La Villana Desea Su Venganza, Y También Al Villano

Cuando la cuidadora escuchó la voz de su hija, su cara mostró una sonrisa.

—Oh, eres tan bella, ojalá que todos estos mugrosos niños sean como tu pequeña Jazmín, y tú, si regresa sin la mercancía y sin dinero, verás lo que te pasará conmigo — dice aquella mujer con una cara aterradora. Es claro que sus amenazas no son en vano.

Ella solo dice que si con la cabeza, y la mujer en compañía de la arpía menor, se va como mismo llegó y cerró la puerta detrás de ella.

Cuando ese par se fue, ella con mucho cuidado, camina hacia la puerta, para ver cómo es todo, pues por la pequeña luz que entra en la habitación, es posible que se encuentre ya de noche, y a esta hora todos deben de estar dormidos.

Cuidadosamente, ella abre la puerta, y con mucho más cuidado sale de la mugrosa habitación. La cual, por sus recuerdos, es la que le han asignado para vivir.

A su vista llega un pasillo largo, el cual estaba poco iluminado. Con cuidado, ella comienza a caminar, y poco a poco va dejando detrás la habitación en dónde estaba.

Estaba por finalizar el recorrido del pasillo, pero al final de este se escucha a la cuidadora hablando con Jazmín.

—Madre, ¿Por qué nunca me dejas decirte mamá en público?— pregunta ella y la cuidadora le responde.

—Hija, hazme caso, es por tu bien, tengo planes para ti, planes que harán que tu vida sea maravillosa — dice la mujer con cariño.

—Pero quiero decirte mamá todo el tiempo— dice ella llorando.

—Mira, si me haces caso, te prometo que tú serás la dama más importante de este imperio— dice la mujer.

—¿Puedo ser la emperatriz de este imperio?— pregunta la niña muy feliz.

—Claro, puedes ser todo lo que tú quieras, solo sé obediente, en secreto, me puedes decir mamá, pero en público solo soy la cuidadora. Ahora vamos a tu habitación, es hora de tu cuento favorito— dice la mujer y ambas ríen.

De manera rápida, Verónica corre de regreso a la mugrosa habitación, y nada más cerrar la puerta, madre e hija salieron de la oficina y continuaron su andar.

Al saber que nada puede lograr hoy, ella siguiendo la pequeña luz que entra a la habitación, se va hasta la cama vieja, y allí se acuesta, pues debe de dormir, ya que parece que mañana tiene que trabajar.

Cuando se durmió, tuvo un sueño en dónde ve como su padre toma venganza por ella. También ve como aquel hombre se retira de la mafia y en honor a ella, abre varias fundaciones cual ayuda a los niños y personas necesitadas, y también adopta a una niña la cual Llama Rosalía.

Rosalía ve como en cada fiesta importante su padre y la pequeña a la que adoptó, van a llevar flores a su tumba. Luego, todo se vuelve oscuro.

\*

Para el día siguiente, ella se levanta temprano, con mejor ánimo, pues parece que todo continuaron sus vidas luego de su muerte, y eso es bueno.

Nada más sentarse en la cama, entra la cuidadora con un envase con agua, y una gran canasta de frutas, aquella mujer de mala gana se la deja en el piso sucio, y sale de ahí, no sin antes recordarle.

—Debes de regresar al caer la tarde, tienes que traer dinero, o ya sabes lo que te acontecerá— dice la mujer y le da una mala mirada a la niña.

Verónica de manera rápida se levanta de la cama y luego de eso, se lava con el agua que le dio la cuidadora, la cual estaba fría como el hielo.

Sin perder tiempo, ella se lava con el agua, y al terminar se seca con la misma ropa que tenía puesta, la cual estaba sucia y maloliente.

Con el resto de agua, ella va al baño y baja la orina, pues durante la noche, tuvo que orinar, y por lo menos el baño no estaba tan mal, lo único que no tenía era agua.

Tras hacer esa acción, ella regresa a la habitación, y nuevamente mira su ropa, la cual se cae a pedazos. Era una blusa y un pantalón hasta los tobillos, ambos de mala calidad.

Ella en su corazón desea que esa ropa esté limpia y como por arte de magia su ropa de un momento a otro estaba limpia.

“Interesante, tal parece que la magia de esta chica está despertando, y al parecer, aquella magia es magia elemental, una capaz de hacer todo cuánto desea el portador, y lo mejor es, que al usarla, no me siento cansada, es como si toda mi vida hubiera tenido poderes mágicos” piensa ella con una sonrisa maliciosa, pues ya se hace una idea de que hacer a continuación.

Feliz, ella se acomoda su cabello, el cual estaba un poco feo y sucio.

De igual manera que ella deseó tener ropa limpia, ella desea que su cabello esté limpio y arreglado, y este de manera mágica estaba limpio y sedoso.

Para no levantar sospechas, ella con su mismo cabello se amarró una coleta de caballo, y luego de eso se dirige a dónde está la canasta llena de frutas, y la tomó entre sus pequeñas manos, aquella canasta era un poco pesada para una niña de su edad, pero en el día de hoy, ella no tiene tiempo que perderlo, hoy será un día, en dónde ella va a conocer un poco el lugar en donde está.

