Rompí sueños e ilusiones por miedo al tiempo...¡tomé malas decisiones y terminé llorando lágrimas de sangre al reconocer la magnitud de lo que perdí!
Pero la buena providencia me da una nueva oportunidad.... ¿Podré curar su lastimado corazón, y formar la familia que desde antes debí haber iniciado con ella?
¡Los invito a leer mi historia!
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CAPÍTULO IV ENCUENTRO CASUAL…
MIRANDA
Estaba sentada en una banca donde siempre me aislaba por así decirlo a leer, y pensaba en lo repentino que cambian las cosas… ya ese día no tenía un empleo donde ir al salir de la universidad, y rogaba por conseguir algo lo más pronto posible, porque realmente no quería utilizar los sagrados ahorros, pues de ser así, todo se me iba a descuadrar, y recapacitaba que tendría que replantearme nuevamente.
Estaba pensando en eso cuando recibo una llamada inesperada, pero que alegraría mi corazón inmensamente, pues Dios no me abandonó…
. – Aló – Como era un número desconocido, respondí con la esperanza de que fuese para ofrecerme algún empleo.
. - Buen día ¿Señorita Ross?
. – ¡Sí, a la orden! – Por favor, por favor… era lo que mi mente clamaba.
. – La llamamos de La Petite Poupée cafetería, queremos saber si está disponible para comenzar hoy mismo a trabajar con nosotros.
. – ¡Oh! – ¡Bendito Dios expresé mentalmente mirando al cielo! – Si por supuesto ¿A qué hora debo estar allá?
. – Su turno seria de 2 a 8 p.m
¿Podía Dios ser más bueno conmigo? Esto era mejor de lo que esperaba… ¡todo seguiría igual!
. – ¡Excelente señorita, muchas gracias, allí estaré!
. – Bien, si puede por favor llegar unos minutos antes para explicarle todo, le agradecería…
. – ¡Si, así será, nuevamente gracias!!
Colgué y grité mentalmente porque no suelo ser tan expresiva menos en público.
. – Gracias, gracias señor… - Estaba feliz, muy feliz y agradecida de que todo se encaminara nuevamente, seguí leyendo con una sonrisa en mis labios, y después de tener la clase del día, que era teórica, me fui al banco a depositar el cheque que bien temprano había ido a retirar en la empresa.
Resultando que el “señor jefe” tenía mi cheque en su oficina, y como el gerente de recursos humanos estaba en la obligación de entregármelo sin tantas pretensiones, así se lo exigí, nada tenía yo que volver a hablar con ese otro señor, en consecuencia, al gerente no le quedó más que ir por él y entregármelo, al tenerlo en mi mano y ver el monto me impresioné, pensando que esto también va a plazo fijo al banco… ¡De tal manera, que por esto también estaba feliz porque seguían creciendo los ahorros!
Al salir del banco me fui directo a la cafetería, aun cuando faltaba una hora completa para las dos… pero mejor prevenir que lamentar, ya estaba desocupada así que nada perdía. Mi incorporación fue rápida, pues ya tenía experiencia, antes de entrar en la empresa, había trabajado en la cafetería de la universidad, por supuesto esta era más prestigiosa, el trato y servicio era más complejo, ustedes saben, con cierto estatus, pero me adapté muy bien.
Los días pasaban y todo marchaba excelentemente para mi… comencé mis prácticas, que, por supuesto adapté a mi horario, y cuando debía quedarme en las noches, salía directo de la cafetería y al siguiente dormía en la mañana y antes de las dos estaba como un clavel en la cafetería.
