EL HOMBRE OSCURO

Capítulo 24.

Se deslizo como pudo y en el piso, gateando al baño llegó. Se metió a la tina, y veía como la sangre se diluía con el agua, lloraba a mares por dentro, se restregaba su piel, quería quitarse el olor de ese señor, pero sabía que esto sería el inicio de su tormentosa vida. Tomo sus pastillas anticonceptivas y analgésicos para el dolor, y acostándose suavemente en una esquina de su cama, trato un rato de dormir.

Con el tiempo, estuviera como estuviera, con el periodo o lo que fuera, era una regla en su hogar, hacer el amor una vez en la noche, así estuviera borracho, drogado, enojado, con el amor a flor de pies, como fuera, si ella se encontraba dormida, pues con su miembro la despertaba, solo quería estar dentro de su mujer, y como resultado ante tanto contacto, hasta el amor paternal se le activó.

 – Quiero que me des hijos Akacia, - le dijo un día, - Quiero un hijo contigo, dame muchos hijos Akacia, ven mi amor… dame, hijos, ven… la jalaba de sus piernas y la faena comenzaba.

Si bien era cierto que Denis era un amor con Akacia, un borrego manso con ella, toda la dulzura se le acababa cuando Akacia expresaba lo que sentía, o le llevaba la contraria, ahí si sacaba su verdadera naturaleza, botaba cosas de las mesas, de lo que fuera, no le pegaba, pero con destruir la habitación, le bastaba. Varias veces, cuando Denis se calmaba, se tenían que ir dormir a la habitación de invitados, y al acostarse después de hacer el aquello, le decía,

_ Ves amor, por tu culpa nos tocó dormir otra vez acá, si sabes como soy, entonces ¿para qué me haces enojar?, debes ser obediente y sumisa, yo quiero lo mejor para ti, así que tu solo escucha y obedece, ¿estamos?... y así por ese estilo, con sus “disculpas” maritales, la jalaba de las piernas hacia él, rumbo a su reconciliación…

Después de un tiempo, todo fue rutina, hasta que un día, Akacia se encontraba en su despacho, revisando documentos de la casa, cuando de repente un mareo fuerte, le hizo perder las luces y se desmayó. El escolta al ver esto, aviso a su patrón, y como pudo llevo a la Sra. Akacia a su habitación.

La Sra. Norsia, llamo al médico y solo le rogaba a Dios que todo estuviera bien.

Denis entro como torbellino a su alcoba y verla ahí tan pálida, comenzó a llorar, la cogió entre sus brazos, y desesperado, le hablo.

_ Akacia mi amor, que tienes, que te sucedió, respóndeme.

Se levanto para preguntarle a su escolta que fue lo que paso, el rápidamente le comentó lo sucedido, hasta que el doctor Venedict, entró por esa puerta a paso apresurado.

Permítame sr. Denis, revisare a la Sra. Akacia. Después de unos minutos, cogió el alcohol, lo paso por la nariz y Akacia tosiendo, despertó.

Denis salto como corcho y se acomodó al otro lado de la cama, cogiendo el rostro de su amada

¡Mi amor, como estas, como te sientes?!

Estoy bien Denis, déjame sentar,

Doctor, que tiene mi mujer, porque se desmayó.? ¿Es algo grave?

No sr Denis, no es grave, antes más bien es motivo de celebración. Muchas felicidades Sr. y Sra Santuario, se encuentran embarazados.

_ ¡Que? - Exclamo Akacia, le era imposible creerlo, ¿cómo?, si tomaba anticonceptivo todos los días sin falta. ¿Qué había pasado?

Por otro lado, Denis gritaba de felicidad, y abrazaba a Akacia con sus ojos lagrimeando:

_Vamos a ser papas Akacia, vamos a ser papaaaaas, me has hecho el hombre más feliz de esta tierra, te amo mi amor – le dijo plantándole un gran beso en la boca a ella.

Todos felicitaron a la bella pareja, y los dejaron solos en su habitación.  Akacia aun ida en sus pensamientos, la interrumpe Denis:

_ ¿Qué pasa mi amor, no estas feliz por nuestro embarazo?

Es que no lo entiendo, ¿cómo quede en embarazo?

Como que, como mi amor, tenemos sexo todos los días, es natural que en algún momento encarguemos uno.

_ pero...

ahhhh te refieres a las vitaminas del baño que te tomabas a diario corazón?, y ¿las inyecciones, y todo lo demás?, ahhh okeyyy, esas no eran tan efectivas bebe, así que te las cambie por unas más nutritivas mi amor, esas son mejor y tienen la misma envoltura que las anteriores, así que no te preocupes,- Sonreía Denis de oreja a oreja.

¿PORQUE LO HICISTE!!!!? – Grito enojada Akacia.

_ Shhh shhh corazón, no te alteres, le hará daño a nuestro hijo, y si algo le sucede a mi campeón, la Sra. Norsia, ya no tendría salvación, así que sshhh respira mi amor… Ufff inhala, fuuuuu exhala corazón.

Oh, por cierto, dicen que las embarazadas se vuelven más irritables por sus hormonas, pero no te preocupes amor, tu esposo que te ama, te contendrá y te llevará la idea bueno, estoy leyendo libros, para saber que hacer en este tiempo y para cuando nazca nuestro hijo amor, ¿ok?, así que tranquila. Ya vuelvo amor, te traeré fruta.

Salió de la habitación, y acercándose a su escolta de dijo:

 Trae a tres escoltas más que se ocupen de la vigilancia de tu señora, todo lo que le pase o no le pase, tú serás el responsable, ¿entiendes cabrón?, si una aguja se cae, lo quiero saber, todo, absolutamente todo me lo dices ¿ok?

Si patrón, como usted ordene.

Cuida de mi esposa y mi hijo. Vuelvo enseguida

Si sr. Como ordene patrón.

Mientras Denis salía por la fruta, gritando a todo pulmón que iba a ser papa, Akacia se quería morir ahí adentro en esa habitación, saber que un niño crecía en su vientre, que no había planeado, la descolocaba totalmente, había hecho hasta lo imposible por evitar quedar en embarazo, pero definitivamente ese monstruo la había atrapado. Su plan de escaparse lo más pronto con la Sra Norsia, definitivamente tendría que esperar, porque estando así, seguramente Denis le asignaría a su disposición un batallón que estaría cuidándola a toda hora. Ahora sí, ¿qué le depararía el destino? – se preguntaba.

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Muchas gracias por su apoyo mi querido lector.

Ten envío muchos abrazos y prosperidad. Bendiciones.