Cuando salió de la habitación, ella caminó por el pasillo, y siguiendo sus recuerdos, llegó hasta la salida del lugar, en dónde ya estaban esperando por ellas los demás niños, los cuales se veían en mal estado, estaban con ropa sucia y todo en ellos estaba sucios, todos al igual que ella, ellos tienen cara de que no han visto un plato de desayuno, o quizás no han comido desde hace muchos días, lo que significa, que esa cuidadora solo le importa su hija.

Algunos niños eran un poco mayor que ella, pero aun así ninguno pasaba de diez años, estos cuando le vieron le saludaron.

😕Así me imagino yo a esos pobres niños


Eran un total de 15 niños. Tres de 5 años dos de 10 años, 6 de la edad de Verónica, y el resto era de 9 años

Todos sin más, comenzaron a caminar y ella le siguió en silencio, como a unos 20 minutos del lugar, estaba el mercado, allí todos se pusieron de acuerdo, para que cada uno vaya a un lugar diferente, y en eso de las 4 de la tarde, todos se reunirían ahí, al estar todos de acuerdo en lo mismo, cada uno se fue por su lado, Verónica no fue la excepción.

Sus recuerdos le dijeron a dónde ir.

Pasaron dos horas de intentar vender, ella no logró nada, lo que llegó a la conclusión de que hoy no es su día de suerte, como tiene magia, eso no será un problema.

Ella decide que esas frutas se las daría a sus compañeros, por eso, ella sin dificultad alguna busco hasta encontrarlo y le entregó una buena porción de frutas a cada uno.

Los pobres niños al ver tal cosa, estaban renuentes a tomar lo que ella le ofrece, por eso ella tuvo que insistir un poco más, y al final, todos tomaron las frutas sin decir nada, ya que ellos llevaban más de un día sin comer nada, pues la cuidadora les dice que no tienen dinero para comprar comida, y cuando comen, la comida apenas les llena, y no es más que un pedazo de pan y sopa desabrida, sin siquiera un poco de carne y algún viviré.

Al ver a esos niños comer así, Verónica sintió mucha ira, y jura que esa mujer, al igual que su hija pagará por todo el daño que han hecho.

Cuando terminó de darle las frutas a los niños, Verónica deja su canasta en manos de uno de ellos y luego, se va de ahí, a caminar un rato para de este modo despejar su mente, pero termina perdiéndose, pues por estar sumergida en sus pensamientos, no vio por dónde iba.

Al ver a la niña perdida, dos hombres con intenciones maliciosas, la empezaron a seguir en secreto, pero no tanto, pues ella se dio cuenta de que era seguida por alguien, y por esa razón, apresuró sus pasos un poco más, y se metió en un callejón, pero para su mala suerte, el callejón estaba sin salida y cuando ella intentó retornar para salir de allí, uno de ellos la atrapó fuertemente.

—Mira nada más que belleza de niña tenemos aquí, nos darán un buen oro por ella— dice uno de los dos hombres, los cuales por sus palabras no son más que unas escorias.

—Creo que podemos divertirnos primero, llevó días sin tener acción con una dama, y creo que esta niña puede servir de mujer— dice el otro compañero y el otro se empezó a reír.

Con malas intenciones, ambos tomaron a Verónica por ambos brazos.

En esos momentos, Verónica deseó tener en su poder algún cuchillo bien filoso, para así rebanar los cuellos de esos violadores.

Como si su deseo fuera orden, en el bolsillo de su ropa, aparece un cuchillo pequeño. Ella lo logró sentir, tal cosa le hizo reír mucho.

Los dos hombres al ver su risa, se enojaron, ya que en una situación como esa, una niña no debe de estar riendo, sino llorando.

Ambos la tiraron en el suelo, y dejaron libres sus brazos, puesto que de todas maneras, una niña pequeña, no haría nada, y mala idea.

El que propuso la idea se alejó un poco de ella para sí bajar su pantalon y cuando estuvo desnudo de la parte baja de su cuerpo, intentó acercarse a la niña, quien de un movimiento rápido, sacó el cuchillo de su bolsillo, y le cortó al violador su instrumento de mear (todos saben que es).

Al sentir tal cosa, aquel hombre cayó al suelo gritando de dolor, pero al igual que su parte íntima, su cuello también fue rebanado como un jamón.

Sangre salía de su cuello, y también de su parte íntima; al poco tiempo aquel delincuente murió.

Su compañero, quien estaba petrificado por ver tal cosa, volvió en sí e intentó atrapar a Verónica, quien, de manera ágil, saltó encima del hombre y le apuñaló incontables veces, hasta que este cayó al suelo muerto.

Al terminar con esos hombres, Verónica estaba llena de sangre y nuevamente deseaba estar limpia y de manera rápida, estaba como si nada hubiera pasado.

Como si nada, ella salió de ese callejón, y luego de caminar por unos minutos, regresó nuevamente al camino original.