A pesar de sus reservas iniciales, la conexión emocional y la química entre Nick Evans y Dayanne Wilson, es tan poderosa que los lleva a experimentar un deseo incontrolable de estar juntos. Esta sensación de atracción abrumadora los impulsa a explorar sus sentimientos y a desafiar sus creencias previas sobre el amor. Pero la situación entre ambos, se complicará por las propias inseguridades de Dayanne relacionadas con la intimidad, lo cual le impide entregarse por completo, aún cuando siente un deseo irrefrenable por Nick. A pesar de la intensa atracción que ambos experimentan, Dayanne lucha internamente contra sus propios temores y barreras emocionales que le impiden abrirse completamente a Nick y a la posibilidad de una relación significativa. Esta dicotomía entre el deseo abrumador y las inseguridades personales de Dayanne crea una tensión emocional que será crucial para el desarrollo de su historia juntos.
Los invito a leer esta hermosa historia de amor y superación ¡Disfrutenla!
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CAPÍTULO XXIV FIN DE SEMANA DE GLORIA…
Nick se sentía en la gloria, estaba feliz por el simple hecho de tener a Dayanne en su casa, a su lado, aunque ella todavía se mantuviera recelosa, especialmente por la desconfianza que siente en ella misma. Sin embargo, poder besarla y compartir con ella ya era mucho pedir para él…
Gracias a lo bien que le había hecho la sopa a su organismo, Dayanne volvió a dormir, entonces él se recostó a su lado también quedándose dormido. y una hora más tarde despertaron abrazados nuevamente... "Pero en qué momento pasa esto" se preguntó Dayanne considerándose una atrevida, pero como disfrutaba estar así recostada en su pecho. Nick sintió el suspiro que soltó y supo que estaba despierta, besó su cabeza...
. - ¿Cómo te sientes? - Le preguntó, y ella pensó que no sabría cómo responder esa pregunta estando abrazada a él... Intentó separarse y bajar de la cama... - ¿A dónde crees que vas?
"Donde sea, pero lejos de ti"
. - ¿Seguro? - La atrajo hacía él nuevamente - ¿O solo te quieres alejar? ¿Por qué?
. - Porque quiero ir al baño... - Susurró y Nick sin resistirlo más, reclamó sus labios cumpliendo el deseo de ambos...
Mientras se besaban apasionadamente, por obvias razones, más que humanas, Nick se excitó y dominado por el deseo, la fue recostando en la cama, mientras acariciaba sus muslos desnudos, pero al sentir como su cuerpo antes ardiente se tensó, bajó la intensidad besándola con ternura esta vez para evitar que se sintiera cohibida…
. – Tus labios son una tentación y me encanta besarte… – Le dijo suavemente en su oído, rodándose y dejando solo la parte inferior de su cuerpo sobre el de ella. Por supuesto, Dayanne era consciente del bulto que él intentaba ocultar… - Por favor, no te sientas mal Dayanne – Tomó su cara volteándola para que lo mirara – Soy un hombre, y no puedo evitar reaccionar de este modo a tus excitantes besos, a tu sutil tacto, y a tu exquisito olor, así que no te asustes cada vez que veas mi tercera pata firme – Dijo divertido y Dayanne no pudo evitar reír al escuchar esa analogía, poniéndose más roja de lo que estaba antes.
. – ¡Estás loco! – Le dijo agradecida de que rompiera el momento tenso con su ocurrencia.
. - En serio, no puedo evitarlo, eres demasiado para mí, así que al contrario, siéntete halagada porque esto es parte del poder que tienes sobre mí ¿Me entiendes? – Ella asintió con timidez – Y que él este así… - Señaló con sus labios hacía abajo, pero Dayanne no se atrevió a dirigir la mirada allí, ya con sentirlo era suficiente y entendía claramente a qué se refería – No significa que te voy a exigir algo que no te sientas lista para dar aún…
. - ¿Y me sentiré lista algún día? – Preguntó mitad afligida, mitad esperanzada…
. – Lo harás te lo aseguro, y lo disfrutaras al máximo, como que me llamo Nick Evans…
. – ¡No cabe dudas que eres un soberano engreído! – Sonrió divertida, pero luego se puso seria mirándolo directamente a los ojos – Gracias – Le susurró de pronto, ese inesperado agradecimiento, era por hacerla sentir especial, valorada y que podía confiar en él. Nick al verla tan emotiva, le dio otro tierno beso en los labios…
. – Estoy dispuesto a todo por ti… – Respondió abrazándola fuerte, y Dayanne sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, sentía mucha emoción y confirmó en ese momento que estaba con el hombre adecuado, un hombre que la valoraba y que la veía como la mujer extraordinaria que era.
