Marcus ha reencarnado en Amanda, la emperatriz cuya vida termino en una muerte miserable, pero ahora, cambiara todo, sobrevivirá y se vengara de quienes le arruinaron la vida.
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capítulo 6
Amanda: valla ego el del emperador, tranquilo eso ya lo entendí desde el momento que nos casamos de hecho tengo una idea, hagamos un trato, si en 6 meses puedo cumplir a cabalidad con mis deberes de emperatriz me da el divorcio y el ducado de mis padres y todos salimos ganando ¿qué dice?
Santiago abrió los ojos como plato de la sorpresa lo pensó por un momento, ya que si le da el ducado dejaría a los padres de su concubina favorita en la calle, pero está le estaba proponiendo el divorcio y desde que se casó era lo que él más quería lo pensó bien y dijo--- acepto
pero 6 meses ni un mes más--- Amanda le respondió--- para que no haya dudas lo vamos a hacer por escrito--- Santiago le dijo ---no tengo problema con eso y si quieres mando a redactar los papeles del divorcio de una vez para que los firmemos y cumplido este plazo solo le ponemos el sello real para que se hagan válidos---
Amanda se le dibujó una sonrisa en el rostro--- estoy conforme con eso y por cierto necesito a mi doncella no la voy a enviar otra vez a la cocina--- esta bien no te preocupes-‐-le respondió Santiago
Amanda no esperó más y dio media vuelta para salir con una sonrisa triunfante como si le hubieran dado el regalo más hermoso... Santiago sintió que hirió su ego y para desquitarse antes que ella cruzara la puerta dijo--- por cierto has algo con tu cara que podrías asustar a los nobles que vienen al palacio---
---no se preocupe en emperador si lo dice por usted yo tampoco quiero ver su cara y de ahora en adelante nos comunicaremos por medio de Cedric su asistente--- hizo una reverencia con su cabeza dio media vuelta y salió con su sonrisa radiante echo que molestó mucho más a Santiago, se sintió menospreciado
Cuando estaba caminando por el pasillo vio venir de frente a su "querida hermanita" que venía con una doncella de cada lado Amanda se le dibujó una sonrisa ya era hora de empezar su venganza
Raquel en el momento que vio a Amanda le dijo a sus doncellas--- al parecer no fue suficiente con los azotes, hay que hacerle la vida más miserable, ya que esta demasiado tranquila--- y sonrió, las doncellas también empezaron a reír y a mirar Amanda con mirada altanera, cuando esta se acercó a ellas Raquel se le paró al enfrente, pero justo cuando iba a hablar Amanda hablo primero
--- que alegría hermanita no se te ha olvidado la etiqueta, cuando ven a alguien de mayor estatus tú te inclinas, ya que soy la emperatriz y tu una simple concubina--- la miró con una media sonrisa los brazos cruzados y una ceja levantada esperando respuesta
El rostro de Raquel se desfiguró, como era posible que esa estúpida le hablara tan altanera, una de las doncellas Susan hablo--- ja tú no eres nadie para venir a exigir respeto--- la otra doncella Berta también comento---hasta la basura es más que tú--- cuando Raquel las escucho hablar sonrió ampliamente mirando Amanda a los ojos como si hubiera obtenido la victoria
Amanda sonrió por las palabras de aquellas mujeres para luego mirar a un grupo de guardias que estaban haciendo su ronda y llamar ---¡guardias!---
Al escuchar estos fueron al llamado de la emperatriz---su majestad díganos---
--- por favor arrestan a esas dos doncellas y deles 20 azotes a cada una por faltar me el respeto y por negarse hacer la reverencia correspondiente---
Las dos doncellas abrieron los ojos que parecían que se iban a salir de su órbita y se pusieron nerviosas mirando a Raquel esperando que las libere del castigo
Raquel borró la sonrisa que tenía y se fue poniendo roja de la rabia diciendo---ni lo sueñes o es que acaso no sabes que yo soy la concubina favorita del emperador y ellas mis doncellas---
---querida acaso crees que eso mi importa yo sigo siendo la emperatriz y tengo la autoridad de disciplinar a las sirvientas que no saben respetar espero que a todos les quede claro---Amanda hablo levantando la voz para que los sirvientes y soldados que estaban cerca la escucharan y les quede claro que él no era como la dueña del cuerpo que se dejaba intimidar por todo el mundo
Abel quien veía y escuchaba todo desde lejos solo reía por la escena que su albina estaba haciendo, le alegraba que por fin se defendiera y no dejara que la humillen como lo estaban haciendo
