*Sinopsis:*
Osiris, una joven fuerte y determinada, se encuentra en el centro de una lucha de poder cuando cruza caminos con Dominick López, un poderoso y enigmático empresario con un imperio de negocios oscuros. A pesar de su atracción mutua, Osiris se resiste a la influencia de Dominick, temiendo perder su libertad y autonomía.
Sin embargo, Dominick no se rinde fácilmente. Con una determinación implacable, busca conquistar a Osiris y hacerla suya. Pero a medida que se acercan, Osiris descubre secretos oscuros sobre el pasado de Dominick y su imperio, lo que la hace cuestionar si realmente quiere estar con él.
En un juego de poder y seducción, Osiris y Dominick se enfrentan en una lucha que puede cambiar sus vidas para siempre. ¿Podrá Osiris mantener su independencia y libertad, o se dejará llevar por la corriente de la pasión y el poder que Dominick representa?
*Géneros:*
- Novela romántica
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Capitulo 4
— ¿Quién se cree ese idiota para hacer eso? — inquirió Dominik, su voz resonando con una rabia contenida que parecía vibrar en el aire. — Solo yo tengo el derecho de destruirla, porque es mía.
Con pasos firmes y decididos, Dominik salió del auto, la noche envolviéndolo en un manto de sombras mientras se acercaba a ella. Sus instintos lo guiaron como un depredador que acecha a su presa. Los sollozos de Osiris lo atravesaron como un puñal, aunque su deseo era abrazarla, consolarla. No obstante, los ecos de su propio dolor lo mantenían a raya.
Osiris, sintiendo una presencia detrás de ella, se giró bruscamente. Su corazón dio un vuelco al encontrarse con Dominik, un enigma vivo que emanaba peligro y atracción en igual medida.
— ¿Podrías dejar de seguirme? — exigió, la frustración marcando su voz.
— Te dije que siempre te estaría observando — respondió Dominik, cruzando los brazos con la autoridad de un rey.
— Hoy no estoy de humor — replicó Osiris, su mirada desafiante.
— Nunca lo estás — contestó él, una chispa de desafío brillando en sus ojos.
— Podrías dejar de pensar en ti mismo y dejarme en paz — declaró Osiris, plantándose frente a él como una barrera.
Dominik, sin embargo, no podía resistir la tentación de acercarse. Con un gesto suave, acarició la mejilla de Osiris, una acción que la hizo estremecer.
— ¿Quién te hizo daño? — preguntó, su tono ahora más suave, como si realmente se preocupase.
— No necesito responderte; tú lo sabes todo — contestó ella, apartando su mano con determinación.
— Quería escucharlo de ti misma — insistió Dominik, su voz grave.
Osiris sonrió con incredulidad, sintiéndose atrapada entre la fascinación y el temor. ¿Cómo podía alguien con la capacidad de asesinar sin titubear e interesarse genuinamente por su dolor? Pero, al fin y al cabo, no tenía nada que perder.
— ¿Te han traicionado y jugado con tus sentimientos? — inquirió, retando su frialdad.
— Nunca he sido traicionado; nadie ha jugado con mis sentimientos — respondió Dominik, su mirada oscura y penetrante. — Porque antes de que alguien me traicione, lo asesino. Y sobre los sentimientos… realmente no nací con ellos.
— Pero me dijiste que te gustaba — dijo Osiris, confundida por la lógica distorsionada de su mundo.
— Me gustas como cuando ves algo en un aparador — contestó Dominik, su voz cargada de una frialdad que desnudaba su humanidad.
Osiris sonrió, divertida, y le dio un suave golpe en el hombro.
— ¿Entonces me ves como un objeto? — preguntó, desafiando su visión.
— Como un objeto rebelde y uraño — replicó él, provocando un brillo en sus ojos.
— ¿Ves por qué no quería decirte quién me hizo daño? — arqueó una ceja, reforzando su punto. — Porque alguien como tú no lo entendería.
Dominik se quedó en silencio, reflexionando sobre sus palabras. Sin previo aviso, la tomó en un abrazo apretado.
— Yo no voy a traicionarte ni jugar contigo — murmuró, como si esa promesa pudiera calmar sus demonios internos.
— Pero tampoco me amarás, ¿verdad? Solo seré un objeto — dijo Osiris, la vulnerabilidad asomándose tras su coraje.
— ¿Es importante ser amado? Mientras tengas dinero, poder y salud, lo tienes todo — sentenció Dominik, despojando de romanticismo su visión de la vida.
Osiris se sintió incómoda en su abrazo, su proximidad despertando una mezcla de vulnerabilidad y curiosidad.
— ¿Tú crees que el dinero y el poder pueden reemplazar el amor? — preguntó, escudriñando sus ojos.
Dominik se encogió de hombros, como si esa respuesta no tuviera importancia.
— Para mí, sí — afirmó, causando que Osiris riera con amargura.
— Entonces, ¿por qué te importa qué me pasa? — dirigió una mirada inquisitiva. — ¿Por qué te importa quién me hizo daño?
Dominik sostuvo su mirada, su intensidad casi palpable.
— Porque eres mía — dijo, y esas palabras resonaron como un juramento.
Un escalofrío recorrió la espalda de Osiris. ¿Qué significaba eso? ¿Qué quería decir con "mía"?
— ¿Qué significa ser tuya? — preguntó, esforzándose por mantener la calma.
Dominik sonrió, su mirada intensa como un fuego que ardía en sus entrañas.
