Me Enamoré De Ti.

JungSun se había marchado temprano esa mañana, así que lo que me despertó fue la llamada de mi padre. Al parecer, él iría a un viaje de negocios y mamá estaba enferma, me estaba pidiendo que la cuidara, pero el problema no era ese; Minki había nacido muy susceptible a las enfermedades, no quería llevarlo y exponerlo a un ambiente lleno de bacterias y virus, así que mi única salvación era JungSun.

El día de hoy sólo trabajaba medio tiempo, así que podía irme temprano si él venía directamente a la casa; mientras tanto, preparaba una lista de cosas sobre el cuidado de Minki, desde el desayuno, la comida, la cena, como bañarlo y dormirlo. 

Mientras tanto, hice con prisa la comida de ese día y alisté una mochila con unas cuantas cosas. 

-¿No llegabas a casa temprano el día de hoy?

-Sí, por eso estoy aquí contigo -susurró mientras dejaba pequeños besos en el cuello de la mujer que abrazaba.

-Hana te debe de esperar. 

-Sabe que no debe de hacerlo.

-Te dije que esto no volvería a pasar, nunca más te recibiría con las piernas abiertas.

-No es necesario que las abras, cariño, sólo quitemos esto del medio -susurró con voz seductora mientras levantaba la falda de Min-ha y hacía a un lado el puente de sus bragas, dejando al descubierto su sexo. 

-JungSun, esto está mal. 

-¿Cuándo te ha importado?

Estaba desesperada, justo el día que necesitaba por primera vez que JungSun llegara temprano es el mismo día en el que decidía no hacerlo, mi celular no dejaba de vibrar por los mensajes de mi madre, siempre había sido muy exigente. La puerta había sido abierta justo cuando comenzaba nuevamente a morderme las uñas; corrí a la entrada, le quité el sacó y quité el portafolios a JungSun para ir a guardarlo y mientras subía las escaleras, escuché su grito. 

-¿Qué te pasa?

Regresé corriendo y me paré frente a él antes de que avanzara.

-Necesito que cuides de Minki por 4 días -estaba a punto de decirme que no así que me adelanté- por favor -junté mis manos- sabes que no te lo pediría si no fuera necesario, papá salió a un viaje de negocios y mamá está enferma, nadie la puede cuidar. 

-Llévate al mocoso o que ella contrate a una enfermera -intentó pasar a un lado de mí así que lo sujeté del brazo. 

-Mamá es muy terca y Minki se enferma fácilmente, no puedo dejar que pesque algo, son sólo cuatro días, no da mucho trabajo, ya toma fórmula y cuando su pañal está lleno dice “popo-caca”.

Vi las comisuras de sus labios formar una ligera sonrisa, así que sabía que iba por buen camino. 

-Porfavor, prometo no volverte a molestar con algo así.

Él suspiró, un suspiro lleno de frustración. 

-De acuerdo, sólo cuatro días y nunca más. 

-Sí, gracias JungSun. 

Corrí hacía Minki, que estaba en la sala, sentado en el sillón con sus juguetes, viendo caricaturas.

-Bebé, te portas bien -le di un beso en la frente y él medio uno en la nariz agarrando mi rostro con sus manitas- volveré en esto -le mostré mi mano con cuatro dedos levantados. 

-¡Cuato!

-Eso cariño, te quedas con papá. 

-¡Unsun!

-Sí, papá. 

No me gustaba dejar solo a Minki, pero era algo necesario, confiaba en que JungSun sabría cuidarlo, así que agarré mis cosas y salí corriendo. 

-Así que cuatro días contigo -dijo JungSun mientras se acercaba a su hijo. 

-¡Unsun!

-Soy tu papá, tienes que decir papá.

-¡Unsun!

-Mocoso malcriado. 

-Io Minni, no moloso. 

-Yo ya hablaba bien a tu edad. 

-¡Mentila!

Aquellos cuatro días serían muy largos, JungSun nunca había estado tan cerca de su hijo como lo estaba en esos momentos, nunca había cuidado a un bebé, esperaba hacerlo bien, y esos cuatro días le servirían para poder conocer más a su hijo, disfrutar de la soledad y… poder estar con más mujeres sin preocuparle nada.