NovelToon NovelToon
Amor En Exilio

Amor En Exilio

Status: Terminada
Genre:La Vida Después del Adiós / Reencuentro / Completas
Popularitas:6.7k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Soy Salma Hassan, una sayyida (Dama) que vive en sarabia saudita. Mi vida está marcada por las expectativas. Las tradiciones de mi familia y su cultura. Soy obligada a casarme con un hombre veinte años mayor que yo.

No tuve elección, pero elegí no ser suya.

Dejando a mi único amor ilícito por qué según mi familia el no tiene nada que ofrecerme ni siquiera un buen apellido.

Mi vida está trasada a mí matrimonio no deseado. Contra mi amor exiliado.

Años después, el destino y Ala, vuelve a juntarnos.
Está vez sí haré lo que sea necesario para estar con mi verdadero amor...

NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Revelación de un corazón

Estaba sumida en el abismo de mis pensamientos, cada latido de mi corazón resonaba con la amarga melodía de la decepción. El volante frío bajo mis manos era el único ancla a la realidad, una realidad que se sentía brutalmente injusta. De repente, un golpeteo insistente en la ventana de mi auto me sacó de mi trance.

Levanté la vista, mis ojos están empañados por las lágrimas aún recientes.

Allí estaba él.

Emir.

De pie junto a mi ventana, su rostro era una mezcla de preocupación y urgencia. Inmediatamente, me limpié las lágrimas con el dorso de la mano, intentando disimular el torrente de emociones que me embargaba.

Me recompuse, tratando de adoptar una fachada de calma que no sentía en absoluto.

—Salma, por favor— insistió, y su voz resonando a través del cristal. —Abre, por favor. Debemos hablar—

El pánico se apoderó de mí. No quería hablar. No quería verlo. No quería nada de esto.

Con un movimiento rápido, encendí el motor, el rugido familiar del auto fue un consuelo fugaz. Pero antes de que pudiera poner el auto en marcha, Emir corrió adelante, interponiéndose entre mi auto y la salida, bloqueando mi escape.

Me detuve, mi corazón latia con fuerza contra mis costillas. No tenía otra opción. La tensión en el aire era palpable, en un nudo apretado en mi garganta. Bajé la ventanilla, mi cuerpo rígido, se preparada para lo que fuera.

—No puedes huir de esto, Salma— dijo, con su voz era seria, pero no agresiva. Había una súplica en sus ojos. —Por favor, sal del auto. Solo un momento—

Con un suspiro que pareció llevarse el último vestigio de mi fuerza, salí del auto. Mis piernas se sentían pesadas, como si caminara a través de un sueño denso. Me paré frente a él, mi cuerpo se apoyo en el auto y mi mirada se fijó en el suelo, incapaz de sostener la suya.

—¿Qué quieres, Emir?— mi voz sonó tensa, casi áspera.

Él dio un paso más cerca, y mi cuerpo inmediatamente se tenso al sentir su cercanía. —Necesito explicarte... no es lo que crees, Salma— comenzó, su voz baja y urgente. —Lo que viste... no es lo que piensas— Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. —Ella... ella no es nada de lo que tú crees. No es nada mío, bueno no como crees—

Mis ojos se levantaron, encontrándose con los suyos. Había una sinceridad desgarradora en su mirada que me desarmó un poco.

—Ella es una amiga— continuó, con su voz firme. —Sí, una amiga. Pero entre ella y yo no hay nada más. Nada— Miró a su alrededor, como si buscara una forma más discreta de explicar. —Ella pasó la noche aqui porque... porque terminó con su novia anoche. Estaba muy mal. Necesitaba un amigo. Yo solo la estaba consolando... no exactamente como crees, necesitaba con quién hablar y yo soy su único amigo, solo hablamos—

Tragué saliva, tratando de procesar sus palabras. —Y la camisa...— pregunté, sintiendo la duda teñiendo mi voz.

