La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 4
Guido:
Respiré profundamente, negué con la cabeza dando un mordisco a una de las manzanas que había escogido para comer, ¿Dónde está su cabeza de haberme empujado? Solo por que la sostuve… parece que no le importa su vida, ponerse en riesgo.
Guido: Que loca… en verdad que loca.
Sharon: ¿Ya hablas solo?
Me puse de pie dejando la manzana, caminé hacia una de las sillas de la barra ofreciendo a Sharon, ella sonrió apretando mi mano que con gusto se sentó, me hizo seña que tomara asiento. Quien sabe que le habrá dicho Elena después que salí. Lo que haya dicho espero que haya sido la verdad y no para salvarse me haya culpado.
Sharon: Veo que tú y Elena no se llevan nada bien.
Di un mordisco tragando por completo, no quería responder ese tipo de preguntas pero entendía a Sharon, era su madre adoptiva y se preocupaba por ella.
Guido: somos de dos mundos diferentes, vemos las cosas diferentes. Eso es lo que sucede. Vive en una burbuja que piensa que nunca va romperse.
Sharon: Guido, cariño, Elena… es, es una chica muy especial, ha pasado por mucho, ha vivido momentos muy difíciles.
Guido: todos Sharon… todos.
Se acomodó en el asiento tomando mi mano, le di un mordisco a mi manzana que me quedaba.
Sharon: Sé que todos han pasado por muchos momentos difíciles, pero ella está sola con 5 hijos. Se siente muy vulnerable.
Rodé los ojos negando con la cabeza dejé la manzana levantándome. Sostuvo mi mano no queriendo soltarme.
Guido: Sharon…
Sharon: Su infancia fue muy difícil, lo sabes.
Guido: Eso me lo voy a cobrar, ¿crees que no lo tengo presente? ODIE LA MANERA QUE ESA MUJER LO DIJO DELANTE DE ESE JUICIO.
Se puso de pie sosteniendo mi rostro, la miraba con mucho atención, Sharon sabía como llegar a nosotros de la manera más atenta y amable, no necesitaba demostrar que le debíamos algo, por el contrario, siempre con palabras generosas haciendo entrar en razón.
Sharon: No te pido que sean los mejores amigos, solo que… no la hagas sentir de la manera que lo haces…
Guido: ¿Cómo? ¿Cómo la hago sentir?
Sharon: ¿Qué sucedió realmente? Eso que se tropezó no me lo creo
Respiré profundamente, negué con la cabeza, tenía que creer en lo que Elena le decía, no soy bueno para decir lo que sucede o lo que no... me senté, solo que ahora más cerca de Sharon.
Guido: Elena estaba muy alterada, te diste cuenta que no le dije nada mala, solo que si me quedaba nos haríamos de palabras y estaba su hija presente, por eso preferí salir, tomar un poco de aire fresco. Lo necesitaba, por que será todo lo que quieras, pero es desesperante tratar con ella. Me saca de mis casillas, dice palabras hirientes, a ella no le importa si sentimos o no, solo lo suelta como va. De un maldito mujeriego no me baja… es cierto, cometí muchos errores con… con Beida, no sabes cuanto me arrepiento, que bueno… seguí con mi vida, soy hombre tengo necesidades, no me comprometo con nadie, estoy solo… puedo y quiero tener a la persona que así lo deseo, pero eso no es ser mujeriego o faltarle a nadie.
Sharon: Guido… no has contestado mi pregunta, si eso quieres que ella sepa, ¿por que no se lo dices?
Guido: Me da igual, no escucha, no entiende… Además que más da…
Sharon acariciaba suavemente mi espalda se acercó un poco más, reposé mi codo en la barra, sosteniendo mi cabeza.
Guido: Estaba tranquilamente viendo la colina, recordé cuando Dina y yo… (risa divertida) hicimos el amor varias veces allí, me la imaginé como si la tuviera entre mis brazos, pero… llega Elena y empieza a gritarme, me toca y detesto que me toquen.
Sharon: ¿La empujaste?
Guido: No, mi reacción fue golpear su mano, sabes y conoces como es nuestro sistema, me di cuenta que algo tenía cuando empezó a decirme cosas y me empujó, no pude mantener el equilibrio y volvió a empujarme, fue cuando caímos, pero la nieve estaba en picada y empezó a caer, fui tras de ella, no quería que se lastimara por que estaba legando a los troncos de los pinos y me arrojé. De allí ella se quiso poner de pie y noté que estaba lastimada.
Se levantó acercándose hacia mi, me dejó un beso en la frente tomando mi rostro entre sus manos, sonrió apartándolas de inmediato.
Sharon: si no puede llevarse, solo no se dirijan la palabra… pero eso tampoco lo pueden hacer por que trabajaran juntos. Si no aprenden a tolerarse, se van a terminar lastimando con las palabras, y sabes que las palabras duelen más que los golpes. Descansa cariño.
