Obsesión, Maltrato Y Sufrimiento

Sámara ...

Cuando comencé con los dolores en mí bajo vientre tuve muchísimo miedo, eran los mismos dolores que sentí cuando Mateo me hizo caer por las escaleras y perdí a mi primer bebé. Temía perder a este bebé también y los nervios y la angustia no me dejaban tranquila.

Cuando llegamos a la clínica y me llevaron a la sala de parto, me cambiaron la ropa, por una bata hospitalaria y me colocaron un goteo intravenoso

— Bien señorita López, el goteo comenzará a hacer efecto en unos minutos, cuando comience a sentir contracciones es porque ya dilató y el parto comienza — me dice el médico junto a mí

— Doctor, entonces esos dolores que sentía no es porque voy a perder a mi bebé? — le pregunto asustada

— No, esos dolores son porque el bebé ya quiere nacer, pero aun no estás dilatada, por eso te puse el goteo intravenoso para inducir el parto y que dilates más rápido — me responde el médico dejándome más tranquila de saber que no voy a perder al bebé

El médico se fue dejándome sola con una enfermera que me controlaba por si comenzaba con las contracciones. 1 hora después comencé a sentir dolores muy fuertes y unas contracciones que me hacían querer pujar para que mi bebé naciera

La enfermera llamó al médico y enseguida llegó para atenderme.

Las contracciones eran cada vez más fuertes y en menos de 10 minutos mi bebé nació, Me sentía feliz de saber que al fin había nacido y ansiaba verlo, pero cuando levanté la cabeza para poder verlo, la enfermera se lo llevaba de prisa

— Que sucede? mi bebé, quiero verlo, por qué se lo han llevado? — pregunto desesperada

— Tranquila señorita López, su bebé está bien, solo que nació con menos de 1 kilo y su pulso era bajo y debemos conectarlo a un respirador, además de que debemos hacerle varios análisis y estudios … Ahora la pasarán a una habitación para que su familia la pueda ir a ver — me responde el médico y yo comienzo a llorar, por lo menos me hubieran dejado verlo unos segundos, solo eso necesitaba para estar tranquila

El médico salió de la sala y las enfermeras quedaron terminando de atenderme para pasarme a una habitación.

Ya en la habitación me dejaron sola y mis lágrimas por no haber visto a mi bebé volvieron

En ese momento la puerta se abre y Fernando junto con mi padre y mis hermanos entraron por ella.

Después de que Fernando salió de la habitación para ir a hablar con el médico, mi padre y mis hermanos se acercaron a abrazarme

— Mí pequeña princesa, cuánto lo siento por lo que has pasado, todo es mi culpa, jamás debí haber aceptado ese matrimonio con Mateo, lo siento hija lo siento mucho — me dice mí padre angustiado

— No es tu culpa papá, la decisión de aceptar ese matrimonio fue mía tú no me obligaste a casarme, así que ya no te disculpes por algo que no tienes culpa — le digo a mí padre para que se tranquilice, por qué en si es verdad, él no me obligó a casarme, yo acepté porque necesitábamos esa plata para el tratamiento de Yuri, yo sabía la clase de persona que era Mateo, pero jamás me imaginé que llegaría a ser tan violento

— Como te sientes hermana? — me pregunta Yuri

— Bien mi hermosa Yuri un poco cansada y con dolor de cabeza pero estoy bien — le respondo con una sonrisa, mi padre y mis hermanos son mi vida, yo haría lo que fuera por ellos

Media hora después vuelve Fernando con bolsas de comida, le pregunté que le había dicho el médico y me dijo que podríamos verlo dentro de un par de horas porque le estaban haciendo análisis y estudios, eso me dejó más tranquila aunque estaba triste porque tendría que esperar unas horas para poder ver a mi bebé

Después de la hora del almuerzo mi padre y mis hermanos se despidieron, ya que mi padre tenía que volver a trabajar y prometieron volver en la tarde para conocer al bebé.

