El Demonio Que Se Enamoro Del Ángel

Decir que me sentía devastado, no era precisamente correcto, estaba muerto en vida. Encerrado detrás de barrotes negros, que no solo me privaban de mi libertad, sino también de mi magia. Por suerte ninguno de los demonios torturadores se atrevía a venir a intentar pegarme, al menos mi padre no permitía que me tocaran.

Pero mis hermanos si venían, ninguno de los 6 creía que yo podría estar en un lugar así. Mientras que cuatro de ellos intentaban sacarme una sonrisa, Eros (el príncipe de la envidia) y Kaito (el príncipe de la lujuria) se burlaban de mí.

¿Me pregunto que se sentirá estar con un ángel?- Me burlaba Kaito - mira que he estado con cuanta criatura se puede conocer, pero un ángel jamás pasó por mi cama-

Me encantaría salir de este lugar y arrancarle la cabeza, porque sé lo que está pasando por su mente en estos momentos, pero la verdad es que no puedo y acercarme aunque sea un poco a los barrotes haría que me dieran una descarga eléctrica.

Sabes hermano, dicen que la piel de un ángel es adictiva, pero su sangre es mucho más rica- decía el idiota de Eros, me estaban revolviendo el estómago con sus palabras y mentes podridas.

¿qué hacen aquí?- le grito mi madre cuando vino a verme.

Nada, reina Melody, vinimos a visitar a nuestro hermano- se burlo Eros.

Y al parecer también gozan de que esté encerrado- les dijo con furia -escuche lo que dijeron y recuerden que 500 años pasan rápido, no vaya a ser que salga y terminen peleando- pude ver como el rostro de Eros ya no tenía esa sonrisa sobrante, mientras que Kaito se mantenía estoico en su lugar.

No tardaron mucho en irse, pues la visita de mi madre les había cortado todo tipo de goce y si ella los delataba con mi padre, también recibirían un castigo, aunque obviamente no tan fuerte como el mío.

Hola cachorro, no te preguntaré como estas porque es más que obvio- dijo tomando asiento del otro lado de la reja.

¿Cómo está ella madre?- le pregunte deseoso de tener novedades. sabía que habían pasado al menos 7 meses desde que estoy aquí, en todo ese tiempo ella siempre me esperaba y me mandaba besos, estaba embarazada de mellizos y ayudaba en un pueblo cercano con los enfermos. Me estaba perdiendo todo por estar aquí encerrado.

está bien, pude hacerle una protección para que pueda desenvolverse como médico allí arriba sin contagiarse. Mis nietos se mueven mucho, lo que demuestra lo saludables que están. Su hermano Asrael ha venido a visitarle y a dejarle monedas por las dudas que las necesite para comprar cosas y también está con ella seguido. Hemos hablado mucho hijo y realmente él no te odia, pero porque ama mucho a su hermana y aun a pesar de todo esto, la ve muy feliz- me dijo con cierta tristeza que no pasó desapercibida por mí.

no la volveré a ver ¿verdad madre?- le pregunte suspirando.

Si hijo, pero debes ser paciente. Entiende que lo que hiciste estuvo mal, aunque eso haya sido bueno para ustedes- me dijo pasando su mano por los barrotes, por alguna extraña razón a ella no le afectaban las descargas, o quizás, era más grande el deseo de apoyarme que el dolor que sentía.

500 años para mí no son muchos, pero la dejé sola, aun cuando más me necesitaba- lloré como el día que me encerraron.

Ella no está sola, hijo y comprende muy bien que no podrá verte, al menos en esta vida- me dijo apretando mi mano.

Desde ese momento comprendí cuan doloroso era realmente este castigo, mi madre venía al menos una vez a la semana. Gracias a su collar pude conocer a mis hijos cuando nacieron, cuando cumplieron su primer año, pude verla a ella hablarles maravillosamente de mí. Eran diablos los dos, y mi madre les había conseguido collares para disimular su aspecto. Crecían a paso agigantado, mientras ella envejecía siendo aún más hermosa que antes. Vi como tanto ella, como los niños, mi madre y su hermano disfrutaban de días soleados y días grises. Sentía como mi corazón se destrozaba cuando mis hijos le preguntaban cuando me conocerían, pero ella siempre con su encantadora sonrisa les explicaba que eso aún no era posible.

Me moría por dentro y mi madre lo sabía, me apagaba con cada lágrima derramada por ella en silencio cuando nadie estaba cerca. Cuando miraba la luna llena con la esperanza de que apareciera en el bosque donde una y mil veces nos encontramos y yo jamás aparecía. podía ver como mis hijos iban creciendo y se hacían hombres fuertes que protegían a su madre, ella los había llamado Caleb y Logan.

Llevo 25 años en este horrible lugar y aún no sé cómo no perdí la cabeza, mi madre vino la semana pasada y me dijo que ella no estaba muy bien de salud, eso me detonó. No aguanto nada, ni siquiera las bromas de mis estúpidos hermanos, que se ve que tienen demasiado tiempo libre como para joderme la existencia a mí.

Por la mañana vino Tadeo (príncipe de la avaricia) estuvimos hablando de todo y a la vez de nada. Pero antes de irse, vi como puso un conjuro en la puerta de la celda y me guiño un ojo, ese maldito loco me estaba dejando en libertad. Lo cierto es que desde que me encerraron mi padre jamás vino a verme y ninguno de sus estúpidas marionetas, así que escaparme aunque sea un momento al día no estaba muy mal contemplado.

Hermano ¿aún sigues aquí?- se burló de nuevo Kaito. ¿por qué nadie le arrancaba la cabeza a este tarado? Ah si porque es hijo de Satanás. -sabes, estaba pensando en hacerle una visita a tu ángel, aunque ahora debe estar toda arrugada ¿cuántos años tiene?. Quizás aún podría hacerla gemir como no pudiste en todos estos años- y ahí estaba, la última gota que derramó el vaso, ya no puede contenerme y me solté, deje salir a mi bestia y para la mala suerte de Kaito, mi ira se enfocaba solamente en él.