La hija del enemigo

Pedro se inclinó delante de Lawrence, no podía creer lo que estaba sucediendo. Su amigo, estaba luchando para no morir.

Era la segunda vez, qué era testigo de la lucha de Lawrence, para no dejarse vencer por la muerte.

La primera vez fue el accidente, provocado por Lorett... Ese maldito accidente estuvo a nada de quitarle la vida a Lawrence, no solo eso, sino que lo dejó sin caminar por un largo tiempo...

Lawrence todavía estaba consiente, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo a su alrededor. Era evitable no saber que le quedaba muy poco tiempo de vida.

Agarró los brazos de Pedro con fuerza, y lo acercó un poco más a él...

_ ¡No le digas nada a mi madre!... _ Lawrence, se esforzó demasiado, para dar esa última orden. Luego escupió un gran trago de sangre.

_ No te preocupes, doña Catalina, no va a saber nada de esto…_ Contestó Pedro, recordando que la madre de Lawrence, casi muerte la primera vez, cuando él tuvo el accidente.

Pedro colocó sus manos debajo de la cabeza de Lawrence, para que su cabeza no estuviera en el suelo.

Antes de llevar a Lawrence a su hospital, tenía que evitar que siguiera sangrando. Para no correr riesgo de una hemorragia interna...

_ Aguanta, solo un poco más... Ya lo has hecho una vez..._ Mencionaba Pedro en varias ocasiones, evitando que Lawrence cerrará los ojos.

Pedro colocó un trapo, en la herida de Lawrence, presionando con fuerza, para evitar que la sangre continuará saliendo su pecho.

_ ¡Debemos llevarlo al hospital!... _ Samuel se encontraba demasiado alterado.

La bala estuvo muy cerca de atravesar el corazón de Lawrence. Sin embargo, todavía seguía con vida.

_ ¡Qué esperan, para subirlo a la camioneta!...

_ ¡Debemos llevarlo lo antes posible a hospital!... _ Pedro les ordenó a los hombres detrás de ellos.

Samuel ayudó a levantar el cuerpo de Lawrence y subirlo a una de las camionetas. Pedro, también subió, necesitaba evitar que Lawrence muriera a toda costa...

Al llegar al hospital, ya estaba todo listo, para enviar a Lawrence al quirófano. Pedro iba a hacer el que se iba a encargar de la operación.

Sin embargo, no estaba en las condiciones, para hacer una operación como esa. Así, que el mejor médico que trabajaba para él, fue el encargado de operar a su amigo.

Pedro no dejo ni un solo segundo a Lawrence, aunque no lo operó, estuvo allí, para asegurarse de que hicieran el mejor trabajo posible.

Luego de horas dentro del quirófano, la operación de Lawrence, fue todo un éxito... Pedro salió del quirófano, y se acercó a Samuel, que se encontraba sentado afuera del quirófano.

_ ¿Dime que no se murió?... _ La voz de Samuel, estaba en quebrantada.

Padre recargó su cuerpo sobre de la pared que estaba detrás de él. Se le notaba el cansancio.

_ Gracias a Dios... Ahora está fuera de peligro... Pero, estuvo a nada de morirse, esta es la segunda vez que regresa de la muerte ... _ Contestó Pedro.

Samuel sonrió, se sentía muy feliz de que Lawrence estuviera fuera de peligro.

_ La señora Catalina, no ha dejado de llamarme. Quiere saber de Lawrence, dice que tuvo un mal presentimiento. Y que ese sentimiento nunca le ha fallado. _ Mencionó Samuel.

_ ¿Qué le dijiste?...

_ La verdad... Qué Lawrence había hecho un viaje de imprevisto y que no iba a regresar en dos semanas... _ Contestó Samuel.

_ Muy bien hecho... Doña Catalina no debe enterarse de lo que le ha sucedido a Lawrence... Esa noticia terminaría por matarla. _ Mencionó Pedro.

Luego accidente de Lawrence, Catalina fue diagnosticada con diabetes, y cualquier susto fuerte, la mandaría al otro mundo.

_ No sé, pero, esto no se lo vamos a poder esconder por mucho tiempo... Doña Catalina tiene mil veces peor carácter que su hijo. Aunque por fuera parece una señora muy dulce, tiene un fuerte carácter, y nos va a poner como lazos de cochino.. Cuando se entere de que le estuvimos ocultando algo tan grave...

Samuel tembló de miedo, al solo imaginarse lo que les esperaba cuando Catalina se llegara a enterar de que Lawrence fue herido de bala y se lo ocultaron.

_ Lawrence será enviado a una habitación, estará escoltada a todas horas, por hombres, cien por ciento profesionales... Ahora vete a la mansión, y continúa como si nada, vigila a la mujer que Lawrence tiene encerrada, evita que escape, y por supuesto, debes encargarte del cargamento que será enviado en dos noches...

Mientras que Lawrence no estaba a la cabeza de la organización, ese papel le tocaba a Pedro, ya que fueron órdenes precisas de Lawrence...

Pedro era el mejor, para tomar su lugar en la organización... Pedro tenía todo lo necesario para ser un líder al igual que él...

Así, que nadie podía desobedecer una orden de Pedro, sin importar, que esa persona fuera Samuel o cualquier otra más allegados a Lawrence.

_ Como tú, órdenes, ahora tú estás a la cabeza de esta organización, hasta que Lawrence se recupere. _ Respondió Samuel.

Samuel se dio la vuelta, sin embargo, no dio dos pasos cuando se detuvo. De nuevo, volvió a ver de nuevo a Pedro.

_ No olvides, mantenerme informado de lo que suceda con el estado de salud de mi amigo...

Pedro solamente hizo un gesto con su cabeza. Al ver a Samuel desaparecer del pasillo, él también fue a cambiarse de ropa, para ser él personalmente quién atienda a Lawrence, durante toda la noche.

...A la mañana siguiente...

Natalia se despertó sorprendida de darse cuenta de que estaba en la habitación de Lawrence.

Recordó lo que había sucedido la noche anterior, y la habitación tan fuerte, que mantuvo con Lawrence.

Natalia enderezó su espalda, recargando su cuerpo en la cabecera de la cama. De inmediato, la mujer encargada de cuidarla se acercó a ella.

_ Señorita, ya está preparado el desayuno... En unos minutos, va a traerlo una empleada a la habitación...

_ Debe tener mucha hambre, toda la noche, tuvo una fiebre muy alta...

Natalia volteó a ver a la mucama a su lado, la mujer se apresuraba a acomodar la manta, en el cuerpo de Natalia.

_ Quiero salir de esta habitación ahora mismo...

Natalia se quitó la manta de su cuerpo, bajó su pierna, para, enseguida, pararse de la cama. La chica se encontraba tan débil, que cayó al suelo.

_ ¡¡¡Señorita!!!!... _ La mucama grito alterada.

Enseguida, la chica ayudó a Natalia a regresar a la cama, cubrió su cuerpo con la manta.

_ Necesito irme de esta habitación; en cualquier momento va a regresar ese hombre... _ Susurró Natalia con debilidad.

_ No se preocupe, el señor Wlod, no va a regresar en un buen tiempo. Salió de viaje, tal vez con su prometida...

_ ¿Su prometida?... _ Murmuró Natalia, atónita.