—La camisa— intervino él, como si leyera mi mente. —Anoche ella vino aquí, y estaba lloviendo mucho, toda su ropa se mojó. Como no tenía ropa seca, le presté una camisa mía. Pero de verdad, Salma, no es lo que parece— Miró hacia la casa, y luego de vuelta a mí. —Yo estaba en mi habitación cuando escuché la puerta. Salí, pero ella ya había abierto la pierta. No dormimos juntos ella durmió en la otra habitación. Yo no... yo no estaba sin camisa porque estuviera con ella. Estaba en mi habitación—

Intenté recuperar el control, mi orgullo está herido luchando contra la necesidad de entender. —Emir, no tienes que darme ninguna explicación— dije, tratando de sonar firme, pero con un temblor apenas perceptible. —Lo que hagas con tu vida privada, o con tus amigas, no es asunto mío—

Él dio un paso más, su mirada era cada vez más intensa. —Sí, sí tengo que dártela, Salma— dijo con convicción. —No quiero que te lleves un mal pensamiento de mí. No quiero que pienses lo peor— Se acercó un poco más y acorto la distancia entre nosotros y su voz bajó a un tono más íntimo. —Si quieres, puedo traerla aquí ahora mismo, para que hables con ella, para que ella misma te diga lo mismo que yo te estoy diciendo—

Mi mente se apresuró a rechazar la idea. La idea de enfrentarme a esa mujer, de revivir esa escena, era insoportable, me daría vergüenza por esta escena de celos.

—No, no es necesario— dije rápidamente, con mi voz apenas un susurro. —No quiero causarte más molestias—

Emir negó con la cabeza. —Todo es necesario para aclarar la situación, Salma. Para que entiendas— Sus ojos se suavizaron, y una vulnerabilidad apareció en su rostro. —Tú no lo entiendes. Yo no tengo a nadie en mi vida. No al menos como quisiera. Nadie con quien compartir esto— hizo un gesto vago a su alrededor, y a su vida. Tomo mi mano y la puso en su pecho. —Nadie que me entienda de verdad, y que pueda entrar en mi corazon—

El aire a nuestro alrededor pareció cargarse de una nueva energía, una tensión diferente, no de malentendido, sino de algo más profundo, más romántico.

—Salma— dijo, en un hilo de emoción. —¿Tú de verdad aún no has entendido?... yo siento lo mismo. Lo mismo desde que me fui, y eso mismo me trajo aquí de vuelta, mis sentimientos hacia ti no se han extinguido— Miró directamente a mis ojos, y en su profunda mirada, vi la verdad que mi corazón anhelaba. —Tu siempre has estado en mi vida, en mis pensamientos, y hasta en mi corazón, no existe ni podrá existir otra mujer que no seas tú, Salma—

Me quedé petrificada.

Sus palabras cayeron sobre mí como una lluvia bendita, lavando el dolor y la decepción. Era lo que había venido a buscar, lo que había soñado, lo que mi alma había gritado en silencio. El hombre que creía perdido, el amor que creía desvanecido, estaba allí, declarándome su amor, disipando las sombras con la luz de sus palabras.

La tensión se disolvió, reemplazada por una oleada de alivio y una esperanza naciente...

1
Blacina Calvo Fernández
Ojalá que ella piense bien las cosas antes de actuar y dañar a su hija y a su esposo.
Blacina Calvo Fernández
Hermosa historia
Kelinda R.C: gracias por el apoyo 👏☺️ te invito a seguir siendo parte de mis demás obras... gracias
total 1 replies
Betty Saavedra Alvarado
Kelinda eres una escritora que empodera a la mujer al amor nada es fácil hay que luchar para lograr la felicidad un abrazo desde mi Piura Perú
Kelinda R.C: mil gracias por tu apoyo 🫶🥰
total 1 replies
Polonia Nuñez
sera que Ozan ???? con la cuñadammmm
Yara Noguera
ha pasado mucho tiempo y sin comunicación 😢😢 emir no puede esperar ella siga sola ya sabía su padre la había comprometido con otro
Alisson
Esta interesante 😌
Isabel...
Me gusta, tiene un inicio atrapante😍😊
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play