Así fue transcurriendo el tiempo, una tarde me tocó atender una mesa donde había una mujer, dos hombres y un niño, cuando iba llegando a la mesa y reconocí a uno de ellos, me provocó correrlo, pero por supuesto, esta cafetería no es mía, así que me quedé solo con las ganas. Él me miró y pude notar algo de sorpresa en sus ojos, me quedó mirando tanto que los otros dos adultos lo miraron extrañados y yo para evitar su fijación en mí, me puse a cumplir con mi labor, que no era otra que ofrecerles una buena atención a los clientes, aunque otra idea era la que tenía, más con respecto a él…
. – Buena tarde, bienvenidos a La Petite Poupée… – Ofrecí una sonrisa que muy bien sabia no llegaba a mis ojos… ¡era tan falsa como las ganas que tenia de atender al cretino que tenía frente a mí!
. – Muchas gracias señorita… – Me responde el otro hombre, ya que la mujer está haciendo reaccionar a el mal llamado jefe que tuve antes…
. – Les invito a revisar nuestro menú – Yo ni siguiera miraba al susodicho, pero podía sentir que él buscaba mi mirada, más lo ignoré totalmente… - ¿O ya tienen algún pedido especial?
. – Si, gracias a mí por favor me traes… - La mujer comenzó a hacer el pedido por todos y yo me concentré en anotar sin levantar la cabeza de mi libreta, sintiendo la intensa mirada del exjefe… ¡Cuando terminé de anotar, pedí permiso y me retiré rápidamente de allí, ya no toleraba su escudriñamiento!
Como en ese momento el lugar estaba lleno, le propuse a Mary, la chica que estaba en instante atendiendo la caja un cambio de tarea… sabía que ella no se negaría, porque primero; le encantaba mirar a los hombres guapos y adinerados que llegaban, y debía reconocer que los dos en mi mesa eran bastante llamativos, bueno, honestamente, eran guapísimos (lo que es del cura va para la iglesia), y segundo; ella era un poco lenta con las cuentas y se abollaba en el cobro y en dar el cambio, más en algunas ocasiones prefería estar sentada… por supuesto, en este caso no iba a ser así, porque su vista indudablemente se vería favorecida.
. – Estoy atendiendo en la mesa 7 – Le dije haciéndole seña discretamente y ella contraria a mí, echó una imprudente mirada que agradecí los otros no percibieron… sus ojos de una vez se iluminaron de emoción al ver a los dos prospectos allí sentados.
. – Por supuesto querida, sabes que detesto este turno… - Dijo literalmente brincando de su lugar y casi arrancándome el mandil… Si claro que sí, pensé volteando los ojos, claro que esa no es la razón principal, pero por mi estaba bien.
. – Okey, este es su pedido – le entregué la comanda – Ve entonces, son todo tuyos… - Le dije aliviada de no tener que volver, y antes de terminar la frase ya de ella ni la sombra… ¡Definitivamente, pensé, lo que hace una billetera!
Así fue como ella feliz por obvias razones aceptó que la reemplazara y yo me quedé en la caja, sin darle mayor importancia a lo que pasaba a mi alrededor, aunque si lancé una que otra mirada en esa dirección.
Desde allí pude ver la clara molestia de mi ex jefe al ver a la chica que lo atendía y como me buscó por todo el establecimiento. No me preocupé para nada, no estaba en la obligación de atenderlo a él. Si él en ese momento hubiese tenido conocimiento de lo mal que me caía y cuanto me molesta que estuviera allí, quizás hubiese preferido no entrar.
No era que en este trabajo me pagaran mal, no, el sueldo era equivalente a el que él me pagaba en la empresa, pero en cierto modo si era mejor aquel empleo, pues tenia mejor oportunidad para estudiar, aquí por lo general no hay mucho ocasión, ya que es bien concurrido este lugar.
Los minutos que podía hacerlo, lo hacía, pero difícilmente me podía concentrar, así que me tocaba llegar a casa a estudiar, y si tenia que ir al hospital, entonces sacrificaba sueño para estudiar al otro día. Por esa razón peor me caía ese hombre, por haber entorpecido mi tiempo.
Gracias 🫂 gracias 🫂 gracias 🫂