La Villana Cambiará Su Final

La Condesa estaba feliz, pues había recibido una invitación de la emperatriz para beber el té, pero al leer la carta por completo, esa felicidad se esfumo, pues ahí mismo venía escrito que la emperatriz quería conocer a sus dos hijas, eso significaba, tener que llevar a Marion, la Condesa va en busca de Selene, culpadola de que Marion fuese llamada también, porque la presento ante el príncipe.

- madre ¿por qué se preocupa? ¿Cree que ella va robarme al príncipe?

La Condesa ríe por las palabras de su hija, por supuesto que eso es algo totalmente absurdo.

- esa bastarda nunca podría, además ella ya tiene un prometido.

- por supuesto madre.

Vaya mujer más desagradable, entregar a una niña a un tipo perverso, aquel hombre en estos días debe tener unos 30 años, para cuando el Duque venga por Marion, será un hombre de casi cuarenta años.

- dale uno de tus vestidos a esa bastarda, no quiero que la emperatriz diga que no la visto bien y más vale que no diga nada, debe limitarse a hablar, tienes todo el día de hoy para educarla.

Todo es culpa de Selene, así que lo dejará a su cargo, por supuesto, a esa mujer no le importa estarle dejando responsabilidades de un adulto, a una niña de doce años. Selene llama a Milie para que encuentre entre sus ropas, un vestido que pueda quedarle a Marion, mientras que ella va en busca de la niña, para decirle que debe ir con ella, al palacio.

- pero yo, yo no se nada de los modales, si lo hago mal...madre podría.

- no te preocupes, tenemos todo el día para aprender, lo principal es el saludo.

- e-esta bien...daré lo mejor para no dejarte mal, hermana.

- no me preocupa eso, hay que hacerlo bien para evitar que madre se enoje contigo.

Selene llama a unas doncellas para que sirvan el té en la habitación de Marion, pues también debe mostrarle los modales en la mesa y que cubiertos usar, aunque también va procurar sentarse junto a Marion para ayudarla en caso de que olvide algo. En el palacio, Alexei estaba terminando su entrenamiento con el capitán de caballeros, cuando le dicen que la emperatriz lo esta llamando, rápidamente se va a su alcoba para bañarse, estando ya listo se dirige al palacio de la emperatriz, donde es guiado por las doncellas hasta una pequeña sala, ahí la mujer ya lo esperaba, Alexei entra saludando con una reverencia.

- me han dicho que mando por mi, majestad.

- Alexei, sabes que puedes decirme mamá, cuando estamos solos.

- claro, madre. ¿Por qué me ha llamado?

- con respecto a lo que me has dicho, mande llamar a la Condesa y a sus dos hijas, si esa mujer de verdad trata mal a su segunda hija, lo sabré mañana.

- lo que escuche es verdad madre, sabe usted que no diría nada si no fuese cierto.

Y es que aquel día, Alexei escucho como la Condesa y Selene hablaban mal de Marion y que al parecer, la niña será entregada a un Duque, por supuesto investigó, ese Duque Muller, no es para nada un buen hombre y además, es demasiado mayor.

- la Condesa nunca me ha inspirado confianza, no comprendo como tu padre acepto el compromiso. Lamento que no puedas ser quien elija a tu futura esposa.

- no se preocupe madre, yo comprendo.

Aunque quizás lo que la condesa hace, pueda servir de excusa para romper su compromiso con Selene, si de por si, no le caía bien, ahora mucho menos, al saber como trata a su hermana menor.

Al día siguiente, como se había acordado, la Condesa y ambas niñas bajan del carruaje cuando este se detiene en la entrada principal del palacio, ahí ya había un grupo de doncellas esperando, las cuales les piden seguirlas, para llevarlas hasta la emperatriz, Marion estaba fascinada por el lugar, era mucho más enorme que la mansión Dubois, mientras van por un pasillo, Selene alcanza ver a Alexei mirando desde el otro lado, este le sonríe con burla, Selene simplemente desvía la mirada, causando cierta molestia en el príncipe, las tres siguen su camino hasta que llegan a la sala principal del palacio, ahí la emperatriz ya les espera y las doncellas comienzan a servir, Las tres hacen una reverencia ante la emperatriz.

