Una novela romántica, que relata los infortunios de Sofia, quien reencarnara como Maribel, en una novela romántica que odia. Ella sólo quiere vivir pacíficamente,¿lo logrará?
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Capítulo 13
Capítulo 13
Luego de un largo viaje llegamos al palacio, esa noche no volveríamos a casa, ya que un amigo de mi padre lo invitó a quedarse en su casa, para no volver tan tarde, pues los caminos eran peligrosos. Y andar con tres damas en un carruaje, sería foco de robo seguro.
Al llegar, primero bajó mi padre y luego fuimos bajando una a una, él tomaba la mano de todas para ayudarnos. Caminamos hasta la puerta y Ester como era nuestra doncella, tuvo que ingresar por la parte de las criadas.
Al llegar a la enorme puerta, se anuncia nuestra llegada
-Entran El Barón Norberto Posadas, con la primera señorita cumpliendo la mayoría de edad, Maribel Posadas y con la segunda señorita Melisa Posadas-
Muy pocos prestaron atención, hasta que comenzaron los comentarios por mi vestimenta.
Cosa que no tomé importancia, mi padre fue a hablar con sus conocidos, no antes sin despedirse, depositó un beso en la mejilla de cada una
-Disfruten esta noche, no se preocupen por nada, las veo al momento del baile, este viejo se retira, para que hablen con sus amigas. Tengan cuidado con los chicos-
-Si papá-
Respondimos al unísono. Con mi hermana nos divertíamos, viendo que tan pomposos eran los vestidos, nos conteníamos solo cuando alguna señorita se acercaba, luego de tomar unos pocos tragos, se acerca un grupo de señoritas que eran más amigas de mi hermana que mías, ella es un ser más sociable, justo en ese momento, escucho que anuncian a la familia de ese dúo de hermanos que no soporto, por lo que le susurro a mi hermana
-Iré por un poco de aire fresco-
-¿Quieres que vaya?-
-No, sigue charlando, ya vengo, sabes que me agobia mucha gente-
-Sí, ve hermana, ten cuidado-
Salgo sin que me prestaran atención, escucho justo antes que termine de cruzar la puerta, el anuncio de la llegada del Duque Borní y su padre, no les presté atención solamente ruego no cruzármelos.
Una vez fuera, comienzo a caminar por el patio del palacio, es verdaderamente espectacular, me acerco despacio y siento el aroma de una de las rosas allí floreciente, es tan dulce, me encanta este aroma.
Mientras estaba allí escucho voces, no muy lejos de donde me encontraba, cuando me giro veo que se acerca una joven pareja, al ver la escena me escondí tras de los arbustos que hace solo unos minutos admiraba. Me vino en mi memoria, la parte que el príncipe, viene a este sitio con la protagonista y casi tienen su primer beso, pero el Duque Desalmado interviene.
Que no me llegue la desesperación, solo me escondo, si permanezco aquí veré una escena de novela, capaz me inspire a seguir escribiendo y crear una historia propia. De paso, no me cruzo con ninguno de los tres protagonistas.
Me calmo y entre los arbustos observo la secuencia, no soy una experta en esto, pero no parecería una escena romántica, o capaz si y soy yo la que está mal.
Miraba sin poder comprender bien que pasaba, hasta que alguien se para tras mío, me giro y era aquel muchacho que encontré en la feria, antes que la pareja lo vea, lo tomo de la mano y lo hago agachar al lado mío.
-¿Qué haces?-
-Shhh, no ves que vamos a interrumpir a la pareja-
Mira para donde veía yo
-¿Espías al príncipe?-
-No por dios, mejor tenerlo lejos, un príncipe es sinónimo de muchos problemas que no tengo ganas de lidiar-
Me mira con una media sonrisa
-Te queda bien el vestido, veo que decidiste usarlo-
-Sí, gracias por esto, me salvaste, me había olvidado de comprar uno para este día-
-¿Olvidaste comprar un vestido para tu propia fiesta?-
-Ni que fuera mía sola, es de todas las muchachas que cumplen este año la mayoría de edad-
-Todas esperaban este momento ¿Tú no?-
-La edad solo es un número, si no me lo recordaba, no hubiera venido-
-Eres interesante-
Mientras hablábamos en voz bien baja, para no ser encontrados, aprovecho y le consulto
-Oye, tú que tienes pinta de dejar corazones rotos por todos lados-
-¿Disculpa?-
-Si mírate, debes tener muchas admiradoras-
Me miró un poco molesto
-No soy un mujeriego-
-No dije que lo fueras, pero seguro sabes más que yo, esos dos ¿están a punto de darse un beso?-
Les echa una mirada, sin mucha importancia
-Lo dudo, parece que discuten más que besarse-
-Oh, era eso, que raro, pensé que se besarían, capaz pelean y luego se reconcilian con un beso, ¿qué crees?-
-Creo que tienes una imaginación muy efusiva sobre relaciones ajenas-
-No me juzgues, necesito ver para aprender, no tengo experiencia-
Se ríe dulcemente, lo que provoca que mis mejillas se tornen un poco rojizas, para cambiar de tema, le pregunto
-Por cierto, no pregunté ¿Cómo te llamas? Y ¿por qué sabias donde vivo?-
-Tu padre y el mío son amigos hace tiempo-
-¿A sí?-
-Sí, mi nombre es Eduardo Borní-
Me atragante con mi propia saliva
-¿Qué?-
-Soy el Duque Eduardo Borní-
-Ajam, ok-
Me levanté de un salto, sin importar la pareja que allí estaba, quienes se giraron por el ruido que hice y me quedaron mirando, hago una reverencia rápido y digo
-Disculpen-
Atrás mío se levanta el Duque y me dice
-Espera-
Puedo sentir que me sigue, al tiempo que escucho a aquella pareja hablar
-Ese ¿era el Duque?-
-Parece que el Duque no es tan indiferente a las mujeres después de todo-
-No diga eso, su alteza-
-Estaban escondido detrás de unos arbustos, quiero saber quién logro que el Duque la persiga-
-Debe ser un error, conozco al Duque de hace tiempo, no persigue a nadie-
-Pues no lo conoces tan bien-
Escuché brevemente la conversación, hasta que sus voces quedaron a lo lejos, por qué la voz de esa chica parecía muy poco amable, pensé que por ser la tierna protagonista, sería dulce, no importa debo entrar y perderme en la multitud, hasta encontrar a mi padre.
Ingreso al salón, detrás mío venia aquel Duque que esquive toda mi vida, si hubiera prestado más atención las veces que lo vi, sabría cómo era de grande, que idiota, que error imperdonable. No quiero estar en la ruta de ningún protagonista.