CUARTO LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Majic, Lycka y Huimang aman profundamente, pero deberán decidir cuánto están dispuesto a sacrificar por proteger a quienes aman.
¿Podrán ser capaces de reconstruirse después de ser arrastradas al abismo de la desolación y la desesperanza?
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4. Preparándose para asumir la corona
Majic y Josag están galopando por los amplios prados en una zona del reino de Susumira, rápidamente son rodeados por un grupo de hombres que los han cercado, los príncipes sacan sus espadas, se miran fijamente para darse ánimo y se disponen a pelear, a pesar de que los superan en número; la lucha es fiera, Majic y Josag están espalda contra espalda, cada uno empuña con más rigor en los últimos movimientos para vencer a los hombres; han terminado completamente agotados, pero han logrado ganar la competición.
- “Excelente trabajo, Altezas”, dijo el Canciller de Guerra de Susumira, para luego hacer una reverencia.
- “¿Cómo está mi padre?”, pregunto Majic.
- “Está preparado, los cancilleres de justicia ya están en Susumira, después de la coronación, procederán a llevarlo para enfrentar el juicio”, dijo con cierta tristeza el Canciller.
- “Entiendo, gracias por informar, supongo que ya debemos ir a alistarnos”, dijo Majic tratando de mantenerse serena, aunque su corazón estaba angustiado, faltaban pocas horas para asumir una responsabilidad que no fue capaz de imaginar mientras estaba encerrada en aquella torre.
- “Por supuesto, Alteza Real, por la tarde será la coronación, hay varios reyes que han llegado en persona, incluyendo al rey de Fontana”, comentó el canciller.
- “¿Mi hermano está acá?”, preguntó Josag; se vieron hace un mes en la boda de Lycka y Leven, aunque notó la mirada enamorada de su hermano hacia Lady Jarumi, no le comentó aquello, conocía lo reservado que era su hermano y no quería forzarlo a contarle que seguramente será una decisión muy importante para el rey de Fontana.
- “Así es, está con los otros reyes que han llegado”, respondió el canciller.
- “Eso es bueno podrán verse, (dirigiéndose al Canciller), gracias por todo nos vemos más tarde”, expresó Majic con alegría.
Josag tomó de la mano a Majic, se dieron un tierno beso y ambos sonrieron, mientras Josag jugaba con el rojizo cabello de su amada esposa, esa tarde ella iba a ser coronada como reina reinante de Susumira ante la abdicación de su padre, y sería la encargada de gestionar los destinos del reino; Majic había tenido que aprender más cosas en poco tiempo, agradecía que Josag estuviera con ella para apoyarla.
Más tarde, luego de reponerse del fuerte entrenamiento, y un poco antes de que empezara la ceremonia de coronación, Josag fue a buscar a su hermano, para darle el abrazo que le tenía pendiente.
- “Parece que Susumira no te ha tratado mal, te veo muy bien”, expresó Fortem con alegría.
- “Soy feliz con Majic, eso es lo que pasa, ¿Cómo estás tú?, veo algo en tu mirada diferente”, manifestó curioso Josag.
- “¿Puedes ver eso?”, preguntó sorprendido Fortem.
- “Claro, ha desaparecido el cansancio y la severidad, y tienes una sonrisa tonta, ¿De quién te has enamorado?”, cuestionó Josag con absoluta seguridad.
- “Vaya que soy muy obvio, pero me gustaría contarte más, cuando se concrete mi relación”, respondió Fortem.
- “Entiendo, pero no seas muy lento, ah, pero supongo que es una buena persona y muy linda”, expresó Josag.
- “Es perfecta”, dijo Fortem.
- “Fantástico, me alegro mucho por ti”, comentó alegre Josag.
Fortem se había dado cuenta que pese a estar preocupado por el grave peligro que se acerca a Hurmaya, tener en su mente y en su corazón a Lady Jarumi, le daba la paz y el ánimo para seguir adelante; la mujer hermosa de los ojos azules que lo deslumbra, lo ha hecho un hombre más sosegado, quizás por eso después de la sensación de dolor que la presencia de la madre de Majic le había causado, pudo entender que no había más opciones que confiar en ellos, felizmente todavía tenían algunos meses para prepararse, pero también los usaría para lograr casarse con Jarumi, estaba seguro que ella era la indicada para ser la dueña de su corazón y la próxima reina de Fontana.
- “Disculpe Su Alteza, pronto va a empezar la ceremonia, y necesita ir con la princesa”, interrumpió el Canciller de Protocolo de Susumira.
- “Gracias, (dirigiéndose a Fortem), hablamos después, el deber me llama”, dijo Josag para irse apresurado a ver a Majic.
