Me Recordarás

  - De que se trata todo esto, no estoy entendiendo nada, que alguien me explique-- exigí.

  - No es nada mamá, tu no te preocupes, ven, vamos, te llevo a tu habitación -- mi hija intento esquivar la situación, pero yo no moví ni un dedo, quería una explicación.

  - No Samara, ahora mismo me van a decir que está sucediendo --

  - Tranquila cuñada, yo sé que tú hija no será capaz de hablar, pero nosotras si porque las estimamos mucho-- dijo Ofelia y no pude evitar rodar mis ojos y sonreír ante el chiste de mal gusto.

  - así te rías, y de todas formas, no hay más opciones, el matrimonio de tu hija con la familia del Ministro nos va a traer muchos beneficios, obviamente a la familia Bohórquez, tú, querida Ana no entras en nuestro linaje así seas la esposa de nuestro difunto hermano, porque el decidió renunciar a nuestra familia por casarse con una mujer como tú-- dijo despectivamente.

  - ja, por favor, de no ser por Felipe ustedes no tendrían en dónde caerse muertas-- le dije.

  - por si Felipe no te lo contó su empresa está a nombre de nuestra familia, el la trabajo para dejarla a sus hermanos, no a su esposa he hijos, además hicimos un acuerdo con el señor Francisco, el matrimonio se llevará acabo si se le entrega está propiedad a el, así que vine a qué firmes los documentos que están en esa carpeta que te paso Ofelia -- habló Margarita, yo miré a mi hija para obtener respuestas, ella solo agachó la cabeza.

  - ¿Por eso dijiste que ya no te ibas a casa?-- pregunté en dirección a Samara, ella levantó la cabeza y asintió con dificultad.

  - si mamá, los papás de Cristian me entregaron esa misma carpeta, pero yo la rechacé enseguida, no se cómo mis tías la tienen en sus manos, incluso ya hablé con Cristian y terminé con el-- me dijo.

  - ¿Y el sabe sobre esto?-- pregunté levantando la carpeta..

  - No, si le hubiese dicho sus padres se habrían enojado conmigo por haberlos delatado--

  - debiste decirme, se cuánto amas a ese chico, además se que el te ama-- le dije y mi hija comenzó a llorar.

  - mamá, yo no puedo hacerte esto, prefiero dejar a Cristian a que perdamos esta casa que con tanto esfuerzo mi padre compró -- dijo mi niña.

  - podemos empezar de nuevo, aún estoy joven, tengo 39 años, puedo trabajar -- dije con decisión, entonces abrí la carpeta y sin pensarlo dos veces agarré el lapicero que había sobre la mesa y firmé el dichoso documento.

Luego la cerré y se la entregué a Ofelia.

  - que buena madre eres-- dijo mientras revisaba el documento firmado.

  - te llamaremos para avisarte cuando tienes que desocupar -- me dijo Margarita.

  - Pero, el matrimonio será en menos de seis meses, ¿por qué tendría que irme tan rápido? -- les dije.

  - son las condiciones del Ministro, el tiene planes con este terreno, así que entre más rápido te vayas mucho mejor -- guardo la carpeta en el bolso y salieron de la casa.

  - mamá, porque lo hiciste, ahora que vamos a hacer-- pregunto mi hija preocupada.

  - tu no te preocupes por mi, yo me las arreglare, mejor ve y llama a Cristian, dile que te sentiste agobiada pero que su compromiso sigue en pie-- le dije tratando de tragar la tristeza que estaba sintiendo.

  - Todo esto me está sobrepasando, no sé que hacer-- recalcó mi hija.

  - tu solo se feliz, cásate, vive una buena vida al lado del hombre que amas, yo voy a estar bien-- afirmé.

 Mi hija me abrazó y lloró sobre mi hombro, yo solo me dediqué a acariciar su cabello hasta que finalmente se calmó.

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Una semana después me notificaron que debía desalojar la vivienda, tomé mis pertenencias, transferí los ahorros que teníamos a mi cuenta y me fui a un apartamento sencillo que había logrado conseguir en arriendo, tenía lo suficiente para comprar una nueva casa pero decidí no hacerlo.

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El día de la boda llegó, me compré un traje de diseñador, no quería desentonar el día de la boda, no iba a permitir que ridiculizaran a mi hija.

La boda fluyó con normalidad, Cristian y Samara se veían muy enamorados, mi hija estaba deslumbrante, la boda se llevó acabo sin ningún contratiempo.

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Pasaron 6 años desde que toda la tragedia sucedió y desde que mi hija se casó, muy poco contacto he tenido con la familia de Cristian, lo he evitado a como de lugar, hoy decidí reunirme con Samara para contarle la decisión que tomé.

  - mi niña hermosa, espero que seas muy feliz y nunca, pero nunca permitas que te humillen, siempre mantén tu frente en alto, no permitas que hagan contigo lo que hicieron conmigo y si Cristian no está de tu lado, sabes que tienes a tu madre, siempre estaré para ti, te recibiré con los brazos abiertos-- finalicé.

  - mamá, esas palabras suenan como a despedida -- me dijo.

  - por qué lo son, me iré, mañana tomaré un vuelo, tomé la decisión de vivir en Panamá, pero me contactaré contigo para que tengas mi nuevo número y podamos hablar constantemente-- le dije.

  - pe... Pero porque te vas a otro país, allá no tienes a nadie-- me insistió.

  - si me quedo aquí solo te causare problemas y yo quiero que seas feliz-- le dije.

  - no me causaras ningun problema, eres mi mamá y te quiero a mi lado y si a alguien le molestas pues que se jodan, además soy feliz si estás a mi lado--

  - no insistas mi niña, ya tomé la decisión, y vuelvo y te repito, mis brazos siempre estarán abiertos por si quieres dejar todo e ir conmigo o si solo quieres ir a visitarme-- le dije, después nos abrazamos, le di mi bendición y finalmente me marché.

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A la mañana siguiente me levanté temprano, fui al cementerio a despedirme de mi Angelito, dejé pagó el mantenimiento de la tumba por un año más, luego regresé al apartamento y terminé de recoger mis cosas, le entregué las llaves a su dueña y me fui al aeropuerto.