DEMONIOS VANNECELLI

**lían Vannecelli**

-Al escuchar el timbre de entrada, nos dirigimos a nuestras clases y nos despedimos de nuestros primos. Al llegar a nuestro salón, notamos un grupo de compañeros que nos observa; uno de ellos dirige la mirada hacia mi reloj, mientras que otro lo hace hacia el teléfono de Matteo. Elio se encamina hacia su asiento y reclina la cabeza sobre la mesa; parece que siempre tiene sueño o hambre. Me pregunto cómo puede ser un buen alumno si nunca estudia. Tomamos asiento a su lado, reviso mi teléfono y me doy cuenta de que el chico que se encuentra un pupitre adelante Comienza a lanzarle papeles y diversos objetos, pero él no reacciona. Observé al grupo, que solo se ríe. Al notar que me miran, él dirige su atención hacia mí, pero yo simplemente giro los ojos; esto no es un problema que me concierna. Miro mi reloj: todavía faltan algunas horas para que termine la clase y pueda irme. Le digo a Matteo-¿Qué te parece si esta tarde vamos al club a relajarnos?.

-Él responde-Me parece una buena idea; también podemos ir de compras, han llegado nuevos juegos.

- Siento un golpe en la cabeza y veo cómo el papel cae al suelo. Dirijo la mirada hacia el grupo, que se ríe; uno de ellos se atreve a decir- Lo siento, no era para ti.

- Ruedo los ojos y miro mi teléfono; debo mantener la calma, no puedo permitirme caer tan bajo por culpa de estas personas. Matteo me pregunta- ¿Vas a dejar que te golpeen?

- Le respondo-No pienso rebajarme, simplemente los ignoraré.

- Observamos cómo el grupo se acerca a nosotros. Uno de ellos comenta- Oye, Vannecelli, tienes un bonito reloj, se nota que es costoso. ¿Me lo prestas?

- Observé que intentaba tocar mi reloj, así que moví rápidamente mi mano y le dije- En tu vida podrías tocar un reloj como este. No quieres tener problemas conmigo; es mejor que te alejes de una vez.

- Él hizo una expresión de molestia y estaba a punto de responder cuando entró el profesor. Lo que dijo fue-Te salva el profesor, pero te vas a arrepentir.

- Luego, se dirigió hacia su asiento. Yo respiré profundamente, aún molesto, mientras notaba la mirada del chico que se dejaba golpear, quien nos observaba.

A continuación, volví mi vista hacia el profesor, que comenzaba la clase.El tema abordado era básico. Tras transcurrir unas horas, el profesor se retiró, indicando que tenía que asistir a una reunión de profesores, lo que nos dejó con una hora libre. Era la primera vez que un profesor hacía algo así. Miré a mis primos: Elio estaba dormido y Mateo estaba enviando mensajes por el teléfono. Decidí sacar mi teléfono para jugar un rato mientras pasaba la hora. De repente, sentí una presencia y al mirar hacia arriba, vi a varias alumnas. Una de ellas se presentó diciendo- Hola, chicos, soy Amalia. Es genial que chicos como ustedes estén en nuestra escuela.

-Mateo respondió- Sí

-Ella respondió- ¿Qué les parece si, al salir de la escuela, hacemos algo?

-Matteo preguntó-¿Hacer qué?

-Yo respondí-Gracias por la invitación, pero ya tenemos planes.

-El timbre sonó, lo que significaba que este horrible día de clases había terminado. Matteo despertó a Elio, tomamos nuestras mochilas y comenzamos a salir. Al dar unos pasos, sentí que alguien me empujaba, tropezando con Elio. Al volverme, pude ver a la persona que me había empujado. Era el chico que había sido agredido anteriormente y, tras caer al suelo, observé cómo el grupo de jóvenes problemáticos se reía. Uno de ellos comentó-Ya no está el profesor, así que aprendan quién manda en este salón.

-Noté que el chico se quitaba el bolso y caminaba hacia mí. Le pregunté- ¿De verdad quieres hacerlo?.

-Él no respondió y trató de golpearme, pero logré sujetarlo del puño y comencé a doblar su mano. Me miró sorprendido y dolorido, exclamando- ¡Suéltame, idiota!.

-En ese momento, su amigo se acercó con la intención de agredirme, pero conseguí patear a uno de ellos. Levantó la voz y dije- Elio, cierra la puerta; les enseñaremos quiénes son los que mandan en este salón.

-Al soltar su puño, comencé a descargar golpes en su rostro uno tras otro. Matteo y Elio se unieron a mí, golpeando a los otros tres, mientras que el alumno que se encontraba en una esquina observaba la escena con asombro. Pasados unos minutos, ese grupo quedó tendido en el suelo. Pude ver cómo Matteo y Elio sonreían. Fue entonces cuando Elio dijo- El primer día de clases ya tuvimos nuestra primera disputa, aunque no puedo esperar a ver qué sucede mañana. Este colegio me está gustando.

-Le comento-Es divertido, pero debemos irnos antes de que se dé cuenta de que fuimos nosotros.

-Mientras salimos del salón, al caminar por el pasillo escuchamos que alguien dice- Vannecelli.

-Nos damos la vuelta y vemos al chico de antes. Matteo le pregunta-¿Qué necesitas?

-Él responde-Lo que hicieron en el aula fue impresionante, pero eso les acarreará muchos problemas y caos.

-Elio sonríe y dice-¿Problemas? ¿Caos? Eso sería muy interesante, ya que nos encanta y será entretenido observar lo que harán esos perdedores.

-Él abre los ojos de sorpresa, sin poder creer lo que mi primo acaba de decir. Responde- Ustedes no comprenden, ellos forman parte de una pandilla del colegio. Son peligrosos, todos en la escuela les temen. Ustedes podrían estar en peligro si el líder de la banda se entera de lo que hicieron; les hará la vida imposible.

-le respondo- te agradezco por la información, pero no tenemos temor hacia nadie.

-Nos dirigimos hacia la salida y, al encontrarnos con nuestros primos, notamos que nuestra camioneta ya está lista, así que procedemos a subirnos.-