Tras la muerte de su padre, Violeta se enfrenta a una desgarradora decisión: regresar a la casa que heredó de él y lidiar con la última esposa de su padre, una mujer perversa que la someterá al dolor y la inseguridad. La convivencia con esta mujer, quien busca imponerse en la vida de Violeta, se tornará un infierno.
En medio de esta difícil situación, un ángel de carne y hueso se cruza en el camino de Violeta, alguien que no revelará sus verdaderas intenciones hasta que ella no sienta amor verdadero. ¿Podrá Violeta encontrar la fuerza para superar sus miedos y abrir su corazón al amor? ¿O sucumbirá ante la maldad que la rodea?
Esta es la historia de una joven que lucha por encontrar su camino en medio de la adversidad, una historia llena de emociones, secretos y un amor que lo cambiará todo.
Con gran admiración a todas las románticas que aman leer sobre: amor, emoción, algo de tragedia y misterio, intento regalarles una lectura que me encantó hacer y emocionarme junto a Violeta
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Conexión mágica
Una vez estuvo por completo dentro de ella, comenzó a moverse lento y cariñosamente, a lo que ella respondía igual, debatiéndose entre el dolor y el placer que iba en aumento, tomándolo por el trasero. Gemía pidiendo más, se movía debajo de él con fuerza y necesidad. Eric le hizo el amor, llevándola al clímax en pocos segundos. Sin dejar de moverse sobre ella, intensificó los movimientos, que iban aumentando en velocidad y brutalidad, envolviéndola en una nueva ola de calor sofocante y de encantamiento total. Eric gemía en su boca con la frase: "Eres mía, hermosa", cuando llegaron al clímax juntos. Vita no pudo evitar gritar: "No pares, no pares", con sensaciones de no tener fin. Quedaron exhaustos unos minutos más tarde.
Vita descansaba su cabeza sobre el torso de Eric, que acariciaba el contorno de su cuerpo. Por su cabeza pasaban imágenes de los ojos de Vita brillantes y felices, cálidos y extasiados, lo apretada que se sentía, y luego, al quitarse el preservativo, vio la sangre. Susurró en su frente: "¿Por qué me elegiste a mí, bella?", sin preguntar a qué se refería. Dijo: "Nunca nadie me hizo sentir chispeantes los labios como tú". Sonaron risitas en el pecho de él y la rodeó para abrazarla y besarle la coronilla. "Me gustó, me gustó mucho ser tu primer hombre", dijo. Vita, sonrojándose, lo besó y escucharon un gruñido salir de su estómago, a lo que ambos rieron al unísono. "Creo que muero de hambre", dijo, mientras Eric ya estaba en pie. Al verlo ahí parado desnudo con tanta masculinidad, se sintió orgullosa de su elección.
"Vamos a la cocina", le dijo, dándole su camisa para que se la pusiera. "Mira, soy soltero y, como verás, no soy del tipo de preparar comida, solo tengo una pizza congelada", le dice a Vita entrecerrando los ojos, avergonzado. Él cocinó la pizza en el microondas y la sirvió en un plato junto a dos vasos de cerveza, y sobre una bandeja los llevó al sofá del living. No fue la mejor cena, pero estaba rica y la compañía era adorable. Eric puso una película y se acurrucaron frente a la pantalla mientras él la abrazaba y veían la película. Vita sintió la erección de Eric asomarse y apretarse en su trasero, juguetona empezó a menearse contra él provocándole. Él se hizo el desentendido y ella tuvo que girar y agarrar su miembro con movimientos suaves arriba y abajo, solo para darle la vuelta y volver a hacerle el amor una y otra vez como si no lo hubiera hecho nunca. Una vez en la ducha, se lavaron mutuamente. Vita pensaba cómo era posible tener una conexión mágica con alguien a quien no conocía. Secaron sus cuerpos entre besos y caricias y se durmieron abrazados.
A la mañana siguiente, Eric se despierta y Vita no estaba, la buscó en el cuarto de baño, y cuando fue al living tampoco estaba su bolso ni su calzado. Recordando que no tenía su número móvil, le surgió una angustia, ¿por qué no se lo había pedido? No sabía dónde vivía porque se había mudado del departamento, ni siquiera sabía su apellido, ¿dónde y cómo la encontraría? Volvió a la habitación, se vistió y preparó para ir al trabajo, va a prepararse un café. Sobre la mesa de la cocina había una nota de Vita. "Eric, la pasé muy bien anoche, gracias por todo, incluso tu pizza congelada, estaba deliciosa al igual que tú. Un beso. PD: Eres un amante fabuloso, me encantó sentirte. ¡Llámame!" A continuación, deja su número apuntado en la nota, a lo que Eric respiró aliviado. Sin perder más tiempo, marca su número y le envía un mensaje: "Buen día, Vita, gracias por no desaparecer de mi vida", con un emoji de corazón al final.
Fue una mañana tranquila en la oficina, a la hora del almuerzo, su secretaria le recuerda a Vita la reunión que tiene a última hora con el señor Ortiz, que le traía una propuesta para un hotel, alguien que le había sugerido su padre. "Bien, Olivia, gracias, vuelvo en dos horas". Se dirige a almorzar con Norma, tenía mucho que contarle a su amiga sobre su nueva conquista. "Me siento en las nubes, Eric es de lo más adorable, siento que si seguimos viéndonos podemos tener algo serio". Norma la veía y sonreía sabiendo que sería fácil que se enamore del tal Eric al que ella no recordaba porque la noche del bar ni le dedicó una mirada.