¿Que Sucedio Con Debora Ferrer?

Capítulo 4: ¿QUE CARAJOS?!

 Relata Débora

Oh carajo, ahora sí que no entiendo nada de nada. Resulta que hace unos minutos morí siendo traicionada por una persona en la que creí que era mi mejor amigo y cuando sentí el disparo despierto queriéndome mover y resulta que mi cuerpo está rodeado de cables y tubos. Intento gritar, pero lo que parecen ser doctores y algún que otro enfermero intenta tranquilizarme. ¿Pero cómo hacerlo? ¡Si después de todo la noticia de que estuve en coma 2 años! Es obvio que estoy asustada!, a todo esto dónde estará mi madre? ¿Qué sucedió con el hijo de puta de Raúl? Quisiera irme ahora mismo, pero de tantas emociones que corrieron por mi cuerpo al mismo tiempo, siento como de pronto una enfermera me inyecta lo que parece ser un tranquilizante, y si efectivamente era eso porque al instante mis ojos se cierran. El sueño me venció y tan pronto me dormí de golpe, me desperté, pero esta vez producto de ese sedante, mi visión era todavía borrosa, pero por el tono de voz utilizado se trataban de 2 mujeres y un hombre. Resultó ser un doctor, él me habló condenadamente despacio y suave como si fuera una mocosa. Si no

fuera porque todo mi condenado cuerpo me dolía, sin duda le partiría la madre de lo insoportable que era escucharlo, sorprendentemente me dijo.

–Hola señorita Ricci, es un gusto volver a verla. Yo soy el doctor Gutiérrez y llevo tu caso desde tu internación, no sé si sabrás, pero has estado en coma durante dos años, recuerdas algo de lo que te ocurrió?

Señorita Ricci? ¿A caso me confundió de persona? Giré mi cabeza en negación. Este tipo estaba loco, pero cuando estaba a punto de hablar una de las mujeres me preguntó directamente

–¿Elizabeth, acaso no nos recuerdas?

Nuevamente, negué, ¿por qué me llamaba Elizabeth? ¿A caso todos estaban locos? No, no podían ser gente psiquiátrica, todos hablaban muy seriamente de lo que me sucedió. Fue un accidente, es lo que ellos dicen, pero

cuando tu mejor amigo te dispara a matar, no es ningún accidente. ¿A demás como es que si el disparo ingreso en mi espalda este terminó acabando mis piernas a tal punto que me colocarán tornillos de acero? Miles de dudas surgen en mí mientras que escucho como las dos mujeres discuten sobre mi recuperación y el doctor dijo.

–Se recuperó satisfactoriamente de las incisiones quirúrgicas realizadas en intervenciones anteriores, en otras palabras, a los cortes hechos para operarla, a lo que me refiero con que necesita rehabilitación es porque

cuando se le reconstruyeron las piernas por el accidente, se le colocaron clavos de acero para corregir sus

huesos rotos. Si ella hubiera despertado, su rehabilitación hubiese sido de inmediato, pero como ya sabemos que hasta el día de hoy jamás lo hizo… Nunca la recibió.

¡Inmediatamente, esas mujeres comienzan a discutir entre sí, pero yo no las conozco, no sé quiénes son, pero ellas insisten en llamarme Elizabeth! Que no soy Elizabeth, ni conozco a una maldita Elizabeth ¡! Pero y si realmente Raúl me trajo hasta aquí, pero con otra identidad ¿? Yo solo recuerdo haber cerrado mis ojos y después nada más.¿Seria realmente una posibilidad? Era realmente algo que me podía llegar a dejar más tranquila, pero por qué incluiría a estas raras mujeres? Aún sin conocerla la pelirroja me resulta muy altanera, en cambio, la otra mujer parece más amable porque me acaricia mi cabello, pero ni siquiera le presente atención. Realmente necesito saber cómo es mi situación actual y luego de escuchar que recibiré terapia, pero que puedo irme a

mi casa, la alegría que corría por mi cuerpo era mucho más. Aunque mi madre no estaba allí conmigo, quizás debe estar muy ocupada trabajando para mantener mi estadía aquí. Estaba sumida entre mis pensamientos y de pronto veo como el doctor se acerca hacia mí y me dice

–Elizabeth, no temas. Todo estará bien, ¿de acuerdo?

¡Carajo, esos ojos preciosos que tiene el doctor! Su cercanía me puso muy nerviosa y solo asentí como una adolescente con hormonas revoltosas. Es muy bonito ese Doc.! Lástima que es insoportable escucharlo, si tan solo se pusiera una venda en esa boquita preciosa que tiene definitivamente sería más agradable. Cálmate Débora,

es solo un hombre. Luego de ese ser hermoso que diosito me mando para cuidarme abandonara la habitación, nuevamente las dos mujeres comenzaron a pelear entre sí. Quería 5 minutos de paz para organizar mis pensamientos y simplemente se callaron cuando pregunté la fecha de hoy, más allá de que quería silencio saber el día que era para estar orientada. Victoria creo que se llamaba la mujer que me contestó amablemente, pero esa pelirroja tenía que cagarlo todo para tratarla como basura. ¡Simplemente, no sé cómo aguanta tanto, yo en su lugar ya le hubiera partido la madre más de una vez! Pero por lo visto cada familia es un mundo distinto y mientras no se metan conmigo no participaré en alguna pelea mi tranquilidad mental es prioridad. La calma llegó cuando me quedé con esa mujer  a solas, por su actuar hacia mi intuí que queria decirme algo y eso pasó.

–Lizi, sé que este no es el momento de hablar ciertas cosas porque tu mente aún no está totalmente recuperada. Pero quiero que sepas que a pesar de todo yo no quise causarte semejante daño, por qué te amo Elizabeth, siempre vas a hacer mis ojitos bellos, mi hermanita menor.

(de qué diablos habla esta mujer?) ¡Esta loca? Quizás tomó demasiado alcohol, por su extraña forma de vestir creo que  es devota de alguna  iglesia. Sin esperármelo me da un gran abrazo y dice que la espere allí en la habitación. ¿A caso es idiota? ¿A donde podria irme? Menos mal que me dejo sola en la habitacion, no sé qué le sucede a todos ellos, pero no es mi problema. ¡De pronto me entraron unas ganas inmensas de orinar y no iba a esperar a que esa pelirroja altanera viniera, o la religiosa, así que como la gran mujer orgullosa con un poco de esfuerzo me sente en una silla de ruedas que habia alli y dirigi al baño.Fue realmente doloroso llegar hasta  ahi sin ayuda,pero por suerte pude sentarme en el inodoro! ¡Un gran alivio sentí, pero cuando levante mi rostro y vi mi reflejo en el espejo no lo pude creer!

¡¿QUÉ CARAJOS?!