La Perdida

Don Maslov como siempre estaba temprano levantado, mirando a lo lejos en silencio, Raquel se calzaba sus antiguas botas.

Hasta se vistió con las prendas que usaba normalmente cuando iba a ordeñar.

Parecía que el tiempo se había detenido para su padre, que aún no creía que su pequeña había regresado.

— Buen día papá..— le daba un abrazo cariñoso.

—¿ Que haces vestida asi??.— le daba hasta gracia verla con esa ropa tan fuera de moda.

— Voy a ordeñar, tu sólo te quedas ahí.

Tienes que descansar.

Papá no quise preguntar ,¿y don Tolentino??.— se animaba a averiguar sobre el.

— Sigue viviendo en nuestra antigua casa.

Nos llevamos una sorpresa con él.

Sus hijos lo ubicaron y vinieron a verlo hace poco.— respondía.

— ¿¡¡ Tiene hijos !!?.— eso era increíble.

— Si ,un par, y varios nietos.

Supimos también, que era un hombre bien económicamente,era dueño de comercio grande en su ciudad.

Pero parece que descubrió a su mujer engañandolo con su socio.

Casi la mató, se salvó de finito la mujer.— le comentaba.

— ¿Pero que hizo? .—preguntaba Raquel impresionada con la historia.

No cabía en su cabeza que ese hombre que adoraba fuera capaz de asesinar, más aún a su mujer, la madre de sus hijos, por la razón que fuera.

— Tal parece que la encerró en una cámara de frío del comercio y se marchó.

Dice que lo hizo para que le bajara la calentura.

En fin, la sacaron viva de milagro, estaba con hipotermia.

Luego de aclaraciones que tuvo que hacer en la policía, y que no se presentaran cargos, desapareció, no supieron más de él.

Se tiró al abandono y a la bebida, fue así como apareció por estos pagos.

Sus hijos han venido a visitarlo con regularidad y le traen a los niños .— era asombroso y a la vez merecía todo eso por como se había portado con ella cuando lo necesitó.

— ¿Sigue bebiendo??.— eso la preocupaba .

— Menos ...pero lo hace,ya debe estar llegando con las vacas.— se sentían los balidos de los terneros.

—¿Ya sabe que volví??.— tal vez pudiera sorprenderlo.

— Creo que toda la Colonia ya lo sabe..— sonreía feliz.

— Voy a ayudarlo,tu no te muevas de aquí,es una órden.— ahora su padre era como un niño al que colocaba de castigo.

— Raquel,también tengo un empleado mas jóven se llama José. No podíamos los dos con todo esto. ,estamos muy viejos.

Dile que después vaya a dar vuelta tierra al potrero más de abajo.

Está todo limpio de las quemadas y si llueve, no nos agarra desprevenidos.— escuchaba sus instrucciones.

— Deja de pensar en trabajo, piensa en tu salud.

Será que más tarde puedo llamar a Ana ,para que sepa que estoy bien y eso.— le pedía usar el teléfono, después de años lejos se consideraba una extraña.

— Puedes llamar a esa traidora.

¡Que le costaba decir que te había visto y estabas bien!.— se enojaba con la pobre Ana que solo había sido una buena amiga.

— Yo se lo pedi papá,es todo mi culpa,gracias a su ayuda pude estudiar.— le pedía que no guardara rencores.

— Está bien,llama y haz lo que quieras,la casa y todo aqui es tuyo.

Hija lo pensé bastante anoche, nosotros estamos viejos con tu mamá y llenos de achaques.

Habla con tu marido,tal vez sea la hora de que regreses definitivamente a vivir en la Colonia.

Además aqui hay escuela para Yuri y como le gustan los caballos tal vez pueda ir en uno a estudiar, como lo hacías tú.— le encantaba la invitación que recibía,pero no podía tomar una decisión a la ligera.

— Dejame pensarlo papá, de todas maneras Yuri jamás anduvo a caballo,hay que enseñarle de cero.— le advertía para que no se hiciera ilusiones.

Tomó un par de baldes y se dirigió afuera a colaborar con las actividades aunque hubieran empleados.

El olor a estiércol de vaca entreverado con orina que impreganaba los corrales a muchos le causaria repulsión. Raquel lo sentía como una fragancia que extrañaba.

Era olor a su niñez, a un pasado qué sentía que le pertenecía.

Sin dudas ese era su lugar en el mundo, a pesar de muchas cosas, eran pinceladas de felicidad que estaban escondidas en un rincóncito de su alma y ahora emergian .

Ni ella lo sabía.

Tolentino se bajó del caballo incrédulo, todo feliz de verla, fundiendose en un abrazo demorado.

Sintió la humedad en sus ojos.

— Estás lindo viejito, el tiempo para ti no pasó, pareces hasta más jóven. —era la realidad, lo veía afeitado, sin barba.

Empezaron a hablar de todo lo que había pasado cuando se marchó y le agradecía la ayuda que había recibido.

— José vem ..— lo llamaba al ayudante .

— Si don Tolentino..— se ponia a las órdenes.

— Nao sai como velha fofoqueira (*) a ventilar o que falamos .— sentía que estaba de oreja parada escuchando las confesiones de los dos.

— No soy ningún chismoso.— se atajaba disgustado.

— Pero tua tia sabe vida y obra de todo o mundo e o que não sabe ela inventa.— le daba una advertencia golpeando el rebenque al costado de la bota en forma amenazante.

— ¿Quien es tu mamá José??, no la recuerdo, ni a ti.— buscaba y buscaba en su memoria el grupo de niños de hace 10 años,pero no existía ningún José.