. – ¿Me puedes besar? - Le preguntó mirando sus labios… – Nick la miró interrogante - Si tengo que ser sincera, sí me gustan tus besos – Le confesó - Y puedes besarme, pero ya sabes que solo será eso…
. - ¡Por ahora! - Sentenció Nick, sabía que más temprano que tarde, ambos iban a sucumbir al deseo que sentían, y si debía dedicarse en cuerpo y alma a hacerla sentir mujer, lo haría con infinito gusto…
. – Sé que no deberíamos porque sin duda esto es una provocación y no es justo para ti… - Comentó evidentemente preocupada por la excitación que los volvió a arropar, y debieron detenerse…
. – Me siento como te sientes tú, ardiente, tu piel quema – Dijo tocándola con mucha prudencia – Pero puedo controlarme, además, luego te puedo enseñar un truquito para que me ayudes si tanto te preocupa – Le insinuó pícaro…
. – ¡Payaso! – Soltó sonrojada golpeando su brazo, y él rio animado, le gustaba ver su sonrisa y mucho más sus mejillas sonrojadas…
. - Estas tan excitada como yo ¿Qué es lo que realmente te detiene?
. – No es que no sienta deseo, es que luego no… - No encontraba las palabras para explicarle, que jamás ha logrado sentir placer y mucho menos alcanzar un orgasmo – ¿Por qué estamos hablando de esto?
. – Porque es importante para nuestra relación, pero si no te sientes cómoda está bien… - Le dijo comprensivo, entendiendo como se sentía.
Dayanne cada vez se sorprendía de lo considerado y empático que era Nick, y el apoyo que le brindaba, así como también de lo decidido y atrevido que era.
. - ¿Tenemos una relación? – Él asintió sin dudarlo ni un poco - ¿Cómo desde cuándo?
. – Desde que te conocí, y tú y tu moto, pusieron mi mundo de cabeza huracán Wilson…
Dayanne negó y no pudo evitar sonreír…
. – Eso es imposición… - Lo acusó
. - ¿No estás de acuerdo? – Preguntó alerta y atemorizado de su posible respuesta
. – Debo pensarlo… - No quería desilusionarlo, pero tampoco podía ser tan impulsiva.
. – Por supuesto, no quiero presionarte, pero iremos con calma… - Se rehusó a que todo quedara allí, y ella lo miró, le parecía decidido y tímido a la vez, que clase de combinación era esa… No sabía, pero sin duda le provocaba ternura, así que asintió, y notó como sus ojos y sonrisa se iluminaban.
. – Se lo que acabo de decir – Expresó Nick refiriéndose exclusivamente a lo de ir con calma - Pero ¿Te puedo besar?
. - ¿Me preguntaras siempre?
Él no sabía cómo interpretar esa pregunta, pero correspondió afirmando que no la obligaría a nada sin su consentimiento…
Se besaron apasionadamente, un beso intenso que los estaba descontrolando otra vez, por lo que Nick decidió invitarla mejor a nadar…
. – Un buen chapuzón es bueno para la resaca, y bajar la tensión… - Rió pícaro
. – Si tú lo dices… – Le dijo sin creerle, pero sin objetar su idea. Nick la llevó a la cocina, la levantó sorprendiéndola y sentó en el mesón…
. - ¿Qué haces? – Le preguntó observando como revisaba los estantes.
. – Buscando esto, debemos proteger ese brazo – Nuevamente Dayanne se sorprendía de lo atento y preocupado que era Nick con ella. En tanto él le cubría el brazo, ella se dedicó a mirarlo, cosa que Nick disfrutaba, y la dejó hacerlo hasta que terminó con su tarea, y en esa misma posición sin aviso alguno, la besó. ¡Ciertamente era una tortura, pero no lo podía evitar!
Después de otro de sus candentes besos, ambos salieron al área de la piscina, más acalorados que antes, y Dayanne de pronto se encontró de frente con un hermoso Golden retriever, que comenzó a saltarle encima.
. – ¡Nick!- Gritó emocionada de verlo, y comenzó a acariciarlo. A ella le encantaban los perros, pero lamentablemente en el apartamento donde vivía no le permitían tener mascotas.
. – No se llama Nick, sino Boris – La corrigió y ella le volteó los ojos – ¡Y por lo visto es un traidor! – Acusó Nick a su mascota que lo acompañaba a todos lados y cuando decidió quedarse se lo enviaron de Nueva York – ¡Ven Boris! – Lo llamó evidentemente celoso, pero el animalito nada que se le apartaba a Dayanne, parecía como si la conociera desde siempre – ¿Ahora nos va a tocar pelear por la misma mujer? ¡No señor, ella es mía!
Era una pregunta para Boris que hizo sonreír a Dayanne…
. – Pueda que lo prefiera a él – Lo amenazó sonriendo…
. – ¿Ah sí? – Fue hasta ella y la alzó en brazos – ¡Tú te quedas ahí! – Amonestó a Boris que literalmente le hizo una reverencia y se echó… Cuando Nick caminó al borde de la piscina, Dayanne supuso lo que haría…
. – ¡No Nick! – Volteó a mirar al cachorro -¡Boris ayúdame! – Gritó divertida, más Boris obviamente solo obedecía a su amo, a quien miraba como preguntándole, y Nick le movió la cabeza de manera negativa, él bajó la suya con solemnidad, cual perro inglés, colocándola sobre sus patas cruzadas– ¡AY, pero si eres igual de presumido que tu dueño! - Lo acusó y se aferró con más fuerza al cuello de Nick, porque por lo visto, era inevitable que la lanzaría al agua. Sin embargo, él se lanzó con ella, que salieron a flote riendo. Y así pasaron la tarde, nadando, jugando con Boris y besándose de vez en cuando…