Un Viaje A Lo Desconocido

Un maravilloso amanecer, en un lugar totalmente diferente al acostumbrado, el canto de las aves, voces de otras personas a varios metros de donde estaban ellos. No fue una noche tan buena para quienes estaban acostumbrados a dormir en camas muy cómodas y sin ningún ruido que le diera aviso a un nuevo amanecer.

Gabriel fue el primero que salió casi corriendo, siendo ese de muchas personas que lo primero que hacen en su amanecer, es visitar el baño.

Viendo a todos lados, en busca de un buen lugar donde ocultarse y poder dejar su huella.

—Ya no aguanto— susurró caminando en puntillistas. Hasta que vio un gran árbol, casi corrió a él, bajando sus pantalones y suspiró al sentir que salió lo que no debía estar dentro de él ya.

Quitó una media y se limpió, subió sus pantalones y se dio vuelta, quedando con la boca abierta al ver lo que estaba detrás de ese árbol y él no se había dado cuenta.

Se acercó con un poco de miedo, era sin duda una especie de templo, algo nervioso retrocedió y corrió donde estaban sus amigos, quienes ya lo buscaban como loco.

—¡Chicos!— exclamó Gabriel llegando a ellos con la respiración agitada.

—¿Dónde estabas idiota?, nos has metido madre susto— reclamo Renata, pensando lo peor.

—¿Qué hacías?, hueles mal— le hablo Winder con un gesto de asco.

—¿Y tu otra media?_ interrogó Alicia, viendo una y otra no, ya que usaba bermuda.

—Déjenme hablar, me fui a ca*** y encontré algo extraño— declaró Gabriel, logrando que las chicas se fueran casi en vómito.

—¿Ustedes no cagan?— reclamo él, al ver cómo actuaban.

—¡Ali dame un beso!— le pidió Gabriel, pero ella se escondía atrás de Renata.

—Oye, déjalas, ve lávate las manos y nos muestras ese lugar extraño— le hablo Winder.

Gabriel obedeció, se lavó las manos muy bien y regreso donde estaban ellos, besando a Alicia a la fuerza.

—Cuando nos casamos, tendrás que oler todo de mí— afirmó Gabriel.

—¡Gabriel!— exclamó dándole un golpe en su pecho.

Winder reía de las barbaridades que hacía Gabriel sin tener una pizca de vergüenza y mucho menos con su ahora novia. La caminata fue rápida, Winder al ver el templo se acercó con mucha curiosidad. Renata se llenó de emoción, muy diferente a Alicia, que no le gustaban esas cosas, temía que detrás de ese templo existiera alguna leyenda o algo así.

—Vamos baby, no pasa nada, solo nos tomaremos unas fotos— la animó Gabriel, tomándola de la mano.

Curiosos le dieron la vuelta, tomándose fotos y buscando algo más que fuera sorpréndete.

—¡Aush!— se quejó Renata, había caído al tropezar con un pequeño muro.

—¿Estás bien, bebé?— se acercó Winder preocupado.

—¿Qué es esto?— hablo Gabriel, más curioso que preocupado por Renata.

—No toques eso, Gaby— le pidió Alicia, asustada.

Renata estaba bien y junto a Winder se acercaron a observar que era eso, limpiaron más y buscaban como abrirlo.

—No se puede abrir— Dijo Winder.

—¿Es una tumba? — preguntó Renata.

—Parece más bien un escondite o un túnel— explicó Winder.

Gabriel buscaba con que abrir esa especie de túnel cuadrado.

—Chicos tengo miedo— hablo Alicia dando pasos hacia atrás.

—¡Aaah!— cayó sentada de trasero, se había tropezado con una ropa, justo se empezó abrir el lugar, el polvo no dejaba ver el interior y la curiosidad de los chicos era más.

—¿Estás bien, baby?— Alicia asintió, Gabriel la ayudo acercarse donde Winder y Renata trataban de ver más al interior.

—¿Y si entramos?— Propuso Winder.

—Sí, si vamos—

—¿Y si morimos?— opino Gabriel, recibiendo un golpe de Alicia.

—Ya vamos, estoy muy asustada— Hablo Alicia casi llorando.

—Renata y yo vamos a bajar, ustedes esperen aquí—

—Pero yo quiero ver, ¡vamos beby!— suplico Gabriel. Alicia no estaba segura, su corazón estaba casi que se salía del susto. Pero no le quedaba de otra que aceptar, no quería quedarse sola.

Bajaron por una especie de escaleras de piedras, sus ojos brillaban de sorpresa, sus linternas eran sus teléfonos y captaban cada lugar mágico, mientras más se adentraban, más sorpresas encontraban.

Plantas Carnívoras, animales con tres cabezas identificables, aves extrañas con dientes afilados, serpientes similares a unas plantas.

—¡Esto es increíble!— susurró Renata, sorprendida, tocando la planta carnívora dibujada en la pared.

—Un mundo desconocido— Aseguro Alicia, tocando una especie de perro con tres cabezas aterrador.

—¡Increíble de creer!— Exclamó Winder y Gabriel al unísono, tocando otras especies aún más sorprendente.

Lo que no esperaban, era ver como una pared se desvanecía frente a ellos, mostrando una especie de portal como si se tratara de magia.

—¿¡Oh por Dios, que es eso!?— exclamó Alicia asustada.

—¿Un portal?— interrogó Winder sorprendido, con una sonrisa de curiosidad.

—Y si...—

—¡NI SE TE OCURRA RENATA, LES EXIJO QUE SALGAMOS DE AQUÍ!— Grito Alicia a todo pulmón, entre molesta y asustada.

—Solo voy a tocar, no pasará nada— la calmó Winder, acercándose más.

—Ali, cálmate, eres bien paranoica— le reclamo Renata.

—¡Baby!— susurró Gabriel, abrazándola.

—!¡Aaaah, amor!— grito Renata al ver cómo el portal se llevó a Winder, su reacción fue ir tras él, dejando a Gabriel y Alicia en shock. Gabriel reacción saltando al portal, llevándose a Alicia sin avisar.

—¿Qué es esto?— pregunto Gabriel al llegar junto a Renata y Winder, quienes buscaban algo raro, pero solo estaba en una cueva inmensa.

—Salgamos— propuso Winder, siendo seguido por todos, asustado y en shock aún.

Su sorpresa fue grande al ver un animal inmenso, obstaculizando la entrada. Los gritos de las chicas era aterrador, corriendo nuevamente adentro.

—¡BUSQUEN EL PORTAL!— Grito Winder, Gabriel ayudaba a Alicia a correr más rápido. Ellos estaban seguros de que justo donde se detuvieron estaba el portal, pero su sorpresa fue grande, cuando no hallaron nada.

Por más que buscaban y buscaban, el portal no estaba y no sabían si podrían salir de ahí.

Su aventura, apenas empezaba y ellos no lo imaginaba.

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