El Omega Del Dragón.

Ha pasado dos días encerrado en esa habitación y aunque ha intentado escapar, siempre lo alcanzan y es arrastrado de regreso. Incluso intento decir que ya no era virgen, pero una mujer vieja y extraña entro a la habitación, le bajo los pantalones, lo puso de espaldas y prácticamente le vio hasta el alma.

Después de eso, la reina vino a decirle que ya saben que sigue siendo virgen, por lo que no se salva de ser el sacrificio, además le dio una charla diciendo que era un gran honor ser la esposa del dragón, porque salvará al reino entero y será recordado por siempre. Si como no, nisiquiera se han de acordar como se llamaba el sacrificio anterior. Finalmente, varías doncellas llegaron a la habitación para bañarlo, peinarlo y vestirlo con un elegante traje blanco, también le colocaron un velo, para así, llevarlo fuera de la habitación.

— no intentes escapar. Los guardias te alcanzarán y tu intentó solo hará que se arruine la ropa.— le regaña la reina.

— ni que fuera tela fina, pero que se puede esperar de una mujer que no sabe de moda. Ese vestido te hace ver más vieja.— le responde.

La reina al escuchar las palabras del omega, levanta la mano dispuesta a pegarle, pero sus doncellas la detienen, pues no puede dañar al sacrificio. Beryl aprovecha para mostrarle la lengua, pero rápidamente se lo llevan por las doncellas. La ceremonia se llevará a cabo en la cima del acantilado, donde el dragón vendrá por su nueva esposa. En aquel lugar hay un altar y el sacerdote del templo, comienza a recitar un discurso, sobre la importancia de la esposa del dragón y como el sacrificio de aquel elegido, es el máximo honor que se le puede entregar a una persona del reino.

— entonces sacrificate tú, viejo panzon y virgen.— interrumpe Beryl.

— ¿como te atreves?, no dejen que hable, la ceremonia no debe de ser interrumpida.— ordena la reina.

El sacerdote sigue con su discurso, pero Beyrl hace gestos dirigidos al sacerdote, quien ya se estaba irritando, todos los presentes estaban nerviosos por la falta de respeto del pelirosa. Y justamente cuando una sombra sobrevuela el lugar, todos se hacen hacía atrás, lo que aprovecha Beryl para correr lejos del acantilado.

— sacrifiquen a su abuela, imbéciles.— grita Beryl.

Este corre hacía el bosque, el rey ordena a sus caballeros ir por Beryl, todos estaban asustados por las consecuencias que aquella huida podría ocasionarles. Beryl logra llegar al bosque, notando que los caballeros aún le siguen, mientras intenta recordar si Beryl tiene alguna clase de magia que le pueda servir.

— maldito sea el día en el que llegue a un cuerpo débil.— grita frustrado.

Beryl corre logrando perder a los guardias, lo que le lleva a dejar escapar un suspiró, así que camina despacio, tratando de ver que nadie le siga, pero, repentinamente siente como es elevado del sueño, mientras su cuerpo se ve envuelta en unas garras rojas y al levantar la vista, era el dragón quien lo cargaba, de nada ha servido huir, nuevamente fue capturado y esta vez, por el dragón que seguramente lo comera.

[Esta es la primera vez que la novia huye.] Habla el dragón.

—¿eh?— levanta la vista.

El dragón miraba hacia abajo, observando a esa pequeña criatura de cabello rosa y por su aroma, sabe que se trata de un omega.

— si serás el sacrificio para que un dragón de devoré, creo que sería bastante normal huir.— comenta.

[Nadie lo ha intentado, todo sacrificio solo espera ser tomada por mí.]

— en realidad no creo que sea así, si no huyen es porque se paralizan del miedo, lo normal.— se encoge de hombros.

¿Quien no se paraliza si esta siendo entregado como comida para un dragón?, él también se hubiera paralizado, de hecho, quizás se orinó cuando se vio en la garra del dragón. Después de volar casi una hora, el dragón llego a un castillo, parecía antiguo, quizás abandonado, pero al bajar, el dragón lo suelta dejando que ruede por el pasto y observa su garra.

[¿Que es este olor?] Arruga la nariz.

— este...es que soy muy asustadizo.— se justifica.

Un par de doncellas se acercan hacía donde esta Beryl y le ayudan a levantarse.

— lamentamos el trato brusco, alteza. Venga, lo llevaremos a cambiarse.— le explica la doncella.

— ¿cambiarme?, ¿para que?, si seguramente mi magia será drenada y quedaré como carne seca.— se queja.

[Que valiente eres para decir eso ante mi]

— solo digo lo que es, para eso me has traído, ¿no?, solo soy tu comida.— se lleva las manos al rostro y comienza a sollozar.— nisiquiera pude dar mi primer beso.

El dragón solo gira los ojos con molestia y le hace una seña a la doncella mayor, quien le pide al chico ponerse de pie, pero este solo se hace bolita abrazando sus rodillas y sigue sollozando. La doncella mayor le pide a su compañera que la ayude, juntas hacen que Beryl se ponga de pie y se lo llevan dentro del castillo, aunque este sigue llorando, ellas lo guían hasta una habitación donde más doncellas le quitan la ropa, lo meten a la tina, lo bañan y más tarde, ya lleva puesta una bata y la doncella mayor peina su cabello, después le traen la cena y aunque siga sollozando, come todo. Al final del día, Beryl esta en cama, bien tapado y listo para dormir. Era ya en la madrugada cuando abre los ojos sorprendido.

—¿pero que...sigo vivo?— se sienta.— ¿que paso?, no se supone que el dragón drena el mana...¿que esta pasando?

Beryl estaba bastante confundido.

***