Una Cenicienta Más

—Joven no es lo que parece, juro que le devolveré hasta el último centavo, lo necesito, mi abuelo necesita algunas medicinas y no completo, se lo pagará hasta con intereses pero por favor no me delate—

—Todas las mujeres son unas mentirosas, como puedo confiar en una ladrona como tú —

—Por favor joven yo le pagaré todo incluso haré lo que usted me pide pero déjame salvar la vida de mi abuelo —

—¿Harás todo lo que te pida?—

—Si joven, todo lo que usted pida— Rafael la miró de pues a cabeza la miró por un momento y dijo:—Incluso te casarías conmigo — Ella creyó que estaba escuchando mal pero sin embargo Rafael volvió a repetir la misma pregunta —¿Te casarías conmigo?— ella por unos momentos dudo de lo que iba a decir pero dijo: —incluso seré su esclava si usted así lo desea, solo ayúdeme a salvar a mi abuelo—

—Muy bien primero iremos al registro civil, después de que nos hayamos cansado pagaré todos los gastos de tu abuelo, te prometo que tú saldrás más beneficiada que yo te pagaré muy bien tus servicios —

—Pero soy menor de edad no me puedo casar sin el consentimiento de mi tutor —

—Yo arreglaré eso—

En pocos minutos estaban en el registro civil, ninguno de los dos estaba vestido para la ocasión, más que una boda fue una transacción de negocios pues Rafael también le había hecho firmar un contrato ella no podía separarse de el durante un año o a menos que el quisiera lo contrario, Rafaela firmo sin dudarlo ya que a ella lo que le importaba era la vida de su abuelo. Después de aquella desangelada ceremonia fueron para el hospital donde se encontraba su abuelo, llevaron los medicamentos, incluso Rafaela estaba hablando con el se veía mucho mejor Rafael estaba a su lado el abuelo lo miro y dijo: —¿Quién es este muchacho?— los dos se miraron por un rato hasta que Rafaela dijo: —Abuelo el es el joven de la casa donde trabajo, el me ha prestado el dinero para tus medicinas— el abuelo lo miraba y cuando hablo dijo: —Muchacho se que apenas conoces a mi nieta, pero es una buena muchacha se va a quedar desamparada no tiene más familia que a mí así que te pido que la cuides para que no caiga con un mal hombre, se que yo tengo los días contados, por eso te lo pido se que tú y tu familia se han portado bien con mi niña así que te lo pido como un acto de caridad— cuando el abuelo termino de decir esas palabras los monitores empezaron hacer ruidos algo estaba mal, los médicos y enfermeras entraron pero está vez no pudieron hacer nada por el, otro infarto pero está vez fue fulminante.

Rafaela no paraba de llorar, Rafael la sostenía en sus brazos la vio tan frágil sabía que debía de cuidarla y por eso de se iba aprovechar de ella, se llevó acabo el funeral del abuelo Rafael siempre estuvo a su lado no quería verla triste, sin embargo es algo que no se puede evitar.