— Mi amor duerme un poco, trata de descansar, yo estaré junto a ti, de aquí no me moveré por nada en el mundo — me dice Fernando y realmente me sentía cansada física y mentalmente

— Gracias Fer por a pesar de todo seguir a mi lado — le digo yo con tristeza recordando todo lo que pasó en la mañana

— Samara yo te amo y te lo dije, no me rendiría tan fácilmente — me dice acercándose a mí y dándome un beso en la frente — Ahora descansa que lo necesitas

Yo solo le sonreí y me acomodé en la cama para dormir.

Me despierto sobresaltada al oír voces en la habitación y al mirar ahí estaban los padres de Mateo hablando con Fernando, que aún no se habían percatado que yo había despertado.

— Por su enfermedad no lo meterán en prisión, pero sí lo internarán en un psiquiátrico — escucho qué le dice Ricardo a Fernando

— Es lo mismo que antes tío va a salir y le va a volver a hacer la vida imposible a Samara — le responde Fernando

— No, ya no tiene posibilidad de salir, queda internado bajo custodia, antes estaba bajo tratamiento no estaba en prisión, por eso una vez que los médicos lo vieron mejorado le dieron el alta, pero ahora es diferente Ahora tiene que cumplir una condena y no puede salir del psiquiátrico — le responde Ricardo

— Yo sé que les duele porque es su hijo tía, pero suelto es un peligro para Samara, ya vieron todas las cosas que le hizo, ni aun estando divorciados la dejó en paz, él decía amarla, pero lo que siente no es amor, sino una obsesión enfermiza — escucho que Fernando le dice a Sonia

— Ya lo sé querido, y aunque me duela porque es mi único hijo, debo aceptar que cometió un gran error y debe pagar por ello — le responde Sonia la madre de Mateo a Fernando — Les han dejado ver al bebé ya?

— No, aún no vino el médico a darnos la autorización para poder verlo, Samara está desesperada que lo quiere ver, ya que cuando nació no la han dejado verlo — dice Fernando, y es verdad cuánto tiempo ha pasado ya porque el médico aún no nos permite verlo?

— Fernando — lo llamo para que se acerque, necesito saber qué hora es y cuánto dormí y por qué aún no ha venido el médico a decirnos cómo está mi bebé

— Preciosa despertaste, cómo te sientes? — me pregunta una vez que llega junto a mí

— Bien, cuánto tiempo dormí Fer?, porque el médico aún no ha venido? — le pregunto preocupada

— Son las 5 PM, dormiste 4 horas preciosa — me dice Fernando sonriéndome

— Hola cariño, cómo estás?, cómo te sientes? — me pregunta Sonia la madre de Mateo

— Estoy bien, cómo está Mateo? — le pregunto y aunque no debería de interesarme, yo no soy una mala persona y no le deseo el mal a nadie por más mal que me haya hecho a mí

— Él está bien, ahora está sedado y custodiado por policías, pero está fuera de peligro — me responde Sonia — Tranquila cariño él ya no volverá a hacerte más daño, después de salir del hospital lo internarán en un psiquiátrico, y de ahí no podrá salir

Yo no le contesté nada, solo queda en silencio, ojalá fuese así, que permanezca internado y yo pueda vivir en paz de una vez

Media hora después llegó el médico para ver cómo estaba yo y para decirnos que ya podíamos ir a ver a mi bebé

Después de que el médico me revisó, Fernando me ayudó a bajar de la cama y salimos de la habitación siguiendo al médico que nos llevó hasta neo para poderlo ver

Nos paramos detrás de una ventana y desde adentro se veía la incubadora donde estaba mi bebé conectado a cables, tan chiquito, era muy pequeño, casi del tamaño de la palma de mi mano, pero hermoso, era lo más bello que mis ojos habían visto

Estaba realmente feliz, al fin mí bebé estaba conmigo, al fin era realmente feliz.