- saludos emperatriz, madre del imperio, la condesa Dubois espera se encuentre bien. Estás son mis hijas, Selene Dubois y Marion Dubois.

En esa última, hace una mueca, pues le molesta tener que presentarla como su hija y la emperatriz se ha dado cuenta.

- Marion Dubois la saluda, emperatriz.

- Selene Dubois la saluda, emperatriz.

Ambas niñas hacen una perfecta reverencia, Selene se alegra de haber practicado con Marion hasta tarde la noche anterior.

- mucho gusto en conocerlo señoritas Dubois, tomen asiento.

Ambas niñas esperan a que la condesa tome asiento y luego hacen lo mismo ellas, Selene se sienta junto a Marion para poder ayudarla.

- escuche que la señorita Marion fue adoptada por los Condes.

- así es majestad, los padres de la niña, fueron muy buenos amigos de mi familia.

- ¿como se siente estando en la familia Dubois, señorita Marion?

- e-eh...bueno yo...al principio fue difícil, pero Selene ha sido muy amable conmigo, me alegra tener una hermana como ella.

La emperatriz estaba atenta a los gestos de la Condesa y esta no se veía nada feliz, quizás se debe a que Marion solo elogió a Selene, eso significa que es la Condesa la que tiene problemas con la adopción de la niña.

- ya veo, entonces la señorita Selene es una gran hermana mayor, eso es muy lindo, yo también tuve buenas hermanas, cuando me adoptaron.

- ¡oh! Por supuesto, siempre le digo a Selene que debe querer a Marion, aún si no es de nuestra sangre. Me alegra que esa niña aprenda mucho de mí.

La Condesa se ríe de manera forzosa y cuando esta por acariciar la cabeza de Marion, esta se encoge de hombros temerosa, esa reacción no pasa de ser percibida por la emperatriz y Selene, quien mira a su madre con molestia.

- entiendo. Entonces Condesa, como la señorita Selene va pertenecer a esta familia, no le importa si la invito seguido al palacio.

- por supuesto que no, es mejor si se familiariza con el lugar.

La Condesa esta feliz de escuchar eso, pues siendo madre de Selene, ahora tendrá acceso directo al palacio.

- la señorita Marion también deberá venir con ella, pero usted no podrá.

Esa sonrisa pronto desaparece, mostrándose ofendida.

- pero alteza, no puedo dejar a mis hijas solas.

Le molesta el hecho de que también Marion, sea invitada, pero lo que más hiere su ego, es que ella, no esta siendo invitada.

- cuando su hija se case, deberá vivir lejos de usted, Condesa, la señorita debe comenzar a acostumbrarse, no debe preocuparse, pues ella estará a salvo.

- l-lo se...pero...nunca ha...

- no se preocupe madre, Marion me hará compañía, estaré bien, no debe preocuparse de más, le hará daño a su salud.

Selene toma la mano de su madre entre las suyas mientras sonríe de la manera más amable posible, pero la Condesa sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, desde hace unos días, ha estado teniendo extrañas sensaciones de miedo cada vez que esta cerca de Selene.

- s-si mi hija lo dice...eres una niña tan valiente.

- con eso tomaré por hecho que no hay problema. La invitación la enviaré dos veces cada quince días, para que no sea tan seguido, espero verlas señoritas.

- por supuesto majestad, será un honor estar presente.

Selene se inclina levemente con la mano derecho sobre el pecho, Marion hace lo mismo que Selene agradeciendo por la invitación. Le emperatriz se retira pues debe cumplir con sus deberes.

- para mi también es todo un honor.