Frontera Roja

El día termina bien para Klea y sus invitados, para la tarde alguien viene de visita, pues ellos son Eduardo y su novia. Se enteraron de la llegada de tres nuevos niños al edificio y quieren conocerlos.

- Buenas tardes, ¿se puede? – saluda la novia – nos han comentado que hay niños nuevos aquí.

- Hemos venido a conocer los nuevos inquilinos. – comenta Eduardo.

- Si pasen, la más pequeña está durmiendo, solo tiene horas de nacida.

- ¡Oh! Un frijolito. – comentó Eduardo – amor conozcamos primero a la bebé.

- Está bien.  – le hace caso.

Klea los invita a su dormitorio y les presenta a Alma. Ambos quedan enamorados de la bebé, amor a primera vista.

- Es linda Edu, mírala.

- Si quieres la adoptamos, vienes todas las tardes para que ella se acostumbre a ti.

- Edu, no estamos casados. – le recuerda.

- Solo se quedarán hasta que una familia calificada los acoja. – les comentó Klea.

- Que se vayan los feos, pero Alma se queda. Va a ser mi hija adoptiva. - reclama Eduardo.

- No hables así, Kader tiene dos años, y está jugando con sus legos, al parecer es un niño tranquilo.

- De modo que también es pequeño. En sus terribles dos. – comenta la novia – puedo pedir ayuda a mi mamá para que te los cuide mientras vamos al trabajo, ella no estará sola.

- Suena genial, cosa que la vieja ese deje en paz mis cosas. – protesta Eduardo.

Sin querer se despierta la pequeña, Eduardo recibe un golpe de su novia por despertar a la bebé.

-Yo la hago dormir, es mi hija adoptada, y tengo deberes que cumplir. – Eduardo toma a la niña para hacerla dormir.

Al día siguiente, por acuerdo, la novia toca la puerta de Klea para llevarse a Florence a la escuela para que no pase todo el día sola. Eduardo, en cambio, vino para saludar a Kader y mimar a Alma.

Es hora de ir a trabajar, Klea baña y viste a Kader para llevárselo, al igual que con Alma. Por la noche los vecinos instalaron en el auto de Klea, las sillas portabebés, son donadas por que ellos ya no usan, así que, los regalaron no paran para Klea y los niños.

Hoy, por la tarde tiene pensado hacer entrevistas a algunos abogados para que le ayuden con la búsqueda de familias de acogida.

- Bien, estoy solicitando un abogado para formalizar la búsqueda de familias de acogida para tres niños.

- Cobro el 15%. - entra directo al negocio.

- Estamos hablando sobre de lo que trata el trabajo, aún no llegamos al asunto de honorarios.

- Honorarios son honorarios, mi estimada.

- Y los niños son niños, así que, lárguese.

Fue odioso el término del día, Kader quería ir a dormir, Alma está llorando y Klea no encuentra abogado para que le pueda ayudar con la situación, por lo que tuvo que calmar Alma, darle su leche, cambiar pañal y llevarse a los niños a casa.

Aunque Klea sospecha que detrás de todo esto esté involucrado Alejandro, ya que él no la puede verla ni en pintura, es lo más probable que él haya hablado con todos los abogados candidatos para que le hagan la misma jugada y no pueda conseguir el objetivo prometido con al juez de menores. Pues fueron cinco los abogados a quienes tuvo que mandar al demonio, todos con el mismo resultado: negativo, pero media hora después, creyendo que todo había acabado, se aparece una jovencita, una pasante, en sí, una estudiante de derecho.

- Señora policía, buenas tardes. He venido por lo del anuncio que solicitan servicio de un abogado, aunque yo soy estudiante, me gustaría contar con su apoyo para poder hacer mis prácticas ¿Me podría aceptar como su pasante?

- Bien, eres pasante ¿Qué ciclo estás cursando?

- Octavo ciclo.

- ¿Has contado alguna vez con algún tipo de experiencia, específicamente con niños?

- No tengo experiencia, pero necesito trabajar para poder ganarla.

- Yo no estoy jugando, yo necesito de verdad un abogado para poder ayudar a estos niños que son migrantes. – Klea pone presión a la pasante.

- Yo tampoco estoy jugando, yo de verdad necesito trabajar, necesito practicar para poder ser una buena abogada. – habla con firmeza.

- Pasaste la prueba. Ven conmigo, los niños están cansados, Kader está llorando y pronto va a llorar Alma. – mientras carga a Alma y hace caminar a Kader, quien arrastra su mochila con los Legos.

- ¿A dónde vamos? – ella está preocupada por la actitud de la intendente.

- A mi casa, aquí las paredes tienen oídos. Y las víboras están al acecho siempre.

- Pensé que aquí haríamos el trato.

- Vamos a mi casa porque hay otra niña de 8 años, ella habla inglés. Por cierto, ¿tú hablas inglés? – se cerciora de que hable el idioma.

- Sí. Hasta tengo el examen internacional de nivel avanzado que lo comprueba. – responde con total seguridad.

- Perfecto, vas a entrevistar a Florence de 8 años, es natural de Nigeria, sus padres quedaron desaparecidos en un naufragio, pero no se lo digas, a ella no lo sabe. A ella se le ha dicho que los estamos buscando.

- Entiendo, pero ¿la niña ha estado en casa todo el día encerrada? – Empieza con su investigación en el asunto.

- No, una vecina que se dedica a la educación se le lleva a su escuela para que vaya aprendiendo el español poco a poco.

- De modo que va a la escuela. - a la pasante le parece muy bien que ella vaya a la escuela.

- Aquí conmigo tengo que cuidar de Kader y Alma. – los va sentando en sus respectivas sillas.

- Debe ser muy difícil criar a dos niños pequeños en el trabajo.

- Eso pensaba yo, pero los hijos de los migrantes que registramos juegan con Kader.

- Entonces Kader hace amigos todos los días. – va sacando conclusiones y entiende la jugada de Klea.

- Kader es un niño muy bueno. Alma en cambio es un poco chillona.

- Veo que manejas muy bien la situación.

- Pues sí, busco lo práctico, ahora mi prioridad es Florence, ella debe conseguir familia primero, está en edad escolar, y no podré ayudarla debidamente.

- Bien, hablaré con ella como si fuera una amiga más, cosa que ella entrará en confianza y así podré ayudarla más pronto a conseguir familia.

- Habrá una asistente social, debes trabajar con ella, ella se enfocará en salud física y mental, alimentación y contigo sería la parte legal, conociendo a ella, puedes buscar la familia más apropiada para ella.

- Perfecto, seremos dos profesionales para un panorama más completo. – le parece muy bien esa idea, a ella le ayudará a entender mejor los asuntos legales de los migrantes en menores, y hasta piensa que podría aprovechar de la situación para obtener material para su tesis.