Nuestro planeta, este hermoso nido donde vivimos parece no querernos aquí. es un planeta feroz, estamos a diario expuestos a todas sus infamias desde lluvia hasta volcanes, el mar que nos refresca nos da oxígeno y alimento y también se eleva, inmisericorde borra ciudades enteras de sus costas, tifones, terremotos. La tierra cuando así le provoca se hunde, se desliza sin importar cuantos de sus hijos queden tapiados Los seres humanos nos hemos abocado a socorrernos los unos a los otros, siempre nos sentimos inclinados a proteger al más débil. Desde tiempos inmemoriales nos hemos organizados para paliar embates de la madre gea. allí donde un accidente natural nos lesione estaremos prestos a ayudarle. en esto basamos nuestra existencia. Ustedes no están solos cuentan con nosotros. Estamos en el mismo barco tratando de mantener el rumbo. Aqui nacimos y moriremos. pero mientras tanto con ilusión y con esperanza parimos hijos, sembramos árboles y forjamos futuro para las nuevas generaciones.
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CAPITULO IV
A las siete de la mañana en la puerta de emergencia la pediatra Elizabeth
Figueroa, escolta a un cuarto a Maggie para que este más cómoda. Va caminando.
Le llevaron desayuno y ropa. Eduardo la compro, al final de cuenta es un
experto en ropa femenina y las tendencias de moda. Se fue al baño, se lavó el
pelo, no usa maquillaje, ni tampoco uso ninguna prenda. Solo una cadenita en el
pecho, que Eduardo recordó. Ely desayuna con ella y los ejecutivos en la otra
sala están atento a lo que hablan.
- ¿Como te sientes Maggie\, estas muy adolorida?
-Si doctora, pero es más doloroso la vergüenza que siento - Y llora, se tapa la
cara - me da verguenza con usted… es que doctora yo también tengo la culpa. No
cerré la puerta de la habitación y salí desnuda del baño, desde cuando estaría
mirándome ese enfermo, yo bailaba, practicaba al espejo los pasos de mi acto de
baile y son de samba. Ahora me acuerdo yo soy la culpable, yo lo incite.
- ¡no digas eso! No llores más\, no sientas vergüenza. Hay que denunciar para que
otras niñas no pasen por lo que tu pasaste.
- ¡No\, doctora no! sé que es mi deber denunciar\, pero ahora entiendo\, porque quedan
impunes estos tipos de crímenes, tengo tanto miedo y tanta vergüenza, se
imagina todos se van a enterar de lo que me paso. ¡Todo el tiempo me dicen que
soy desvergonzada! ¡que me ejercite desde pequeña para desarrollar mis
atributos! ¡Que soy voluptuosa como todas las pelirrojas! ¡que siempre quiero
llamar la atención! tendré que decir que baile desnudo para él …que estaba
borracho. ¡No doctora no me haga pasar por esto! ¡Por favor Olvídelo! Yo lo
dejo en manos de Dios que nos perdone a los dos. Lo que si es que a ese hotel
no vuelvo. Mañana me entregan el diploma y veré como supero esto. mi Hermana
tampoco debe saber nada, no la llame, no le diga nada. Déjeme pensar. Ella y el
abuelo son mi única familia y él es tan mayor y ella es tan joven, se van a
morir de dolor porque no me protegieron y tienen tanto sufrimiento y tantas
responsabilidades que no merecen esto. Se lo ruego doctora, si tengo algo grave
deme un tratamiento para la hemorragia y por prevención de una enfermedad venérea
y hace días mestrue, lo que falta es que quede embarazara.
- ¡Dios eres tan sensata! ¡No pareces que tengas quince años! Hablamos con tu hermana y
la convencimos de que estas en los viñedos y por las lluvias y deslaves no has
podido regresar ni comunicarte. No te preocupes lo primero que hice tras parar
la hemorragia fue protegerte de un embarazo
-Hoy quince años - lagrimas resbalan por su pálido rostro, sus lindos ojos verdes
escondido en parpados tenidos de rojo, sus labios hinchados y rotos- No hay un
lugar de mi cuerpo donde ese loco no haya dejado su rastro en mordiscos
chupones, arañazos y golpes - que manera tan brusca de entrar a la adultez, o
sea que ya no tengo hemorragia, solo dolor.
-Sigue comiendo, necesitamos fuerza y tú sabes que Roberto Peña y Eduardo Figueredo,
son los dueños del hotel saben lo que te paso y están preocupados por ti. Están
allá afuera, esperando para hablar contigo. Ayer fuiste seleccionada para
trabajar de traductora en los viñedos y en los cuartos frio. Cuando no te
encontraban creían que te había ido con la cuadrilla, pero Peña llamo al
vigilante y oyó gritos de auxilio y rastreo el celular en la habitación.
Estabas desmayada y muy golpeada. Realmente esta situación compromete mucho a
la empresa e imagínate eres menor de edad.
