señor Daniel. Soy Elena la nueva empleada.
— Hola — su voz me hacía recordar a Dustin, solo que está voz es un poquito más grave. Me imagino que en este mundo hay voces similares— tu cena está por llegar.
— Gracias — el señor Daniel colgó.
Salí a esperar a la persona que traía mi cena. Vino un chico con un delivery. Me entregó una bolsa.
— Necesito una foto donde le estoy entregando la compra. Es parte de mi trabajo.
— Está bien— me tomó la foto con la bolsa en las manos.
Entré a la tienda. Abrí la bolsa. Era pollo asado y un refresco. Me lo debería comer mientras esté caliente.
Después de cenar. Continué anotando los productos. Me fui a dormir a eso de las 1 de la madrugada, el sueño me estaba ganando.
Cerrando los ojos y lo primero que se vino a la mente fueron los ojos azules de Dustin, esa mirada fría. Sacudí mi cabeza. No debería pensar en estupideces. Eres libre.
Me levanté cuando escuché el celular timbrar.
— Buenos días Elena. Su desayuno llega en unos momentos.
— Está bien.
Revisé mi ropa interior, estaba seca. Me la puse. Anthony llegó con el desayuno.
— Vine antes de la hora. El señor Daniel me llamó un poco temprano. Toma. Puedes desayunar antes que abra la tienda.
Desayuné. Anthony me entregó un sobre. Lo abrí y había dinero.
— ¿Por qué hay dinero?
— El pago es por día.
— Es demasiado dinero.
— Es por qué se paga por venta. Ahí está tus comisiones y las horas extras de ayer. Eso es lo justo.
— Okey. Gracias.
— Necesito llenar tu hoja de empleo. Para que formalmente goces de los beneficios como todos los trabajadores.
Me acerqué a la repisa y contestaba las preguntas que me hacía Anthony. Preguntó por mi nombre, apellido, edad. Esas preguntas la respondí sin dificultad. Además, esa información ya se la había dado.
— Su estado civil.
— Estoy ca...— pausé — soltera.
De todas formas Dustin iba a anular el matrimonio. No está mal decir que estoy soltera.
— Su dirección— Miré a Anthony.
— Se la daré cuando consiga un cuarto. Es que estoy en eso.
— Señorita Elena, y dónde ha estado durmiendo, perdón que pregunte Pero me dio curiosidad.
— En la casa de alguien. Pero quiero ser independiente, así que por eso busqué empleo y buscaré un cuarto.
— Está bien. ¿Hasta qué grado escolar llegaste?
— Bachillerato. No tuve la opción de ir a una universidad. Pero está bien. Estoy alegre de tener un empleo.
Anthony no siguió preguntando y yo me puse a limpiar y atender a los clientes.
— Voy a cerrar temprano. Es sábado. Mañana es día libre. Regresas el lunes a las 8:00 a 5: 00 pm, a las 12 es tu hora almuerzo y como te dije la paga es diaria. Aquí está tu pago de hoy. Puedes retirarte.
Salí de la tienda sin rumbo. No sabía dónde empezar para buscar un cuarto económico donde quedarme. Caminé hasta llegar a una iglesia católica. Entré y recé un poco. Y sin que el sacerdote se diera cuenta me quedé ahí esa noche.
Gracias Luna por una novela corta pero excelente te felicito que Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