PROTEGERÉ AL VILLANO

—duquesa despertó, desea que...

—quiero que me digas ¿dónde está Gale?, hablen rápido —una vez que obtuvo la respuesta que quería se levantó de esa cama, su cuerpo estaba débil, apenas y lograba caminar sin caerse, la mujer lo ayudaba e intentaba qué no se excediera mucho, sin lograr nada.

Zade tenía un cuerpo muy frágil y delicado, a consecuencia de todo el maltrato que había vivido en la casa de su familia y también estaba débil por haber dormido 2 semanas enteras, pero eso no le importaba, tenía que sacar a Gale de ahí.

La descripción de la novela sobre las crueles prácticas de entrenamiento que aquel hombre le daba al niño no salían de su cabeza, él no permitiría qué nadie más abusara de Gale, no importa cómo, pero logrará que Gale tenga un final feliz. Él jamás será un villano, no importa si tiene que asesinar o él mismo convertirse en alguien más despiadado de lo que fue el Zade Villanueva de la novela. La diferencia es que ahora sería para proteger a Gale.

—abre la puerta —se paró lo más recto que podía sintiéndose tan mal como estaba, y habló con toda la autoridad y furia que cargaba.

El guardia reconoció por su característica cabellera y ojos rubí que era la esposa del duque y abrió la enorme puerta de metal, después de todo, el duque nunca les dijo que su esposa no podía entrar a ese lugar.

Vio al pequeño Gale con pesadas cadenas en sus pequeñas manos y pies, completamente desfallecido.

—quítale esas cosas ahora.

—pero señor, el duque dijo....

—dame eso, pedazo de inútil —tomó las llaves y él mismo liberó al niño, ahora lo cargó y sacó de ese lugar.

Estaba tan triste mientras curaba las heridas de las muñecas y tobillos del niño, ¿como podían ser tan crueles?

Él sabía la razón, debido a la sangre especial que corría por las venas de Gale todos se sentían con el derecho de utilizarlo, incluso ese monstruo que tenía por padre.

Nadie lo sabía, pero él incluso sacrificó a su esposa, con un peligroso y temible hechizo que despertaba la habilidad más antigua de la casa Brenath en un niño no nacido, sabía que el precio era la vida de su esposa, aun así fingió no saber la causa de su enfermedad durante meses, mientras la veía agonizar.

Él deseaba el trono, y aquel poder todavía dormido en Gale le daría ese título, eso es lo que siempre pensó.

Nadie en ese mundo merecía ser salvado, solo Gale, eso pensaba, e iba a salvarlo como fuera y sin importarle nada. Pero por ahora es imposible para él salvar al niño siendo tan débil. Ni siquiera sabe como va a evitar que cuando ese cerdo regrese no lo viole igual que hacía con el Zade de la novela.

—escapar es imposible, esta es una de las mansiones más seguras, y aunque ese malnacido no puso restricciones para mí aquí adentro, seguro que los guardias no me dejaran salir, así es como fue siempre para el Zade de la novela. —¿que podía hacer, para salvar a los dos?

Según lo que sabe de la novela, debido a que su magia se manifiesta tarde, Zade continua soportando los maltratos y abusos de su esposo durante todo un año. Bebe a escondida un fuerte anticonceptivo para evitar tener algún hijo de ese hombre y cuando este lo descubre y se lo prohíbe Zade bebe veneno cuando descubre que está esperando.

Unos meses después su magia surge y logra ser libre de él y de todos los que lo lastimaron, al único que deja vivir es a Gale, porque quiere usarlo también y porque no está seguro de que su magia sea capaz de matarlo.

Ahora, desea todo ese poder que tiene Zade en la novela para poder salvar a Gale, si lo tuviera mataría a ese infeliz hijo de puta y se llevaría a Gale muy, muy lejos de ahí.

—seremos libres, nunca más nadie va a lastimarte, lo prometo —dejó un beso en la frente del niño y se acostó a su lado, aunque las sirvientas le suplicaron comiera algo se negó completamente, no quería comer nada si Gale no despertaba.

A la mañana siguiente el pequeño estaba despierto, sus heridas habían desaparecido y lo abrazaba preocupado.

—Gale, ¿tienes hambre? ¿Te duele algo? —el niño no dejaba de llorar ni de abrazarlo.

