Fénix

Capítulo 5

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Hasta el momento Mendoza no había dado ninguna declaración, lo cierto era que su abogado era de los mejores del mundo. Decidió mantenerse en prisión, pero no por mucho tiempo. Era el más vigilado en máxima seguridad, ni si quiera Jimmy que pertenecía a la agencia antidrogas tenía acceso a él. Le concedieron una visita al mes, obviamente Archuleta estaba ahí para hacer lo que se debía hacer ponerse a las órdenes de su jefe.

—Patrón nunca imaginé verlo aquí.—le decía Archuleta

—Tampoco yo, siempre pensé que terminaría en manos de los rivales, no de nuestros enemigos y consumidores. Pero no me pudriré en este lugar.—respondía Mendoza

—Patrón ¿está seguro de lo que planea hacer?.—preguntó Archuleta

—Si, debo hacerlo. Por nada delataré a nadie. Te quedas al frente, eres mi suplente así que no me decepciones. En cuanto a Zaid, dile que nunca lo voy a traicionar. Pero sobre todo busca a la agente fénix y mándenla al infierno.—respondió Mendoza

—Como usted lo ordene patrón, la buscaré y deseará no haber nacido.—se lo prometía Archuleta

Después de su visita Archuleta investigó con Jimmy todo sobre el agente que lo había atrapado, solo figuraba un nombre en esa lista. Si el de Vincent Calaghan pensaron que él era el agente Fénix.

—Este bato firmó su sentencia de muerte.—expresaba Archuleta, decidieron planearlo todo muy bien antes de hacer algo, ya que podía arruinarlos.

Mientras tanto Frank estaba furioso porque no pudieron hacer hablar a Mendoza, no podían torturarlo ya que iba en contra de sus derechos humanos, como si fuera un humano de valor.

—¿Hay algo más que podamos hacer?.—preguntó Cristin

—No, no hay una confesión. Tampoco tenemos testigos o pruebas, nadie de su gente ha hablado. El fiscal ya nos dijo que lo más seguro es que quede en libertad, en fin. Tengo una nueva misión para ti.—respondió Frank mientras se dejaba caer en su silla.

—¿De qué se trata?.—preguntó Cristin

—Va haber una reunión de los líderes de la organización en Milán, lleno de peces gordos donde usted agente fénix será el tiburón. Además ellos pueden llevarla directo hasta Yassir Abad, podrá matar dos pájaros de un tiro. Conseguirá ubicar a los miembros de esa organización llena de hombres que trafican todo lo que pueden.—respondió Frank

—solo de escuchar el nombre de ese bastardo hace que me hierva la sangre, pero bien estaré allá cuanto antes. Definitivamente nos volvimos una agencia antidrogas y tráfico ilegal.—decía Cristin, con un solo objetivo llegar hasta Yassir y poder vengarse

Frank preparó todo para el viaje, Cristin armaba su maleta al mismo tiempo su tía se sentía preocupada por su sobrina. Literalmente la estaban lanzando a los lobos.

—Todo va a estar bien, volveré.—decía Cristin

—Eres la única familia que me queda, por favor Cuida de ti hija mía.—decía Margaret mientras la abrazaba. Cristin le entregó el relicario que le había regalado su padre.

—Volveré por el, te lo prometo.—decía Cristin, tomó su maleta y salió rumbo al aeropuerto.

Llegando a su destino estaría esperándola un agente del Mosad, ellos le ayudarían a infiltrarse. Su nueva misión ubicar a los líderes de esa organización fortalecida y detener el tráfico de armas, desde la península arábiga al país de la libertad.

Zaid llegó a Milán, en la casa que había comprado para cerrar sus negocios con el líder de la mafia de Milán y la Rusa, ya lo esperaba Dasha. Al momento de verlo llegar, ella se arrojó a sus brazos estaba preparada con un baby doll de impacto. Se besaban con mucho deseo y pasión, se montó sobre él, Zaid no dudó en cargarla hasta la habitación.

Los besos eran ardientes y muy apasionados, Zaid la arrojó sobre la cama para quedar frente a ella, se comenzó a desvestir dejando al descubierto su cuerpo definido y atlético nadie podía interrumpirlos. Era el momento ansiado por ambos, sin más demora Zaid comenzó a acariciarla, con su boca besaba cada parte de ella, con sus labios y dientes quitaba el liguero y la tanga de encaje, esta vez la guió para disfrutar otras posiciones quería que perdiera el aliento al darle todo de él, Zaid la devoraba como una fiera a su presa, los gemidos de Dasha lo estimulaban.

La montó sobre él para poder acariciarla y besarla, también lamía y mordía sus senos era un momento demasiado intenso, Zaid la acariciaba mientras estaba en su interior y ella movía sus caderas para hacerlo gozar. Se besaban ardientemente, Zaid besaba su cuello y sus labios mientras estaban unidos. Los gemidos de ambos y la respiración acelerada volvía el momento en algo sublime, la volvió a recostar y se colocó entre sus piernas para embestirla rápidamente mientras ella se sujetaba de su espalda, estaban hundidos en el deseo.

—Me encanta lo que tenemos.—expresó Dasha mientras descansaban

—A mi también eres tan sensual, es fácil estar contigo.—respondía Zaid

—Por cierto me encontré a Alizze en el desfile de modas en Praga, trato de hacerme pasar un mal rato. Cree que tiene el dominio sobre ti.—le platicaba Dasha

—Es la segunda vez que se encuentran e intenta lo mismo, pero ya me canso. Tú eres la única que ha entendido, lo que realmente necesito. Por eso eres mi favorita, pondré en su lugar a esa mujer y la alejaré. Está prohibido involucrarse sentimentalmente conmigo, no puedo darles mis sentimientos. ¿Lo recuerdas cierto?.—preguntó Zaid

—Si por la promesa que le hiciste a tu esposa, y no te estoy platicando para provocar un problema, si no para evitarlos. Es mejor que le recuerdes cuál es su lugar en tu vida.—respondió Dasha

—Eres la mejor de todas ellas, bien es hora de irme a dormir. Mañana es la cena, estará temprano Stefano para hacerte lucir más hermosa de lo que ya eres.—dijo Zaid le dio un beso y se levanto de la cama para ir a su habitación, tenía seis amantes y no dormía con ninguna de ellas.

Zaid no era fácil de tratar o entender, en su habitación al lado de su cama, estaba la fotografía de su esposa y en su vientre su bebé.

—Buenas noches mis amores.—le hablaba a la fotografía y también le daba un beso.

La casa que había compartido con su esposa en Irán, se había convertido en un museo donde todo estaba inundado de los recuerdo de su amada Rayan. Juro que nadie ocuparía su lugar, además no quería volver a sufrir por amor. Esa parte de su vida ya se había acabado, se resignó a no ser digno de conservar amor.