Mariano Márquez es un empresario, que fué tan profundamente herido, que desde ese momento, murió en su vida todo el romanticismo y la fé en el amor.
Yaimara Maceo es una joven modelo con un carácter indomable, que no cree en la fidelidad masculina, ni está dispuesta a darse la oportunidad de tener sentimientos románticos.
Él tiene treinta y un años, ella veintidós.
Él es venezolano, ella es cubana.
Él huele rico y está bueno, ella tiene una belleza exhuberante.
Él las quiere para un rato, ella no los toma en serio.
Dos migrantes de distintas culturas en Italia, una atracción que surgirá desde el primer momento en que sus miradas se crucen.
¿Quién será el primero en caer?, ¿Le costará a Yaimara conquistar a Mariano o será ella la primera en lanzarse a sus brazos?.
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Capítulo 3 LA GUANAJA
Hago rodar mis maletas en busca del señor Liborio o alguien con un cartel con mi nombre. Espero que sea él quien venga, ya que me prometió recibirme personalmente y al menos lo conozco; siento las miradas sobre mí, lo que es de gran ayuda para mi ego que lo tenía un poco desinflado.
Este es el principio de mi nueva vida, tengo los sentimientos revueltos, pero sobre todo estoy emocionada, continúo mi paso y veo un hombre en particular; alto, blanco, cabellos castaños oscuro casi negro, ojos marrones, su mirada es penetrante y destila lujuria, siento una inexplicable emoción en mi pecho y no se me ocurre otra cosa que guiñarle un ojo sin detener mi andar y él como buen depredador que debe ser, me corresponde con una sonrisa pícara.
Finalmente, me encuentro con el señor Liborio Nurzia, él es un hombre de unos cuarenta años de edad, muy elegante, de ojos marrones claros, buen porte, cabello negro con algunas canas que lo hacen ver muy atractivo, pero lo mejor que tiene es que nunca me ha faltado el respeto y espero que siga así.
—Bienvenida— me dice en perfecto castellano al verme y toma mis maletas.
—Andiamo presto Liborio (vamos rápido Liborio)— dice la que no sé todavía si es novia, mujer o qué de él, porque me miró de arriba a abajo como si estuviera por encima de mí, así que la ignoré.
—Aspetta, Loretta incontra la nuova modella dell'agenzia (Espera, Loretta conoce al nuevo modelo de la agencia)— ella solamente mira en mi dirección y después hacia mi empleador.
—Non penso che sia necessario portare modelli inesperti da un altro paese. (No creo que sea necesario traer modelos inexpertos de otro país)— ese comentario me hace sentir mal e insegura, yo apenas tomé un curso rápido de dos meses de modelaje, sé que eso no es suficiente; sin embargo, recuerdo las palabras del fotógrafo que me enseñó a posar, "todo es actitud" y como buena cubana que soy, no le demuestro que me afecta, pero desde ya puedo decir que no la trago.
—Ti ricordo che l'agenzia è mia e tu sei solo un altro dipendente. (Te recuerdo que la agencia es mía y tu solo eres una empleada más)— le responde. No fue a mi y me dió vergüenza.
Finalmente salimos de aeropuerto y abordamos el vehículo, el señor Nurzia conduciendo, su acompañante de copiloto y yo en el asiento trasero. Tengo una mezcla de sensaciones, asombro, curiosidad e incredulidad, sí, ¡no puedo creer que estoy en Italia!.
—In che albergo hai prenotato? (¿En qué hotel reservaste?)— pregunta el hombre.
—A Trastevere, in un albergo due stelle (En Trastevere, en un hotel de dos estrellas)— responde girando su cabeza y mirándome como si me declarara la guerra.
—COME? (¿cómo?)— cuestiona visiblemente molesto y me huele a que este viaje va a ser de todo menos tranquilo, primero un pícaro me desnuda con la mirada y ahora una enemiga de gratis junto con llegar.
La discusión entre ellos continúa y decido no prestar más atención, en el momento que escuchó preguntar al señor por qué reservó algo en un hotel barato. Lo que la Guanaja* esa no sabe es que soy firme como la palma real y que si me la quiere poner dura la va a tener difícil, porque los cubanos tenemos maestría en sobrevivencia...