- ¡Dígale doctora que estoy bien\, no quiero ver a nadie de ese lugar! – se alteró – se lo
ruego doctora ¡no quiero que me vean! ¡Mire como estoy con los labios rotos,
toda chupada como una prostituta barata y con el alma partida! Perdóneme
doctora yo no quiero que nadie me vea me siento como un trapo roto. No quiero
ver a nadie. Solo mis padres.
- ¡Ya mi niña no te pongas así! - y lloran juntas abrazadas - será como tu digas\, por
favor cálmate. Si no voy a tener que
llamar a una psiquiatra para que te ayude.
-No doctora, ya nadie más. Solo usted y los dos ejecutivos. Prométamelo. Apelo a su
ética profesional y exijo respete mi privacidad de paciente. Me controlare y lo
superare. Se lo aseguro, más perdí cuando murieron mis padres.
- Y cómo vas a hacer con tu hermana. En cuanto te vea se va a dar cuenta. Las
mujeres sabemos de esto. Te voy a proponer algo transitorio mientras se te
disipan las marcas y las heridas y puedas volver sin que ella sospeche nada.
Aunque yo creo que deberías desahogarte con ella, tu necesitas amigas que
escuchen tus problemas y para eso son mejores las hermanas.
-Si es mi hermana mayor, tiene dieciocho años. Pero es tan inocente y sensible,
cuando murieron nuestros padres, no tuve tiempo para llorar ni desesperarme
porque ella entro en crisis y los primeros días tuve que encargarme de todo con
mi abuelo, algunos amigos de mis padres me ayudaron y la arrié a firmar, pero
andaba como autómata mientras nos encargábamos de todo y ella solo firmaba era
eso o a mí me mandaban al cuidado del estado hasta que cumpliera dieciocho años
porque por muy brillante mi abuelo es un anciano y cargue con ella y con todos
los problemas que traía la muerte de mis padres. Ahora está bien, trabajando
porque estamos construyendo su futuro, volvió a la universidad, terminará su
carrera de derecho, de ella solo necesito que firme. No previene nada. No
malicia, es seria, responsable e inteligente, pero es más infantil que yo y eso
es decir ya bastante. No soy capaz de derrumbarle su castillo, aunque se me
parta el alma.
-Te entiendo, tengo un primo así. Escucha y
no me interrumpas: el hotel te va a indemnizar porque fuiste agraviada y te
pagan una prima. Yo tengo un apartamento de soltero que esta desocupada. Tiene
todo para vivir bien. Solo tienes que hacer mercado, limpiarlo y ponerlo
bonito, cuando creas que esta lista para ver a tu hermana, te vas para tu casa.
Pero acepta la indemnización, por su descuido te hicieron daño y tienen que pagarlo.
Que les salga caro. Tómatelo como un regalo de cumpleaños.
- ¿Usted crees que está bien?
- ¡Claro que sí! tienen suerte que no los demande y eso porque me lo estas pidiendo. ¿tú\,
sabes porque me llamaron, porque ellos son mis primos? creen que yo lo voy a
proteger. Pero no, va ganando que no lo denuncies. Si te presentas ante la ley
van directo a la penal. Yo hago lo que tu decidas Maggie, primero soy mujer y
madre tengo una niña tan hermosa como tú- Me muero si a mi niña le pasa lo que
a ti. Acepta ese dinero sin remordimiento. Que paguen por su insensatez.
- ¡No doctora no puedo denunciar! mis padres murieron en un accidente hace menos de
un año, mi hermana apenas tiene dieciocho años y mi tutor legal es un anciano
de setenta y ocho años, es un profesor, presidente del Museo de Occidente, un
hombre muy respetado. Tuvimos muchos problemas por mi custodia por su edad y la
de Marian. ¡Somos su única familia! Y nos adora, somos las cosas más
importantes de su vida. ¡Como le cuento yo esto! Esta delicado de salud no hace
un año enterró a su única hija y su yerno, ahora esto, ¡ay doctora lo mato! se verá
envuelto en un escándalo donde nadie saldrá beneficiado… No doctora me toca
aceptar que me ayuden. Pero no los quiero ver. Si voy a aceptarte el apartamento,
no quiero que mi Marian ni nadie me vea así… ¡No quiero estar sola! ¡tengo
tanto miedo! pero no puedo dejar que me vean así. Y yo no sé disimular -
comenzó a llorar otra vez – no voy a aceptar dinero, que me va a pagar: ¿mi
inocencia? ¿Me va a pagar el servicio? ¿me va a seguir tratando como a una
prostituta? Yo sé que es tu primo y no tiene solo la culpa, me aterré, no me
pude defender. fue una horrible circunstancia. No soportaría verle la cara. ¡Tengo
miedo, vergüenza y rabia! ¡Necesito orar y meditar, para perdonarme y
comprender la situación por la que estoy pasando! ¡Mami como te necesito!