— Nosotros vinimos cuando usted ya se había ido y el pastor Luis también.

Mi tío se hizo cargo de la congregación cuando se marchó.

Quedé huerfano y me vine a vivir con ellos, así como mi tía que es una solterona que nos acompaña a todos lados.

Y si es cierto, es un poco chismosa, pero necesito éste trabajo,la cosa no está fácil para nadie y aquí don Maslov me paga en fecha.

Siempre me da carne y alguna que otra cosa.— respondía un poco sobre su existencia.

— ¿Como se llama tu tia..?.— preguntaba curiosa.

— Eloisa ,pero le dicen Gringa,no es para nada evangélica ,pero respeta al tío en sus creencias, hasta colabora con la iglesia.

No se asuste si viene con sus compinches.

Siempre aparecen a hacerle companía a su madre.

Fueron ellas que encontraron a su padre caído y lo auxiliaron.— fuera lo chismosa,les debía bastante.

— Creo que ya me agradan..

¿Que hacen con la leche ahora que mamá esta enferma?.— Raquel preguntaba curiosa.

— Ordeñamos como sempre y si está boa da cabeza ela faz queijos o dulces,si não, fazo eu.

U soro vai pra us porcos.

José leva alguma garrafa de leche, todos us días.— explicaba Tolentino.

— Bueno,creo que practicare hacer dulces,hace tiempo que no hago nada de eso.

Extraño el sabor a lo casero.— solo de pensarlo se le hacia agua la boca.

Recien percibia la inutilidad del balde, cuando las vacas subían una pequeña pendiente. Acto seguido el muchacho le lavaba las tetas y colocaba las pezoneras de la ordeñadora mecánica.

—¡¡Aaahh!!,pero estamos modernos, ¿no se ordeña más a mano?? .—todos rieron de su sorpresa.

—Sim guria, teu pai compró esa maquina faiz muito tempo.

Así que tivemos energía eléctrica.

Tu viste que son muitas vacas agora .—decía señalando hacia el corral de espera.

—Si es cierto, son muchas,.

¿Pero donde las tienen?, en este lugar no caben junto a las plantaciones.—¿ será que había dejado de plantar??, eso era imposible.

—Teu padre adquiriu as tierras que fican al lado do arroyo tambem.— trataba de ponerla al tanto de todo.

Se habia sentido perdida por un momento, con tantos animales en un predio que sabía que era insuficiente.

Yuri ya estaba despierto al lado del abuelo y su madre amasaba pan como en los viejos tiempos.

De repente dejó todo de lado y encendió la televisión llamando al niño a acompañarla.

Su esposo se fue en busca de su hija, para no perder la masa que estaba pronta.

— Raquel ven...tu madre hizo pan ,pero ya se le olvidó.

¿Te puedes encargar de la masa??

Es solo armar y ponerlo en las hormas,seguramente lo harás mejor que yo.

Está encendida la cocina a leña y hay mas leña cortada alli.— le explicaba esperando una respuesta.

— No debiste encenderla papá..— estaba mas bien algo caluroso.

— Ella la encendió,ni vi cuando se levantó.

Se me complica estar atento a todo.— esa era la verdad,hasta no le dio importancia porque parecia lúcida.

— Papá, papá, eres un manipulador.

Ya me encargo del pan,tengo unas ganas enorme de comer el pan casero de mamá.

Además voy a hacer dulce de leche..— dictaminaba segura de poder hacerlo como antes.

— Alguien extraño demasiado todo..— bromeaba con su hija.

— ¡¡Ayy sii !!...y solo de pensar en el pan calentito con olor a humo , se me hace agua la boca.— se fue feliz a la cocina a ponerse en acción.

Nunca había tenido oportunidad de hacer eso para Yuri, y quería que experimentara muchas de las cosas que ella atesoraba desde niña.

Las visitas llegaron, analizaban curiosas a esa hija desconocida, pero muy comentada de los Maslov.

— Eres más bonita de lo que pensabamos Raquel.

Yo soy Eloisa ,me dicen Gringa.

Ella es Silvia,le dicen Chata,y ésta es La Chavela o Isabel,como quieras llamarla.— se presentaba el trio .

— ¿No se ofenden si les digo la Gringa,Chata y Chavela..?.— preguntaba, era más fácil decirles el apodo ,ademas no eran peyorativos ofensivos.

—¡¡ jajaja jajajajaja!!,claro que no,es mas lo preferimos.

Sólo dinos en que podemos ayudar.

Siempre andamos por aquí, acompañamos doña Sara para que su papá pueda salir tranquilo.

En la tarde, no tenemos nada para hacer y tienen televisión a colores.

La novela se ve fantástica.— esa era una de las razones de la visita.

La mayoría de los habitantes de la Colonia no tenían un aparato y los que la tenían era en blanco y negro.

— Les agradezco todo lo que hacen por mis papás y más porque tengo que volver con mi marido.

Me deja tranquila saber que están rodeados de personas tan amables como ustedes.

Me siento en deuda con las tres, se que salvaron la vida de mi papá.— les encantaba la hija perdida de los Maslov.

Incluso las estaba tratando mejor que nadie por allí.

— Nada que agradecer,además aquí en esta Colonia,todos somos familia.— se ponían a hacer las tareas sin esperar ningún pedido de su parte.

El trabajo se le hacía leve y podía dedicarse a otras cosas como el dulce que hace tantos años ,no preparaba.

(*)..Fofoqueira, quiere decir chismosa.