Mi Pequeña Estrella

Noel bajo a buscar agua a eso de las diez de la noche, la luz de la cocina estaba encendida, pero el chico creyó que la persona en la cocina era Carlota, la mujer mayor, amiga de su abuela.

Cuál fue sorpresa, al llegar a la puerta, que lo primero que vio fue una persona de espaldas, sacando algo del refrigerador.

Noel no pudo evitar ver esta persona de arriba a abajo, era Leonel que estaba solo usando unos pantalones flojos, así que Noel tenía una vista privilegiada de espalda, y que espalda, fue lo primero que pensó.

Era una espalda ancha, bien trabajada, y además tatuada, el chico delgado solo quería pasar las uñas por ahí y dejarlas marcadas, su cabeza estaba comenzando a llenarse de ideas bastante lujuriosas, que harían sonrojar a cualquiera.

Trago saliva, mientras se decidía si se salía de la cocina o no. Leonel se dio la vuelta, los pensamientos del chico más joven viajaron a lugares basta peligrosos de nuevo.

-¿te encuentras bien? - le pregunto Leonel

Noel solo atinó a asentir con la cabeza, no quería decir algo estúpido, pues lo único que podía pensar ahora, era en pasar su lengua por ese abdomen. El chico sabía que tenía que pensar en otra cosa, así que cerro los ojos, y comenzó a contar del diez al uno, en su mente.

-¿necesitas algo? ¿O solo te vas a quedar ahí parado como tonto? - las palabras de Leonel, hicieron que Noel abriera los ojos.

-yo... Solo venía por agua -

-pues tómala, me está incomodando verte ahí parado, cuál maniquí -

Noel se dirigió hacia la pequeña mesa, destapó la jarra de vidrio, tomo uno de los vasos que estaban ahí boca abajo, para servirse, pero cometió el error de ver al otro chico en la cocina.

Este estaba tomándose su vaso de leche, y vio como se le escapó una gota que comenzó a resbalarle por la barbilla, y que ganas le dieron de limpiársela con la lengua.

-¡oye bobo! - la voz de Leonel otra vez lo regreso a la realidad de golpe - estás derramando el agua -

Noel volteó hacía abajo, vio como el vaso ya estaba tirándose, avergonzado, bajo la jarra y comenzó a buscar las toallas de papel para secar la mesa, Leonel se le acercó con un trapo en la mano, y se lo entrego.

- estás más tonto que otros días - Noel le arrebato el trapo, pues la cercanía con el chico lo estaba distrayendo otra vez, Leonel ahora estaba tan cerca, que podía oler su champú.

- solo estoy cansado - fue la respuesta de Noel, mientras se ponía a secar la mesa, como si la vida se le fuera en eso.

- no sabía que el cansancio ponía a la gente más tonta - fue la respuesta del otro chico, alejándose hacia el fregadero, para lavar su vaso.

-por cierto, tu novia se quedó molesta más temprano por qué no la llevaste a casa, eso no habla bien de ti como novio - Noel no estaba seguro de si esa chica boba, era novia de Leonel, si este admitía que tenían una relación él tendría una razón para dejar de fantasear, ya que era obvio que era hetero, y él no tenía en sus planes, enamorarse, y menos de un hetero, paso por eso antes, sabía cómo era, y no lo volvería a repetir.

-¿cuál novia? - le pregunto Leonel, mirándolo como si de repente le hubieran crecido alas de murciélago.

- Coral - respondió Noel, ese nombre supo tan amargo en sus labios que sintió como su hubiera chupado un limón, uno muy amargo.

Cuál fue la sorpresa del chico, cuando vio a Leonel echarse a reír - perdón - dijo al terminar de reírse - no sé que te hizo pensar eso, pero Coral y yo no tenemos ese tipo de relación, la conozco desde que era niña, es menor que tú, sus padres son muy estrictos y conservadores, solo la dejaron que trabajara aquí por qué conocen a mi abuela desde siempre, si por ellos fuera ya la habrían casado -

Al escuchar eso, Noel entendió a la perfección el por qué la familia de la chica la tenía trabajando aquí, por la actitud de ella, esperaban que terminara casándose con el chico frente a él.

- bueno si ya terminaste de decir tonterías, buenas noches, me voy a descansar, tú deberías hacer lo mismo, eres flojo para madrugar - Noel no le respondió ni las buenas noches, solo lo observó irse.

Se tomó el agua, y se dirigió a la puerta de la cocina, solo se detuvo a apagar la luz, el chico sabía que aunque Leonel no tuviera novia, no podía seguir fantaseado con él, solo se haría daño el mismo, además hace rato que no tenía sexo con nadie así que debía de ser eso, no había manera de que alguien tan molesto pudiera gustarle, si lo encontraba atractivo, pero eso no significaba que se fuera a enamorar de él.

Por otro lado, mientras se lavaba los dientes, Leonel se preguntaba de dónde había sacado ese chico que Coral y él tenían algo, eso él lo encontraba absurdo.

Escupió la pasta en el lavabo, otra cosa que encontraba por demás absurda, era una tontería, de la misma manera que lo era, el hecho de muchas chicas encontrarán guapo a Noel, el chico era frágil, delgado y delicado como una chica, si tenía unos bonitos labios, pero seguía siendo un chico.

Ese pensamiento tan repentino, no tenía idea de dónde vino, así que terminó de lavarse los dientes, mientras intentaba pensar en sus pendientes del día de mañana, eran varios, así que lo mejor sería irse a dormir.

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Unas manos arañando una espalda tatuada, un jadeo entre cortado, dos cuerpos entrelazados como si fueran uno solo, mientras la cama crujía, dos lenguas luchando por tomar el control, respiraciones aceleradas, palabras dichas al oído, dos cuerpos sudados y...

Noel despertó y sentó de golpe, sin poder creer lo que acababa de soñar, hacía mucho no tenía sueños de ese tipo, se sentía un adolescente en este momento, levanto la sábana, y dirijo la mirada hacia su entre pierna.

-carajo - dijo en voz alta, iba a necesitar una ducha fría, tan temprano, además de que necesitaba tener sexo pronto, la abstinencia no le estaba haciendo nada bien.