Majic estaba en el salón previo previo al trono, Lady Marila acomodaba su ropa, para que luciera perfecta, su tía había llegado algunos días antes para ayudarla con los preparativos, aunque la joven princesa es muy lista y aprende rápido, ha perdido mucho tiempo, los años en la torre era una clara desventaja para alguien que debió formarse para ser una reina reinante.
- “Si mi mamá estuviera con nosotros, ¿estuviera orgullosa de mí?”, preguntó Majic.
- “Te aseguro que sí, ella estaría emocionada, diciéndote que eres maravillosa y que lo vas a hacer muy bien”, respondió Lady Marila emocionada.
La puerta sonó, las damas de la corte le avisaron a Majic que se trataba de la reina Huimang, y ordenó que la dejen pasar de inmediato, Huimang ingresó acompañada de Lady Karoly, transformada por los poderes de Khwan y con el pequeño príncipe Georgeus en brazo.
Majic se acercó a hacerle cariños al bebé, aquella cercanía hizo emocionar a Karoly, su hija era una mujer hermosa, muy dulce.
- “Mi sobrino favorito es muy guapo, lindo verdad, a heredado los hermosos ojos grises de la familia, te amo, bebé”, expresó Majic queriendo alzarlo.
- “No princesa se va a arruinar el vestido, estaremos en el palacio cuando regrese del paseo de reconocimiento en la ciudad, y podrá jugar con Georgeus todo lo que quiera”, dijo Huimang,
- “Está bien”, manifestó Majic.
La puerta se abrió e ingresó el príncipe Josag, se acercó a Majic dándose un tierno beso, acariciando su mejilla.
- “Eres perfecta para esto no lo dudes, e igual si quieres salir corriendo y huir, agarramos un caballo y nos vamos, te dije muchas veces que me puedo dar muchos lujos, así que te seguiré al fin del mundo si es preciso”, expresó Josag con una sonrisa.
- “¿Por qué eres tan lindo conmigo?”, preguntó Majic con una sonrisa.
- “Porque te amo, porque jamás he amado a nadie más que a ti, y porque jamás amaré a nadie más que a ti, así que me aseguraré de ser felices juntos”, respondió Josag.
- “¿Siempre son tan empalagosos?”, preguntó Huimang, las campanas sonaban y no se daban cuenta.
- “No, cuando a ella le gana la obstinación y a él la molestia, a veces gana uno, a veces gana el otro; aunque eso termina al final en algo más empalagoso, la reconciliación. Ya deben avanzar”, manifestó Marila y ellos se sonrojaron.
Karoly miraba la escena con emoción, estaba segura de que ellos podrían superar los problemas sin lastimarse, su amor no era fuego sino calidez, su amor no era efervescente sino emotivo, su amor no era una aventura sino un viaje compartido. Estaba perdida en sus pensamientos cuando la reina Huimang tomó a su hijo en los brazos, cuando todos salieron.
- “¿Por qué permitió esto?, ¿ya sabe quien soy realmente?”, preguntó Karoly.
- “No hubiese hecho lo mismo que usted, pero como madre sé el miedo que causa saber que tu hijo esté en peligro, no estoy segura de si realmente pudo preveer la magnitud de sus acciones, sólo por hoy asumiré condescendencia. Si la princesa Majic no se hubiese convertido en la mujer que es ahora, no hubiese podido salvar a mi Khwan; sé muy bien lo que es perder todo y pelear por recuperarlo. Me temo que tiene aún mucho que sufrir, y si soy sincera dudo que merezca ser feliz, pero hoy no voy a agregarle más pena”; expresó Huimang.
Karoly piensa que la reina de Pallango tiene razón, en unas horas más tendría que volver a estar frente al rey Carpio, y buscar juntos la manera de proteger a su hija y a Hurmaya, para ello necesitaba seguir aparentemente muerta un poco más para su hija y eso la lastimaba.
La peligrosa Ivetee está en el castillo de Susumira, se pasea como la hija del ministro de Hacienda, y justo se desempeñaría como la asistente de su supuesto padre, para coordinar con los nuevos reyes de Susumira; su objetivo era seducir a Josag por el medio que sea, había alistado cada uno de sus hechizos, además de datos específicos dados por la misma diosa del Odio, sobre cómo podría llegar a llamar la atención del duque de Reviere.
...Ivetee, como la hija del ministro de Hacienda...
Más tarde, todos estaban esperando en el gran salón del trono real de Susumira, el trono con los dos asientos de la pareja real estaban vacíos, el rey Carpio estaba delante de la mesa donde estaba la silla de coronación; en ambos lados de la alfombra que señalaba el camino desde la puerta al trono estaban los invitados a la coronación que incluía a los reyes de Fontana, Borón, Pallango, Belgeun, Pridora y Urtesi, así como los representantes importantes de todos los reinos de la comunidad mágica de Hurmaya, los principales nobles de Susumira y los más altos oficiales militares del reino.