La Bruja De Hielo Y El Hada De Las Sombras

Tan pronto llegaron a casa, el marqués mando traer un médico del templo y claro que no dudaron mandar a uno sabiendo que fue la "santa" quien ha salido herida. Su brazo fue sanado rápidamente con magia divina.

— lady Rosesky, sea más cuidadosa.— menciona el médico.

— si, gracias doctor.— Katerina agradece con una sonrisa.

Después de que el médico se marcha, el marqués llama a la marquesa a su despacho, donde la regaña nuevamente por lo sucedido.

— me dejó en ridículo ante su majestad. Pero tienes la culpa, te la llevaste y la dejaste ir por donde sea.— grita la marquesa.

— si, porque tú y esa mujer solo trataban de hacerla sentir como si pudiese tener libertad de expresar lo que quiere y que solo debe de hacer lo que le mandan.—

— no es verdad, solo quiero que sea educada y una esposa respetable, ella será la emperatriz en un futuro.—

— ya tuve suficiente, desde que se pacto ese compromiso, has querido que sea perfecta, pero no puede serlo, déjala vivir y tomar sus decisiones.—

— solo aseguro su futuro, algo que al parecer no consideras. Date cuenta, subiremos de estatus y seremos de la familia imperial.—

La mujer se sobresalta al escuchar un golpe, es el marqués quien ha golpeado su escritorio con los puños, escuchar a su esposa hablar así, solo le pone furioso, porque nisiquiera esta pensando en el bienestar de su hija, solo piensa en los beneficios que obtendrá.

— basta, he decidido romper ese compromiso, Katerina se casará con quien ella decida y nisiquiera el templo impedirá que lo haga.— asegura con severidad.

—¿que? N-no, no puedes...seremos la burla si rompes ese compromiso, piensa en nuestra reputación.—

— pienso en el bien de mi hija. Ahora largo de aquí y ya puedes empezar a empacar, mandaré por tus padres, he tenido suficiente de este matrimonio.—

— e-eso no...no puedes hacerme eso...soy tu esposa, la madre de tus hijos...piensa en Thomas, él necesita de una buena reputación.—

— Thomas sabrá lidiar con esto y su reputación la hará el mismo con su esfuerzo, además, estará de acuerdo conmigo cuando sepa como tratas a su hermana.—

Dicho esto, llama a las doncellas de la marquesa y les ordena que la lleven a su alcoba, que no la dejen salir hasta nuevo aviso, ya que es su castigo por herir a Katerina.

****

Katerina había escuchado toda la discusión, creyó que sería más difícil librarse del compromiso, pero la marquesa se lo hizo fácil, aunque probablemente los del templo no querrán la ruptura del compromiso y al emperador tampoco le conviene. Aunque hay una ventaja, solo probara ante el templo, que ella no es la santa que tanto veneran y no pueden acusarla de engañarlos, porque fueron ellos quienes aseguraron que era la santa.

— ¿como se encuentra mi lady? Aunque haya sanado con magia divina, debe sentirse cansada, fue un día pesado.— Jane le entrega un vaso de leche y un sándwich.

— gracias Jane, también fue pesado para ti, ve ha descansar, ya no saldré de mi habitación.—

— de acuerdo, no dude en mandar por mi si necesita algo.—

Jane se retira para descansar como le pidió Katerina, mientras que ella prueba el sándwich, ya que tenía hambre, los pequeños postres que sirvieron cuando vio a la emperatriz no le llenaron.

***

Al día siguiente, en el palacio, Jack llegaba a la residencia del segundo príncipe, para entregarle una carpeta, con la información solicitada. Ahí explica que su familia, aun cuando vienen de un estatus de marqueses, es una de las familias más ricas y poderosas del imperio, cuyo apoyo es importante para la corona. El actual marqués tiene dos hijos, mellizos, Thomas y Katerina, el chico esta fuera de la ciudad, ha acudido a una prestigiosa escuela, mientras que Katerina, no pudo acudir porque justamente el día del examen, ella había enfermado, sin embargo la marquesa le ha puesto profesores especializados y recientemente fue nombrada santa por el templo, al ver que ella uso poder divino para curar a una mujer cuando este resulto herida. Aunque después de eso, no se ha sabido más de ella en el templo, ya que la marquesa asegura que primero debe terminar su educación como futura princesa heredera.

— así que esta a merced de su madre. Eso explica lo sucedido ayer, ¿como podría ella serme de ayuda?—

— si me lo permite alteza, tal vez debería darle una oportunidad, si resulta ser un engaño, los accidentes pasan, ¿no?— Jack se encoge de hombros.

— podría ser, veremos que tan confiable puede ser. — el chico escribe algo en una hoja y la guarda en un sobre.— que le llegue directamente, evitemos que su madre sepa esto.

Jack hace una reverencia y se marcha. Entregar la carta directamente no será problema, así sirve que también se asegura que la vigilen, hasta que no lo demuestre, no puede ser de confianza.

****

Katerina ha estado tranquila, la marquesa esta cumpliendo con su castigo, incluso el marqués despidió a algunos profesores, los cuales no son necesarios, su hija no necesita que le digan como debe hablar o comportarse, una cosa es educarla para que tenga modales cuando lo necesite, otra es tener que decirle como debe ser su personalidad y no va permitir que la marquesa la vuelva una marioneta que hace lo que todos le ordenan. Sin duda su esposa no esta criando una hija, quiere una marioneta que este a los pies del príncipe heredero y de la emperatriz. 7

Katerina camina por el pasillo rumbo a su habitación, pero al entrar, alguien le sujeta del cuello por detrás y le cubre la boca.

— no grites, vengo de parte de su alteza Arek Shadows.—

Katerina asiente, así que aquel hombre la empuja al soltarla y se aleja, cuando Katerina se da la vuelta puede ver un hombre vestido de negro y con máscara. Este extiende la mano donde tiene un sobre.

— ha decidido hablar con usted, no falte.—

Katerina muestra una sonrisa y sostiene la carta.

— por supuesto que estaré allí.—

Aquel hombre de la máscara, podía ver la chica no era temerosa, cualquier otra podría haber gritado después de soltarla, pero ella se ve tan calmada. El hombre se retira y Katerina levanta la carta mientras gira dejando escuchar una risa, para después lanzarse a la cama a abrir la carta.

— no se preocupe alteza, no faltare.— deja un beso sobre la carta.

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