No, esto no puede ser cierto. Esa mujer no pudo destruir mi vida aún más de lo que ya lo ha hecho. ¿Qué más quiere de mí?, ¿acaso planea mi muerte?. No, si me quisiera muerto lo estaría. Quiere que pase mi vida postrado, arrastrándome como un gusano.
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Me equivoqué
Alberto: esto es algo que no esperé. He cometido un gran error, tocan la puerta.
Miguel: señor, lamento importunarlo, pero ya tengo parte de la información que me pidió.
Alberto ¿parte?.
Miguel: sí, no hemos podido comprobar la muerte de su esposa porque habría que exhumar el cuerpo y podría filtarse la noticia. Pero lo de su hijo ya ha sido confirmado y...
Alberto: ¿qué pasa?.
Miguel: no ha sido difícil de descubrir.
Alberto: ¿qué quieres decir con eso?.
Miguel: con todo respeto señor. Las mentiras alrededor de su hijo son como castillos de naipes, solo bastó con preguntar. Sus amistades aseguran que es imposible que haya manejado ebrio, pues el joven no bebe. Y los resultados en el hospital dieron altos en alcohol, pero una investigación a fondo arrojó que le fue administrado, no ingerido.
Alberto: ¿entonces el accidente?...
Miguel: alguien lo planeó y su vida escolar también fue manipulada. Su hijo nunca tuvo malos resultados escolares, al contrario, pero están cambiados por los de Adrián, su madre le pagaba al profesor y también compró a algunos de sus compañeros para que lo acosaran. Por eso era transferido con regularidad. A pesar de todo se inscribió en una escuela poco conocida y se graduó vía online con honores. Por lo que pudimos averiguar por sus conocidos y los lugares donde trabajó...
Alberto: ¿trabajó?, ¿cómo que trabajó?.
Miguel: sí, tenía varios empleos de medio tiempo. Con ellos pagó su carrera. Además las tarjetas de crédito a su nombre y la larga lista de gastos que siempre tenía, no eran suyos sino de la señora Rosalin y Adrián.
Alberto: ¡¿qué?!, entonces Dorian ...
Miguel: se puede decir que vivía de su trabajo. Hasta intentó tener su propio negocio y todo indicaba que triunfaría. Pero fracasó cuando nuestra compañía presentó un proyecto innovador idéntico al suyo...
Alberto: no sigas... no digas más, me equivoqué. Esa mujer me puso en contra de mi propio hijo. Tráelo aquí, está solo. No es seguro para él, ella podría volver a intentar dañarlo.
Miguel: desapareció.
Alberto: ¡¿qué?!.
Miguel: su hijo ha desaparecido o más bien se marchó.
Alberto: ¿cómo?, ¿a dónde?.
Miguel: no lo sé, solo pude comprobar que salió del país.
Alberto: acaso ella...
Miguel: no, su esposa no tiene nada que ver. Su hijo es alguien muy capaz, por lo que he investigado tiene mucho talento. Si quiere esconderse no será fácil encontrarlo.
Connor: parece que la has cagado a lo grande.
Alberto: sí, lo he hecho. Ahora entiendo la tristeza y el resentimiento en las palabras de mi hijo. Se supone que yo debía protegerlo y no lo hice, por mi culpa, por mi incompetencia mi hijo no volverá a caminar.
Miguel: señor, tengo los resultados de la prueba de ADN. No fue difícil obtener una muestra de Adrián y resultó no ser su hijo biológico.
Alberto: jajajaja mierda, me río con amargura. A mi mente llegan las veces fue favoreci a Adrián por encima de mi hijo. Siempre estuve resentido por la muerte de su madre y lo peor es que ahora estoy seguro que no fue su culpa. Cuántas veces lo ignoré o le fallé como padre. Cuándo quería mi atención no se la di, pero no se la negué al que creí mi otro hijo. Y aquella vez, la primera conversación que tuvimos frente a frente, que me dijo lo que sucedía. Ni siquiera le creí, estaba tan enojado por lo que pensé que eran mentiras, que descargué mi furia sobre aquel chico, fue la primera vez que puse mis manos sobre él, no me medí, salió todo ese resentimiento que guardé por años. Siempre me arrepentí por ello, fue la única vez que levanté mi mano en su contra. Después de ello era aún más callado que de costumbre y si lo regañaba solo lo aceptaba sin reprochar. Llevo mis manos a mi rostro, lloro como un niño pequeño. ¿Cómo puedo enfrentar a Alina?, ¿cómo puedo decirle el daño que le provoque a nuestro hijo?. A mi mente vienen sus palabras, ¿tú lo sabías Alina?. Esa maldita te atormentó hasta el último suspiro.
Connor: conozco a Alberto hace muchos años y nunca lo vi como ahora. Pongo mi mano en su hombro, lo hecho no puede deshacerse, pero el futuro no está escrito, ahora ¿qué harás?.
Alberto: pagará, esa maldita pagará, pero no me corresponde a mi hacerlo. Soy tan culpable como ella, pero por primera vez haré lo que debo, le prepararé el camino a mi hijo para que tome todo lo que le fue negado, lo que es suyo por derecho. Miguel prepara los papeles del divorcio.
Miguel: la señora no los firmará.
Alberto: lo hará, aunque no sabrá lo que estará firmando entiendes ¿verdad?.
Miguel: déjelo en mis manos. Pero no pude entregarlo a su hijo tampoco, se desconoce su paradero.
Alberto: no te preocupes, ya tengo algo en mente. Mientras búscame una amante que sea joven y hermosa.
Miguel: ¿una amante?
Alberto: sí, es tiempo de que Rosalin pruebe de su propia medicina.
Miguel: ¿que es lo que busca con exactitud?.
Alberto: busca a una familia que esté dispuesta a entregar a su hija. Hazlo todo de manera legal, no quiero problemas después. Tráela aquí iremos a un país que acepté el matrimonio con más de una persona.
Miguel: ¿quiere casarse?.
Alberto: sí, a Rosalin le pertenece la mitad de lo que tengo, pero en los papeles que firmará renegara de esos derechos. Pero las acciones que tiene de la empresa como mi esposa no son transferibles. Así que las reduciré al tener a otra legalmente casada conmigo.
Nadie podía imaginarse las vueltas del destino y que esta decisión afectaría la vida de una joven que también vivía su propio infierno. Pues quien estaría en medio de esta historia turbulenta seria Isabella González, era huérfana, adoptada por una familia rica. La mujer no había podido tener hijos, por eso buscaron a la pequeña. Llegó a esa casa con solo unos meses de vida y todo era dicha, era feliz, amada y consentida. Pero todo cambió cuando milagrosamente su nueva madre pudo concebir. Estaba embarazada, pronto sería hermana mayor. La atención de la pareja se centró en la nueva integrante de la familia y la niña poco a poco fue dejada de lado, enterándose de la peor manera que esas personas no eran verdaderamente sus padres. Los había escuchado hablar, ellos no se percataron de su presencia y si lo hubieran hecho nada hubiera cambiado.