Soy Emilia Jones, llevo dos años de matrimonio con Antonio Del Castillo, hoy se cumple nuestro acuerdo de matrimonio, y estoy en mi oficina cuando veo entrar a su abogado.
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Divorcio
Capítulo 6: Divorcio
ANTONIO
Despierto por la mañana, y me doy cuenta de que el otro lado de la cama está vacío, ya se había ido. Estoy feliz por lo que sucedió anoche, la verdad, estaba esperando hacer eso hace mucho tiempo. Pero ahora no sé como mirarla a los ojos, pues me di cuenta de que era su primera vez. Me siento un estúpido, porque fue su primera vez y lo hicimos porque estábamos ebrios, y eso no contaría como en realidad tener relaciones. Salgo de la habitación, ella está desayunando, en cuanto me ve, se levanta, toma su bolso, y sale rumbo a su trabajo, ¿a caso me está evitando? Qué estúpido soy.
Llego a mi oficina de mal humor, y mi mejor amigo, Juan, entra.
JUAN: ¿y esa cara larga?
ANTONIO: Anoche, Emilia y yo, consumamos nuestro matrimonio al fin.
JUAN: ¿y? ¿No te gustó?
ANTONIO: ¡Me encantó bro!, es solo que, era su primera vez y yo no lo sabía, y que ambos estábamos ebrios, y eso me da temor, incluso, esta mañana me evitó.
JUAN: Pues si ese es el problema, habla con ella y listo. Solo les quedan cuatro días de matrimonio. Dile lo que sientes por ella.
ANTONIO: No puedo hacer eso, ella no me ama, no sería correspondido, además, ya le conté sobre Jimena y el embarazo.
JUAN: ¿Cómo estás seguro de qué es tuyo? Pues recuerdo, que siempre te cuidabas.
ANTONIO: La verdad, no sé, y para comprobar si es o no mío, debo esperar a que nazca y así pedir una prueba de ADN y salir de todas mis dudas.
JUAN: Y mientras todo eso sucede, Emilia se enamora de otro, se casa y hasta tendrá su propia familia. ¿Estás seguro de que quieres seguir con el divorcio? Quizás, sea tu última oportunidad con ella. Yo solo digo.
Las palabras de Juan retumban en mi cabeza, pero sabía que no era correcto retenerla a mi lado en contra de su voluntad, y además, que acepte que otra mujer está embarazada de mí.
EMILIA
Pasaron los siguientes días con normalidad, y estoy en la oficina cuando veo a Juan entrar con un portafolio, solo pensé, qué ni siquiera tuvo la delicadeza u hombría de venir él mismo. ¿Tanto quiere qué le deje el camino libre?
Saludo a Juan y él, a mí, se sentó, y empezamos a hablar.
Luego de un rato, solo llegamos al tema que en realidad importa en estos momentos y es mi divorcio. Firmo el documento y él se va, sin decir nada más. En verdad pensé que Antonio anularía este acuerdo después de haber consumado nuestro matrimonio, pero ya no había vuelta atrás.
Llamé al chalé para pedir que recogieran mis cosas y enviarán mis pertenencias a mi departamento, para cuando yo saliera del trabajo, no tendría que ir hasta allá y toparme con Antonio, no es que lo odie, solo es que sería incómodo seguir viéndonos y hacer como si nada hubiera ocurrido, si no hubiéramos tenido sexo aquella noche, esto hubiera sido más fácil.
