Luana Martínez es una joven de 23 años que ha dedicado su vida a la repostería, siguiendo los pasos de su madre en la pastelería familiar. A pesar de ser sociable y tener un fuerte vínculo con su hermano Mike, Luana es reservada y prefiere la tranquilidad de su hogar a las fiestas. Su vida da un giro inesperado cuando recibe una invitación a la fiesta de Logan Harris, un atractivo empresario de 27 años conocido por su vida social agitada y su carisma.
A medida que Luana se adentra en el mundo glamuroso de Logan, comienza a cuestionar sus propias limitaciones. Él, con su espíritu aventurero y despreocupado, es todo lo contrario a ella. A través de encuentros inesperados y conversaciones profundas, Luana se encuentra cada vez más atraída por su manera de ver la vida. Luana debe enfrentar sus miedos y abrirse a nuevas experiencias, mientras descubre que el amor puede florecer en los lugares más inesperados.
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Capítulo 21: Honestidad
Logan
La noche se había convertido en un refugio de calma, y la luz de la luna iluminaba el parque donde había decidido llevar a Luana. A pesar de la tranquilidad del ambiente, mi mente estaba en un torbellino. Sabía que había llegado el momento de hablar con ella sobre mi pasado, sobre mis miedos. La conversación con Gael me había dejado claro que no podía permitir que mis experiencias anteriores interfirieran en lo que estaba empezando a florecer entre nosotros.
Al llegar a un banco bajo un sauce, me volví hacia Luana, quien se veía espléndida bajo la luz suave. Su cabello brillaba como hilos de oro, y sus ojos reflejaban una mezcla de curiosidad y ternura. La miré, sintiendo que esta conversación podría ser un hito en nuestra relación.
—Luana —comencé, sintiendo que mi voz resonaba con un tono de seriedad— hay algo de lo que necesito hablar contigo.
Ella se inclinó un poco hacia adelante, su atención estaba completamente centrada en mí. —Claro, Logan. ¿De qué se trata?
Tomé una respiración profunda, el aire fresco de la noche llenando mis pulmones. —Quiero ser honesto contigo, sobre mi pasado y mis miedos. Creo que es importante para nosotros.
Luana asintió, su expresión se tornó seria. —Estoy escuchando.
—Mi última relación fue... complicada. Su nombre era Melissa. Nos comprometimos, y todo parecía perfecto. Pero, al final, me dejó plantado en el altar —dije, sintiendo que cada palabra era un peso que debía soltar.
La mirada de Luana se llenó de sorpresa y empatía. —Debió ser devastador —respondió, su voz suave.
—Lo fue. Recuerdo cada detalle de ese día. Estaba en el altar, rodeado de amigos y familiares, esperando a que ella llegara. Pero no lo hizo. La angustia fue abrumadora —dije, sintiendo que la herida aún estaba fresca en mi memoria.
—Lo siento mucho, Logan —dijo Luana, su voz llena de sinceridad—. Eso no es algo que uno debería vivir.
La calidez de su respuesta me hizo sentir un poco más ligero, pero la verdad aún pesaba en mi corazón. —Después de eso, me costó mucho abrirme de nuevo. El miedo a que algo así vuelva a suceder me ha estado persiguiendo. A veces, me pregunto si estoy listo para dar un nuevo paso, para confiar en alguien otra vez.
—Es comprensible —respondió Luana, su mirada se encontraba fija en mí—. Todos tenemos nuestros miedos y heridas. Pero no puedes dejar que eso te detenga. Yo también tengo mis propias inseguridades.
Su honestidad me tocó profundamente. —¿Qué te asusta? —pregunté, queriendo conocerla más.
—El miedo a ser herida de nuevo. A veces, me pregunto si estoy lista para abrirme a alguien como tú —dijo, su voz fue como un susurro.
—Luana, quiero que sepas que no eres Melissa. Eres diferente. Hay algo especial entre nosotros, y no quiero que mis miedos te afecten —dije, sintiendo que cada palabra era un compromiso.
Ella sonrió con calidez, y vi en su expresión que estaba dispuesta a escuchar. —Lo entiendo, Logan. Pero debemos ser honestos el uno con el otro. Si queremos avanzar, necesitamos abrirnos y compartir nuestras vulnerabilidades.
—Tienes razón —admití—. No quiero que mi pasado defina lo que podríamos tener. La conexión que siento contigo es real, y tengo la intención de explorarla.
Luana se acercó un poco más, y nuestras manos se encontraron en el banco. Su toque era reconfortante, y sentí que el miedo comenzaba a desvanecerse. —Entonces, ¿qué hacemos con nuestros miedos? —preguntó, su mirada profunda.
—Creo que debemos enfrentarlos juntos —respondí, sintiendo que era el camino correcto. —Quiero ser parte de tu vida, y estoy dispuesto a arriesgarme.
—Yo también quiero ser parte de la tuya —dijo, su voz llena de sinceridad—. Estoy dispuesta a enfrentar mis miedos si tú lo estás.
La conexión entre nosotros se sentía más fuerte, y estaba claro que ambos deseábamos avanzar. Miré a Luana, y vi en sus ojos la misma mezcla de esperanza y vulnerabilidad que sentía en mí.
—Gracias por ser tan comprensiva —dije—. A veces, solo necesito que alguien me escuche.
—Siempre estaré aquí para ti, Logan. La honestidad es clave. No podemos construir algo real sin ella —respondió, su mirada firme.
—Lo sé. Y estoy dispuesto a ser completamente honesto contigo. No quisiera comenzar algo contigo en base a mentiras —dije, sintiendo que las palabras fluían desde mi corazón.
— Opino lo mismo,la sinceridad es todo para comenzar una relacion al igual que la confianza —dijo Luana, su voz llena de determinación.
Ambos estábamos dispuestos a enfrentar nuestros miedos, y eso me llenó de esperanza. —Entonces, ¿Quieres que enfrentemos nuestros miedos juntos? —propuse, sintiendo que era el momento adecuado.
—Me encantaría —respondió Luana, su sonrisa iluminando la noche.
Mientras nos sentábamos en silencio, sintiendo la conexión que crecía entre nosotros, supe que había tomado la decisión correcta al abrirme. El pasado seguía ahí, pero no iba a dejar que me definiera. Luana era una nueva oportunidad, una luz en medio de la oscuridad.
—Gracias por escucharme, Luana. Estoy emocionado por lo que viene —dije, sintiendo que el miedo comenzaba a desvanecerse.
—Yo también lo estoy, Logan. —respondió, y su mirada reflejaba la misma esperanza que sentía.
Con esa promesa en el aire, me cabeza empezó a imaginar un futuro, un futuro con Luana a mi lado . Habíamos dado un paso hacia adelante, y estaba decidido a no mirar atrás. La conexión que teníamos era real, y estaba listo para explorarla junto a ella sin miedo alguno.