Corazón De Dragón

Neferet se fue, dejando solos a Dagny y Hope. Algo en sus corazones se inquietó, ¿de verdad sería tan difícil ser felices?.

—Tranquila, lo solucionaremos, además no sabemos lo que opinan los reyes, primero tenemos que escucharlos— con un pequeño roce en el hombro, le habló a Dagny. Quería tranquilizarla de alguna manera.

—Lo se. Por ahora quiero enfocarme en entrenar, debo estar preparada para cuándo peleemos— le sonrió.

Por el momento no estaba pensando en el futuro de su relación, pues lo que sabía de verdad, era que amaba a Hope, eso no estaba en duda, contrario a su entrenamiento en una batalla real.

Dagny jamás fue buena peleando con otros, si bien podía defenderse con palabras y hechos, nunca tuvo que levantarle la mano a nadie, además estaba consiente que ahora tendría que incluso acabar con la vida de seres vivos, no sabía si de verdad sería capaz.

—No deberías ir a una batalla donde tal vez solo estorbes— las palabras eran duras, pero solo él conocía las capacidades de su esposa.

—¿Crees que no lo se?, jamás tuve que defenderme de una manera igual. Siempre hubo guardaespaldas o en su defecto, estabas tú a mi lado, por eso nunca necesité hacerlo— estaba molesta consigo misma.

El hombre a su lado, la tomó de su mano y la llevó a un lugar donde el había estado entrenando antes de ir a la capital. Caminaron durante unos minutos, a regañadientes, Dagny iba caminando, ni siquiera sabía a dónde se dirigían, sin embargo, tratándose de Hope, no le costaba confiar.

Cuando llegaron, pudieron notar a varios hombres y mujeres entrenando, al parecer ese era el lugar destinado para ello.

—Todos se están preparando para la guerra, si quieres aprender lo básico, deberías entrenar con ellos— soltó su mano y se paró frente a ella.

—¿Tu?— estaba agradecida por el gesto y lo único que pudo regalarle, fue una sonrisa.

—Se que eres imprudente, pero puedes ser muy sorprendente cuando te lo propones, por eso no voy a evitar que vayas a la guerra, aunque me encargaré de que te quedes en la retaguardia, no pienso exponerte por nada del mundo. ¿Estás de acuerdo?— preguntó, aunque no le pareciera ver a la mujer que amaba en una guerra, viendo como perdían la vida, enemigos como adversarios, era más que evidente lo que provocaría si le prohibía algo a Dagny. Por tal razón, no iba a impedirlo, solo estaría a su lado para poder protegerla.

—Te lo agradezco tanto— se veía realmente feliz.

Se acercaron al encargado del entrenamiento para informarle que ella se uniría al grupo.

—Lord Uxío, ella es Dagny Tudor, primera princesa de Athel, se quiere unir al entrenamiento, ¿estaría de acuerdo con ello?— con altas expectativas, hizo su pregunta

—No le voy enseñar a quien traiciona a su propia estirpe, me disculpo excelencia— le hizo una reverencia a Hope, dejando de lado por completo, a Dagny. Ya todos sabían que Dagny fue adoptada por los reyes de Athel solo por su buen corazón, cosa que no convencía a la gran mayoría.

—¡Alto!— ordenó la voz de una mujer. Por supuesto de inmediato supieron que era Neferet.

—Excelencia— reverenció a su señora.

—Vas a enseñarle a la princesa, olvida que alguna vez fue elfa. Si te pones a observar, te darás cuenta que dejó de serlo y ahora pertenece a los tuyos, ¿piensas dejar morir a un dragón, solo por tus creencias?, piénsalo general, ella no es cualquier persona, es la princesa del reino— era reprendido por su señora.

Al mirar detenidamente a Dagny, el hombre se fijó directamente en el dorso de la mano derecha, quería corroborar que de verdad había cambiado ahora.

—No cambió mi alma, sigo siendo la misma que llegó aquí, solo cambió mi aspecto, por lo que no debe enseñarme si no quiere, ya encontraré a alguien— defendía a su persona y realmente se sentía humillada.

—Me disculpo alteza, como dice usted, sigue siendo la misma, el hecho que ahora tenga la marca del dragón, no la hace como nosotros, no obstante, dañaría mi reputación si algo se sabe de todo esto, por eso pondré a alguien de mi entera confianza para que la entrene. Yo no puedo hacerlo, mis principios no me lo permiten— se expresó y fue por la persona indicada.

A pesar de todo lo que había hecho y sabiendo que ella en realidad nunca fue una elfa, sintió dolor en su corazón al ser tratada de esa manera, creía no merecerlo, sin embargo no podía hacer nada al respecto. Tenía que aguantar eso y muchas cosas más que se presentarían adelante.

—¿Estás segura de esto?— su preocupación seguía aumentando.

—Lo estoy, verás que sabré sobrellevar todo— debía ser fuerte si quería lograr sus objetivos.

—Siendo así, yo me retiro. Creo que cumplí con hacer que la respeten por lo menos por ahora— al parecer seguía en desacuerdo con el nuevo sentimiento de su hermano.

Dagny solo hizo una reverencia y vio a Neferet marcharse.

Enseguida llegó el maestro y con él venía una joven de cabellos morados, piel morena y con un cuerpo muy bien trabajado, se veía a simple vista que era parte de aquellas personas entrenando.

—Su nombre es Freyde, es la única capitana dentro del ejército de Athel, es la mejor. Ella estará a cargo de su entrenamiento alteza— el hombre sabía de formalidades y títulos, aún así le costaba tratar de buena manera a Dagny, aunque ya fuera parte de los dragones.

—Mucho gusto alteza. Espero podamos trabajar muy bien juntas— la joven hizo una reverencia y mostró una sonrisa amable.

—Será un verdadero honor para mí, se lo agradezco— correspondió al gesto.

Los obstáculos iban desapareciendo poco a poco, aunque nada estaba escrito todavía, las cosas podrían llegar a cambiar de un momento a otro.