Morir Por Ti

Hija¿Dónde estás?- escuchó la chica por el altavoz del auto al contestar la llamada de su padre mientras iba conduciendo.

- Voy a la casa del abuelo, quiero pasar el día con él.

- Danara¿Estás loca?¿Acaso olvidaste que hoy venía el nuevo socio y que quiero que tú te hagas cargo de este negocio? Si vas a encargarte de todo ya es hora de que empieces.

- Es verdad papá, lo siento, lo olvidé.- le contestó dando la vuelta en el primer cruce que encontró en la calle por la que transitaba.- Dejaré la visita al abuelo para mañana.

- Si vivieras conmigo y con tu madre no lo habrías olvidado.- le reclamó a su hija, el hombre todavía no se hacía a la idea de que su niña no estuviera bajo el ala de ellos.

- Papá- lo reprendió con dulzura- Recuerda que tú me prometiste que me dejarías ser la mujer que yo quisiera si tomaba tu lugar, y una de las condiciones era mudarme lejos de ti y de mamá para empezar mi vida de forma independiente.

- Lo sé pequeña, pero no esperé que quisieras irte tan pronto, pensé que sería para cuando tuvieras más de veinte.- ella notó la frustración del hombre en sus palabras.

- Hay papá, te quejas más que mamá.- ella se acomodó bien en su asiento sonriendo mientras esperaba el cambio de luz del semáforo- Vamos a dejar esta conversación, dentro de diez minutos estoy en la empresa.

- Está bien, te espero, conduce con cuidado.

La llamada se terminó y unos segundos después se escucharon toques en la puerta del despacho.

- Pase.- indicó el hombre.

- Señor, el señor Patel acaba de llegar, está afuera esperando.- entró su secretaria para anunciar la llegada del inversor.

- Gracias por avisar Sori, por favor, llévalo a la sala de juntas y dile que yo le pido que me espere un momento, llama abajo a seguridad y diles que avisen nada más que mi hija entre al aparcamiento y busca todos los documentos relacionados con los negocios de el señor Patel y tenlos a la mano para cuando avisen que Danara llegó yo ir directamente a encontrarme con él mientras ella sube.

La mujer tomaba nota mental de todo sin interrumpir a su jefe, si algo había aprendido con todo el tiempo que llevaba trabajando para él era que no le gustaba que lo interrumpieran, prefería las preguntas al final.

- Muy bien señor, enseguida que la señorita llegue le aviso.- le dijo pues no le quedó ninguna duda de lo que debía hacer.

- Gracias Sori.- le contestó y ella salió del despacho.

Como le indicó su jefe llevó al inversor a la sala de juntas y lo dejó cómodo con un café y un vaso con agua delante, y allí estaba él esperando mientras miraba las últimas fotografías de Leicy que le había enviado su madre cuando la puerta de la amplia habitación se abrió.

- Señor Patel perdone la tardanza.

Un hombre de ojos grises y del que no podría precisar la edad le extendió la mano en forma de saludo y él se puso de pie.

- No se preocupe, yo llegué un poco antes, soy inglés ¿recuerda? Nos impacientamos si creemos que vamos a llegar tarde.

Los dos hombres rieron.

- Sí,  sé algo de los ingleses, alguno tenemos en la familia- volvieron a reír- Sentémonos allí. - le indicó otro lugar de la habitación en la que se veía unos cómodos sillones rodeando una mesa de café- Esta parte vuelve a los negocios algo muy impersonal y cuando está en juego los sueños que creamos con el sudor de nuestro trabajo no me gusta mucho tratar desde aquí.

- Vaya nunca lo había visto de esa forma, pero usted tiene razón.

Los dos caminaron y tomaron asientos en los sillones.

- Si no le molesta esperar un momento más comenzamos enseguida.- el hombre volvió a hablar y el rubio lo miró extrañado- Es que quiero que mi hija empiece a tomar el mando de la empresa y me pareció bien que se iniciara por un negocio que nadie aún haya tocado.

- Pensé que sus hijos serían los que se harían cargo de todo.- en el mundo de la farándula se hablaba poco de la parte personal de aquella familia y lo poco que se decía era sobre los hijos varones.

- No que va, mi hijo mayor tiene otras empresas que atender y el menor es aún muy chico, tiene solamente dieciséis años, pero ya dejó claro que estudiaría medicina, y mi hija siempre ha querido ser mi sucesora en todo, será la primera mujer de la familia que se encargue de los negocios, espero que no le incomode, le aseguro que ella es la más capaz de los tres para llevar el imperio familiar.

La puerta de la sala de juntas se escuchó nuevamente interrumpiendo la conversación de los dos hombres y por ella entró una figura que fue la última que Renato Patel esperó volver a ver.

- Me cago en la mierda- se repitió mentalmente más de una vez Renato mientras la chica se acercaba a ellos.

- Aquí llega el tesoro más grande que tenemos en casa señor Patel y quien se encargará de llevar este negocio con usted, le presento a mi hija Danara Parisi.

- Un gusto conocerla señorita Parisi.- le dijo como si fuera la primera vez que la viera, cuando terminara aquella reunión tenía algo que aclarar con esa pelirroja del demonio, le había dicho que se llamaba Sofía y le había echo creer que era una tonta más en aquella discoteca que incluso le pertenecía a la familia Parisi.

Y ella con todo el descaro del mundo extendió su mano y con una sonrisa en el rostro le contestó.

- El gusto es mío señor Patel, solo espero que este negocio cumpla con sus expectativas y que mi presencia sea de su agrado mientras nuestras empresas estén juntas.

Los tres tomaron asiento y pusieron manos a la obra.