—duquesa me temo que el pequeño duque no deja de llorar debido a su fiebre, nos alegra que haya despertado —él ni siquiera notó nada de eso.

-(¿cómo voy a salvar a Gale con un cuerpo tan inútil y frágil?) —pensaba en ello mientras abrazaba al pequeño para que dejase de llorar.

—le traeré algo de comer a usted y al pequeño duque, no ha querido separarse de usted. —la mujer se fue y Zade continuó haciendo mimos al niño.

—Gale, tranquilo estoy bien, lo prometo.

—mami, no te curé —seguía llorando, al parecer una vez más intentó usar su magia y se frustró cuando no funcionó.

—si me curaste, estoy bien ahora gracias a ti, muchas gracias por cuidar de mí, mi niño. —la sonrisa del niño por la felicidad enterneció tanto a Zade. En la novela solo había un momento donde Gale sonrió y fue esa primera vez que logró curarlo, después de ese día nunca más volvió a hacerlo, pero lo había hecho una vez más, todavía no era tarde.

Después de comer los dos continuaron acostados, Gale se había dormido profundamente y Zade no quería levantarse ni dejarlo.

Pensaba en muchas cosas, en los últimos momentos de su vida como Kallen, en las cosas de las que se arrepentía y de las que no, y de las que no se quería arrepentir ahora en esta nueva vida.

Estaba seguro que la única forma de evitar el final de los dos era criar a Gale con todo ese amor que siempre mereció y procuró pero que le negaron, iba a alejarlo de ese padre dañino.

—cuando recibí la noticia no lo podía creer, despertaste querido mío —su cuerpo se estremeció y la rabia brilló en sus ojos rubí, ese cerdo había regresado.

—veo que no solo Gale se apagó a ti, eso de que los omegas son guiados por sus impulsos naturales ha de ser cierto, ustedes son fieles a las dos únicas cosas para las que sirven, procrear y dar placer.

—si es así yo tengo una duda ¿como se le puede llamar a un alfa incapaz de cuidar a su cachorro y omega? —la cara regordeta del hombre se llenó de furia, dejó salir sus feromonas, Zade se abrazó más fuerte a Gale y no titubeo, pese al malestar y asco que le producía.

—¿no sabe?, yo tengo una respuesta... Es un inútil, una burla, es basura... incluso si piensas que un omega estaría feliz de abrirle las piernas a cualquiera, nadie disfrutaría ser violado, y menos por un cerdo como tú.

—conoce tu lugar maldito omega —el hombre se acercó con furia y golpeó con todas sus fuerzas a Zade.

—tu no eres nada, solo un omega, existes para obedecerme y complacerme si yo lo decidido te mato y nadie se atreverá a decirme nada —Por supuesto así es como pensaban todos los alfas. En ese mundo los omegas no tenían ningún otro uso, solo valían por su gran fertilidad y porque a algunos alfas les parecía divertido conservarlos a su lado.

Su labio sangró, pero el omega no se quejó, por el contrario, seguía protegiendo al niño que todavía dormia profundamente.

Para el alfa esa mirada que no demostraba ni un poco de miedo por él, lo enfurecia más, volvió a golpearlo lleno de furia, quería que llorara qué suplicara, le haría entender su lugar por las malas.

La lluvia de golpes e insultos no había cesado, parecía que no se iba a detener hasta matarlo, pero lo hizo, al mismo tiempo cayó al suelo muerto con múltiples heridas.

—mami —su rostro era sujetado por las pequeñas manos del niño y el dolor simplemente se esfumaba, Zade todavía procesaba lo ocurrido, Gale acababa de matar a su padre y curaba sus golpes con una sonrisa.

En la novela quien asesinaba a ese duque era él omega no Gale. Él quería cambiar la historia, pero no así. Ahora por su culpa el momento en que Gale mataba a una persona por primera vez había cambiado. Si se hubiera controlado y evitado provocar a ese hombre eso no habría pasado.

Cubrió los ojos del niño y lo abrazó a su cuerpos para evitar que se acercara al borde de la cama, el niño iba con las mejillas infladas quizás con la intención de gritar a su padre por que había lastimado a su mami.

—papá malo, a mami duele. —él sabía que Gale no lo asesinó porque tuviera esa intención, solo era un niño, no podía controlar ese poder descomunal que tenía y mucho menos sabía la diferencia entre vida y muerte.