La seguí con la mirada, me puse de pie acercándome a las puertas, las iba revisando poco a poco, me aseguraba que estuvieran bien cerradas, aseché viendo a los de la seguridad haciendo sus rondas. Caminaba hacia mi habitación, me detuve en medio del pasillo, escuchaba ruidos leves en la habitación de Elena. ¿Se habrá levantando? Daba pasos sigilosos, toqué la parte de atrás rodando los ojos al darme cuenta que ni mi arma tenía. Empujé la puerta viendo parada frente al espejo a Elena, entreabrí mis labios al verla con esa tanga que se le marcaba perfectamente ese trasero redondo, tragué saliva, apartó su cabello admirando sus pechos, se dio la media vuelta dejando caer su bata que se transparentaba todo.
Elena: Hazme el amor Guido.
Estaba tratando de entender las palabras de Elena. Di un paso adentrándome a su habitación cerrando la puerta.
Elena: Guido… Guido…
Reaccioné al escuchar mi nombre mirando a Elena con una toalla en la cabeza y su pijama de un pants y una sudadera.
Guido: Tú… no esta…
Levantó una ceja confundida numero que estuviera en su habitación. Numero dos, la manera tan estúpida que la estaba mirando siendo capaz de desnudarla…
Elena: ¿Te fumaste algo?
Guido: ¿Cómo siguió tu pierna?
Bajó la mirada estirando su pants, sus manos se fueron hacia la toalla de su cabeza quitándosela, su cabello húmedo siendo hilos de oro se iban pasando hacia atrás. Sentí una reacción en mi cuerpo, me di la media vuelta cerrando los ojos con fuerza, los abrí bajando la mirada viendo lo que había reaccionado, abrí la puerta saliendo de inmediato de su habitación. Ni volteaba a ver, no quería toparme con sus ojos verdosos, iguales a los de Beida… abrí la puerta, entré cerrando con fuerza, reposé mi mano sobre mi miembro.
Guido: Necesito una buena ducha.
Desabrochaba los primeros botones de la camisa terminando por romper los botones, no aguantaba el intenso calor que tenía, abrí la puerta del baño quitando lo que me quedaba de la ropa, esto era imposible… nunca me había pasado algo asi, precisamente tenía que ser con ella, negaba con la cabeza arrojando mi ropa, me metí bajo la regadera abriendo la llave, estaba demasiado fría la el agua, era mejor tenerla a esta temperatura, reposé las manos en la pared, dejaba que el agua cayera sobre mi cuerpo.
Bajé una de mis manos acariciándome, santos cielos, lo necesitaba, necesitaba liberarme en este momento, me estaba masajeando con fuerza y rápido, no me quería de tener, levanté mi rostro con los ojos cerrados, hasta el agua que estaba fría se iba quedando caliento con el contacto de mi cuerpo.
Guido: ahhh.. mmmm.
Humedecía mis labios, en mi mente se vino esa imagen que creí ver, era demasiado para mi estar en este mismo lugar, no, no podía perder el control menos de esta manera.
TOC!! TOC!!!
Agilizaba el movimiento tan rápido como podía, estaba listo…
Guido: AAAhhhhh… aaahhhh..
Abrí los ojos viendo como estaba liberándome por completo. Mi pecho subía y bajaba, tragué saliva dejando que cayera un poco más de agua fría sobre mi. Cerré la llave, tomé la toalla enrollando en mi cadera. Parpadeaba ligeramente, había ruido en mi habitación. Tomé otra toalla dejando alrededor de mi cuello, sostuve el nudo de la toalla que sentía que se me caía, abrí la puerta. Abriendo demasiado los ojos.
Elena: ¿estas… estas…
Tragó saliva viendo que no se movía, se sentó sobre la cama, se puso de pie, cayendo sobre la cama. Se volvió a levantar, di un paso hacia ella viendo que se iba a caer, la sostuve soltando la maldita toalla, sintiendo como se deslizó, ella abrió sus labios cubriéndose los ojos, negué con la cabeza soltándola dejando que cayera en la cama.
Elena: Te juro que no vi nada… te lo juro.
Guido: Maldita sea…
Tomé la toalla enrollándola de nuevo en mi cadera.
Guido: Como si nunca hubieras visto a un hombre desnudo.
Se iba levantando, con los ojos cerrados, los abrió apresurándose con mucho trabajo en llegar a la puerta, caminé hacia ella, abrió la puerta, empujé la puerta haciendo que se cerrara.
PAAAAM!!!
No quité la mano de la puerta, ella no hacía más que estar respirando con desesperación.
Guido: ¿Qué? ¿Acaso no conoces sin ropa a Gino Belfiore?
Elena: déjame en paz.
Guido: Viniste aquí por algo… ¿Qué se te ofrece?
Sujetó la perilla de la puerta abriendo, salió arrastrando el pie, esperé verla que entrara en su habitación. Cerré la puerta de la mía. Reposé mi mano en la puerta.
Guido: Hasta parece que lo hicieron apropósito Dimitri y Daemon…
Me aparté de la puerta dejando caer mi cuerpo sobre la cama, quería descansar un poco, cerré los ojos y la maldita imagen de Elena con esa tanga me sacaba de mi paz… pensar que solo fue imaginación mía.
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Guido
manera jajaja 😂