LIBORIO
Sé lo que pretende Loretta, al intentar incomodar a Yaimara, río para mis adentros porque esa mujer no sabe de lo que están hechos los cubanos.
Ella es consciente de que, por su edad, cada vez tiene menos contratos y quiere alargar su vida como modelo lo más que pueda, ya que no ha podido cazar a un millonario; su genética tampoco le ayuda mucho, tiene veintiocho años y su aspecto es de treinta, debería intentar dirigir una agencia, pero tal parece que haberse acostado conmigo unas cuantas veces, la hace pensar que tiene derecho a lo mío. Nada más lejos que eso, aunque a mi hija Renata no le guste el mundo en el que me muevo, ella será mi única heredera; ya después verá si lo vende o qué hace con su herencia cuando yo muera.
Con respecto a Yaimara, no puedo negar que me atrae como mujer en todos los sentidos, no solo es hermosa, es bastante madura para su edad, tiene un carácter indomable y es arriesgada; pero mantendré las distancias y no porque me importen los veinte años de diferencia, si no porque no puedo arrastrar a nadie a esta incertidumbre que tengo por vida.
Liborio Nurzia.
YAIMARA
Llegamos al hotel del que no sé cuál es el problema, porque los alrededores son bonitos, tiene una bonita recepción y está limpio, sé que no llega a cuatro estrellas, pero tampoco me están metiendo en un mal lugar, tal vez la Guanaja pensó que me molestaría si no me quedaba en un hotel de más categoría.
El señor Liborio me invita a comer, rechazo la invitación diciéndole que estoy cansada, aunque lo cierto es que prefiero pasar hambre que seguir soportando a esa mujer, ya luego pediré servicio a la habitación o buscaré por aquí cerca donde comprar algo.
Lo primero que quiero hacer es darme un baño y dormir, pero debo comenzar a acostumbrarme a esta zona horaria, mañana debo presentarme en la agencia para comenzar mi trabajo.
—Te dejo para que te instales— dice el italiano mirando su reloj —son las dos de la tarde y aún no has comido, pide lo que quieras y lo cargas a la cuenta ¿si?— dice sonriendo, cosa que hace a la tal Loretta aclare su garganta.
—Beh, è già in albergo. Avanti Liborio (bueno, ya está en el hotel. Vámonos Liborio)— dice la prepotente italiana, mientras yo se las voy anotando, nada más espero ver qué terreno estoy pisando, pero a esta no me la dejo montar.
—Si quieres salir más tarde puedes llamarme y te acompaño para llevarte a que conoscas un poco, ma (pero) si quieres ir sola, aquí están tus viáticos— extiende una tarjeta y la tomo de lo más natural para luego despedirme.
Presiento que esta mujercita no me la pondrá fácil.
MARIANO
Llego junto con Mario al Hotel Della Conciliazione, que es donde se realizará el evento, nos registramos y subimos a nuestras respectivas habitaciones.
Me meto bajo la regadera a darme un baño y de pronto viene a mi mente la morena del aeropuerto, ese movimiento de caderas al caminar, la picardía que de sólo recordar me hace sonreír y siento que mi "amigo" allá abajo reacciona por el curso que están tomando mis pensamientos e inmediatamente cierro la llave del agua caliente para enfriar esta repentina calentura...
Después de cenar Mario y yo tomamos la Via di Tor Millina, hasta La Botticella di Poggi Giovanni, para tomarnos un par de cervezas de barril y ponernos al día, el ambiente está movido porque están transmitiendo un partido de la NBA, y la mayoría de los clientes vinieron a verlo, todo está bien hasta que de manera repentina. Mi compañero pide la cuenta.
—Vamos— dice, yo miro en la dirección que está viendo y es Loretta junto a un par de mujeres que se acercan a nosotros...
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(*) Guanaja: tonta, boba, estúpida.
Entiende q ellas se Juntan, Se Coluden y pum sucede el desmoder!!
Dios las hace y ellas se juntan!!!!