— Significa que te protegeré, tonta — dijo, su voz baja y profunda. — No me gusta que toquen lo que es mío.
Osiris se sintió atrapada en su mirada, la sinceridad de su declaración desarmándola. De repente, Dominik se inclinó más cerca, su aliento cálido rozando su oreja.
— Y significa que solo tendrás ojos para mí — susurró, provocando un estremecimiento en su ser.
Osiris, desbordada por la intensidad del momento, sintió que la vida le ofrecía una nueva dirección. Se acercó y, sin pensarlo, lo besó, desatando la frustración acumulada en su vida.
— Es cierto, no es necesario el amor — pensó, convencida mientras sus labios se encontraban con los de Dominik.
Dominik, sorprendido por la audacia de su beso, pronto se entregó a la misma intensidad, olvidando todo lo que había en su mundo.
Mientras se besaban, Osiris no pensaba en René, ni en el préstamo, ni en sus problemas. Solo sentía un alivio abrumador.
— ¿Enserió tú no puedes amar?— dijo Osiris, rompiendo el beso— Bueno eso ya no importa.
Dominik la abrazó con más fuerza, y Osiris sintió que el peligro la envolvía como un abrigo. Estaba a punto de cruzar una línea que nunca imaginó cruzar: convertirse en la amante del mafioso más sanguinario.
Cuando finalmente se separaron para respirar, Dominik la miró profundamente a los ojos.
— Ahora eres mi reina — habló con voz ronca, como un rey proclamando su dominio.
Osiris sonrió, encogiéndose de hombros como si esas palabras no le importaran.
— Como tú dices, no es necesario el amor — contestó, aunque una parte de ella anhelaba más.
Dominik sonrió también, su beso volviendo a sellar cualquier duda que pudieran tener.
— Conmigo tendrás todo, pero como lo he dicho — dijo, su voz grave y decidida — yo no sé qué es amar.
Un escalofrío recorrió la espalda de Osiris. ¿Qué había comenzado al besarlo? ¿Qué consecuencias tendría su elección?
Pero no podía negar la atracción que sentía por Dominik: su poder, su peligro, su sinceridad. Había decidido ser ambiciosa y dejar atrás sus sentimientos, pues cuando amó, lo perdió todo.
— Te enseñaré mi mundo — dijo Dominik, tomando su mano, llevándola hacia su auto, un vehículo que simbolizaba tanto su poder como su peligro.
Dominik tenía planes para ella, revelarle el oscuro y mortal mundo de la mafia, y prometió una sorpresa que jamás olvidaría.
— ¿Qué es este sitio? — preguntó Osiris, su voz temblorosa ante la oscuridad que los rodeaba.
La luz tenue de los focos apenas iluminaba el lugar, creando sombras que danzaban en las paredes.
— La casa donde nací — confesó Dominik, su voz cargada de nostalgia.
— ¿Aquí vives? — preguntó Osiris, sorprendida.
— No, pero tú lo harás — respondió Dominik, su mirada firme.
— ¿Y tú? — inquirió ella con curiosidad.
— Te vendré a ver todos los días — dijo Dominik, su tono grave.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Osiris, sintiéndose atrapada en la telaraña de sus palabras.
— Crees que dejaré que vean a mi reina, solo yo podré verte — contestó Dominik, su voz firme como el acero.
Osiris seguía sin entender del todo lo que Dominik quería decir, así que lo tomó de la mano, buscando claridad.
— Perdóname, tengo que irme — empezó a decir, pero antes de que pudiera terminar, Dominik le puso un grillete en la pierna, encadenándola.
El frío metal la hizo estremecer, y miró a Dominik con incredulidad.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó, intentando mantener la calma, aunque la ansiedad comenzaba a apoderarse de ella.
Dominik sonrió, una expresión que la hizo sentir aún más vulnerable.
— Protegiéndote — dijo con calma. — No quiero que te vayas. Eres mía ahora.
Osiris se sintió atrapada, la incredulidad y la indignación luchando dentro de ella.
— ¿Qué pasa con mi libertad? — preguntó, forcejeando con el grillete.
Dominik se rió, un sonido que resonó con un toque de locura.
— La libertad es una ilusión — dijo. — Tú no me abandonarás.
Un estremecimiento recorrió su cuerpo ante la idea de que Dominik pudiera ser capaz de hacer aquello.
— ¿Abandonarte? — retó, su voz desafiante.
Dominik se acercó, y su mirada se volvió aún más intensa, como si pudiera leer cada pensamiento en su mente.
— Te dije que no tenía sentimientos — murmuró, acercándose más.
Osiris sintió la tensión entre ellos, la atracción y el peligro mezclándose en un cóctel explosivo. Sabía que había tomado una decisión arriesgada al involucrarse con él.
— ¿Vas a matarme? — preguntó, la voz temblando con un toque de desafío.
— Algo peor — contestó Dominik, sus ojos brillarían con un destello oscuro mientras su mano se posaba suavemente sobre el cuello de Osiris. — Voy a hacer que te enamores de mí, al punto en que te obsesiones conmigo.
#Chicomalo
😛
👌
1.- Si el hermano es mafioso por "herencia", su padre fue mafioso, por que no la cuidó y protegió.
2.- Si es iris, porque no la reconoce, por más que tu tengas cirugías estéticas, tu voz, tus hábitos , manias, y tus señas ( LUNARES), esas siempre quedan y están esas no las puedes desaparecer tan fácilmente.