No Me Culpes A Mí

Ana Lucía.

...

Después de calmarme un poco, primero le pido de favor a Marta que me ayude a hacer mis maletas, sea lo que sea me marcharé de esta casa y luego le pido Tomás que tenga el auto listo para que me lleve a casa de mis padres.

Martha me prepara un té que me ayuda a relajarme y luego subimos a mi habitación para recoger todas mis cosas. Mientras Martha empaca la ropa yo voy al despacho en busca de varios documentos que tengo guardados en la caja fuerte, al llegar ahí me es inevitable mirar algunas fotografías en donde estamos juntos, Gonzalo y yo, fueron momentos en los que fuimos muy felices, en donde el amor fluía por nuestra sangre, pero rememorando todo lo pasado últimamente me doy cuenta de que definitivamente ya no hay nada ni lo habrá jamás.

En una caja pequeña organizo todos mis documentos, le doy una última mirada al lugar y salgo de allí para volver a reunirme con Martha, cuando empiezo a subir las escaleras soy detenida por la voz de Tomás.

_ Señora, acaba de llegar esto para usted. _ me informa mi chófer mostrándome un sobre de manila, dejo la caja que traía antes sobre los escalones y tomo el paquete.

_ ¿Quién lo trajo? _ cuestiono.

_ Un mensajero.

Le pido a Tomás que lleve la caja con los documentos a mi auto y me dirijo a mi habitación con el sobre de manila que me acaban de entregar, lo dejo sobre la cama mientras termino de organizar el resto de mis cosas con ayuda de Martha.

_ ¿Me podrías regalar algo fresco? _ le pido a mi ama de llaves y ella asiente, ya terminamos de organizar mis cosas.

Mientras Martha regresa tomo el sobre, lo miro detenidamente porque no tiene ningún sello que me deje saber de dónde viene, quien lo mando o qué es. No sé por qué me tiemblan las manos mientras lo abro, pero me asusto cuando mi corazón se dispara al tocar lo que hay adentro, hay fotografías y un informe, debo llevarme una de mis manos a la boca cuando veo la primera foto, la segunda me aterra y con la tercera entro en pánico ¡¿Dios mío que es esto?!

Miro el resto de las fotos y me siento en shock, esto... Esto es terriblemente angustiante y siniestro, son fotos de tres mujeres que están cruelmente golpeadas, hay sangre y ellas muertas tiradas sobre el piso de algún lugar, pero lo más preocupante es ver al hombre que está junto a ellas sonriendo como sicópata, siento un vacío inmenso en mi pecho y un nudo gigante en mi estómago, joder no, esto no puede estar pasando.

Con manos temblorosas tomo el informe y comienzo a leer, cada palabra es un golpe contundente, un golpe fuerte, una herida en mi pecho.

Busco mi celular apresuradamente y llamo a mi padre quien contesta inmediatamente gracias al cielo.

_ Papi ven a buscarme, por favor. _ le suplico entre sollozos ahogados.

_ ¿Qué te pasa princesa, dónde estás? _ indaga ni padre angustiado

_ Estoy en mi casa, pero por favor ven a buscarme, es urgente, te necesito Papi, ha pasado algo horrible.

Mi alma amenaza con dejarme cuando al colgar la llamada la puerta de mi habitación es abierta y cerrada inmediatamente con seguro.

Limpio mis lágrimas desesperadamente para aclarar mi visión, Gonzalo me mira detenidamente y luego vuelve su mirada hacia las fotografías que están sobre la cama, su ceño de frunce ligeramente y sus ojos se vuelve a mi y puedo ver algo totalmente siniestro en sus ojos azules, me pongo de pie e intento salir, pero él no me lo permite y me hace sentir nuevamente sobre el colchón.

_ ¿Qué has hecho Gonzalo? _ le pregunto llena de terror.

Hoy desconozco al hombre frente a mi, no es el mismo que conocí en la universidad, ese chico dulce y amable que hacía de todo por agradarme y Verme feliz.

_ ¿De dónde sacaste esas fotos? _ indaga acercándose un poco más a mi, por primera vez me siento intimidada por su presencia, por primera vez siento demasiado miedo de él.

_ ¿Las mataste? _ indago horrorizada.

_ Sí. _ responde con una tranquilidad asombrosa.

_ ¿Por qué?

_ Te lo contaré, pero promete que me escucharás hasta el final sin interrupciones y, lo más importante no me hablarás de divorcio ¿Entendido? _ asiento presa del miedo, necesito que mi padre venga pronto por mi. _ Tres noches antes de nuestra boda, Bruno tuvo la brillante idea de hacer una fiesta por mi despedida de soltero, fue en un bar, luego nos fuimos a su apartamento a seguir la fiesta ahí con seis hermosas y exuberantes putas, te juro que fue la primera vez que te fui infiel, esa noche tomé tanto que terminé teniendo sexo con las tres mujeres.

No le di importancia, dejé todo atrás y me casé con la mujer que he amado y amaré toda mi vida, no pude darte la luna de miel que te merecías por el maldito contador que me robó, tuve muchos problemas con mi empresa y tuve que dejarte a solo unas horas de habernos casado, estaba solucionando las cosas, pero tres semanas después me empecé a sentir mal, fui al médico y me realizaron varios exámenes y para mí sorpresa cuando me dieron los resultados el médico me dijo que estaba contagiado de una ETS, yo no lo podía creer, me fui de la clínica furioso, me refugie en el alcohol, por eso no volví a tocarte, te amo demasiado para condenarte a una horrible enfermedad como esa, de la clínica me han seguido llamando por para que me repita los exámenes y comience pronto un tratamiento, pero no he querido, me niego a aceptar que tengo una porquería de esas.

Busqué a las tres mujeres con las que estuve en aquella fiesta, las secuestre, las usé ya que no podía hacerle el amor a mi esposas por sus culpas, entonces ellas tenían que satisfacerme, todo se salió de control, ellas decían no estar enfermas de nada, pero yo no les creía habían sido las únicas mujeres con las que había tenido intimidad después de ti y sin protección porque contigo siempre la usaba así tu usarás anticonceptivo, me gustaba cuidarte porque eres mi Ani, al ellas querer escapar se despertó una irá incontenible en mi, las golpeé y me cegué tanto que las terminé matando a golpes, a la tercera le fue peor porque se atrevió a llamarte para contarte la verdad.