Apuesta De Amor

Me enderecé lentamente, aún frotándome la nariz dolorida, y lo miré con furia.

—¡Eres un completo imbécil!—, le grité, mi voz resonando en el gimnasio.

—Primero te metes en mis problemas con Dan y ahora me golpeas en la cara con un balón...

¿Te pagan por ser tan torpe o es un talento natural?—

Él se rió suavemente, una sonrisa que me irritó aún más, y se acercó a las gradas,

sus ojos verdes brillando con diversión.

—Creo que es un talento natural...—, dijo con voz baja y sarcástica.

Me puse roja de ira al escuchar su respuesta anterior, pero antes de que pudiera replicar, añadió:

—Eres tan enana que no te vi en las gradas... debió ser un récord de invisibilidad—.

Me quedé con la boca abierta, ofendida al máximo.

Él me miró por un instante con indiferencia, como si ya se hubiera aburrido de la conversación, y luego se encogió de hombros y se dio la vuelta para regresar a la cancha.

—Disculpa, el partido no se juega solo—, dijo sin siquiera mirarme de nuevo, y se unió a sus compañeros de equipo.

Me quedé allí, hirviendo de rabia y humillación.

Se está vengando por el mal rato que le hice pasar y por el beso que le robe.

Definitivamente, este chico me irritaba, pero a la vez me atraía, es bien sexy y con esos tatuajes... Verdaderamente mi tipo.

Estaba sentada con Nadia, y Meredith en la cafetería, disfrutando de nuestro almuerzo y charlando sobre el drama del instituto, cuando...

La puerta se abrió de par en par y ellos entraron.

El pelirrojo, el mismo que me había golpeado con el balón en la cara y salvado de Dan.

y el castaño engreído, el que me había coqueteado en clase.

caminaban juntos con una confianza y carisma que hizo que TODAS las chicas en la cafetería se quedaran con la boca abierta.

Nadia susurró:

—Mira, son los famosos 'Bombones del Instituto'. Los hermanos Scott.

Axel, el pelirrojo, es el capitán del equipo de baloncesto y el chico más popular de la institución por su habilidad en la cancha...

Y Alex, el castaño, es el capitán del equipo de natación y rompecorazones por su sonrisa irresistible—.

Mis ojos se encontraron con los de Axel, quién me miró de manera indiferente y fría, recordé el balón en mi cara, mientras que Alex me lanzó una mirada breve y me guiño un ojo antes de seguir caminando.

Mis ojos seguían clavados en ellos, y debo admitir...

mi corazón latía un poco más rápido y mi mirada se demoraba en sus sonrisas y ojos brillantes.

Nadia y Meth se dieron cuenta y se miraron entre sí con una sonrisa cómplice.

Me di cuenta de mi propia reacción y rápidamente me recuperé,

me crucé de brazos y dije con una voz lo más indiferente posible:

—Son unos idiotas, me caen mal.

Axel es un bruto que me golpeó en la cara y Alex es un engreído que se cree irresistible—.

Nadia se rió y susurró:

—Mentira, Astrid, tus ojos dicen lo contrario...—

Meredith se unió a nuestra conversación, sentándose a mi lado con una sonrisa astuta.

—Todas las chicas del instituto caen ante ellos...

Pero si soy honesta, Alex es el que realmente hace que se derritan.

Es el 'chico perfecto': guapo, inteligente, capitán de natación y con una sonrisa que podría derretir glaciares.—

Luego se volvió hacia mí con una mirada intrigada:

—Axel, por otro lado, hace que las chicas botan babas por él... su apariencia es impresionante y su habilidad en baloncesto es legendaria.

Aunque es extremadamente frío y distante, puede tener a cualquier chica que quiera...

pero solo para una noche, nada serio. No se compromete con nadie.

Es conocido como el 'chico malo' del instituto: su actitud rebelde y desafiante atrae a muchas,

y sus tatuajes en los brazos solo agregan misterio y peligro a su imagen.

Lo más intrigante es que, aunque son hermanos, Alex y Axel son polos opuestos:

el perfecto y el rebelde, la luz y la oscuridad.

Pero tienen algo en común: ninguno de los dos toma a una chica en serio...

son expertos en dejar corazones rotos.

Y lo más extraño de todo: siempre tienen gustos idénticos en chicas...

incluso ha habido rumores de que han compartido a la misma chica en más de una ocasión.—

Nadia se inclinó hacia mí, susurrando:

—¿Te imaginas caer en esa trampa, Astrid?—

Me reí con confianza y respondí:

—Caer en una trampa así? Ni loca. Al contrario, creo que soy capaz de hacer que ambos se arrodillen ante mí...

o al menos, que se peleen por mi atención—.

Meredith y Nadia se miraron entre sí, sorprendidas por mi afirmación, y luego me dijeron al unísono:

—¡Eso es un desafío!—

Nadia agregó con una sonrisa traviesa:

—¿Quieres que hagamos una apuesta, Astrid?

Si logras hacer que Alex y Axel:

Se declaren abiertamente por ti

Se peleen físicamente por tu atención

Y uno de ellos te invite a salir en una cita oficial...

Te regalo:

- Un fin de semana en un resort de lujo

- Y...

Un concierto privado con Billie Eilish, tu cantante favorita.

O, si lo prefieres, una colección exclusiva de dagas antiguas valoradas en miles de dólares,

con una daga personalizada con tus iniciales, cortesía de un... 'conocido' de la familia.

Meredith añadió con emoción:

—¿Aceptas el desafío, Astrid?—

Me reí con confianza y extendí mi mano para sellar el trato:

—Acepto.

Apuesto que lograré hacer que Alex y Axel se rindan ante mí en... dos meses

Y si pierdo (lo cual es imposible),

te daré exactamente lo mismo que me prometiste a ti:

Meredith y Nadia se miraron entre sí, sorprendidas por mi contraoferta, y luego Nadia estrechó mi mano:

—¡Trato hecho, Astrid! Dos meses para conquistarlos... ¡Que comience el juego!—

Nadia y Meredith me rodearon, ansiosas por saber mi estrategia:

—¿Cuál es tu plan para conquistar a los hermanos Scott en solo dos meses?—, preguntó Nadia con curiosidad.

Me sonreí misteriosamente y dije:

—Tengo un plan perfecto.

Solo necesito que me den total libertad para actuar, sin preguntas ni interferencias...

¿Me dan carta blanca para conquistar a Alex y Axel?—

Meredith se rió y Nadia asintió con una sonrisa traviesa:

—¡Absoluta libertad! Estamos intrigadas... ¡adelante, Astrid!—