Stan despierta en medio de un planeta desértico sin recordar nada más que el rostro de su esposa, quien fue raptada por un pirata y ahora él junto a su compañera deberá emprender un viaje para salvarla.
Encontrándose en el camino enemigos que se creía que eran simples mitos de la Tierra, y algunos pocos aliados.
¿Podra salvar a su esposa? ¿podra sobrevivir a su propia odisea?
NovelToon tiene autorización de Powder34 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo #18: La tentación
Nuevamente habíamos retomado nuestro camino para continuar con nuestro viaje hacia Andrómeda para salvar a mi esposa. O eso era lo que quería pensar, habían pasado casi dos años desde la última vez que la había visto, ya no sabía si Flor sería la misma que recordaba o al menos si ella iba a aceptarme después de tanto tiempo.
Después de haberla dejado sola, cuando le juré en nuestra boda que jamás lo haría y lo hice, por mi debilidad y ahora esa debilidad me estaba alejando de ella. No obstante, no podía dejarla, tenía que intentarlo, debía aferrarme al último rastro de humanidad que me quedaba, que era mi hermosa princesa Titán, mi Flor.
“Solo un poco más… Lo prometo”. Pensé mientras veía mis manos, las cuales estaban desgastadas y con algunas cicatrices
Mientras estaba tratando mis heridas causadas por los distintos impactos de la nave, y algunos de los distintos enfrentamientos, Roxy entró a mi habitación, ligeramente nerviosa.
—Ahm, Stan ¿Puedo hablar contigo?
—Sí, adelante —respondí sentado en la orilla de la cama mientras me vendaba el costado del torso—.
—Bueno, ya ha pasado un tiempo desde que nos conocimos en el zoológico —comenzó sentándose a mi lado—. Últimamente he estado pensando sobre nuestra relación, y también he estado pensando en lo de ir a salvar al cavernícola de Kror, a Loxy y… a Flor
—Sí, yo también pero descuida —la volteé a ver para intentar animarla con una pequeña sonrisa—. No importa cuánto nos tardemos nosotros vamos a llegar a Andrómeda y los volveremos a ver
—Ah… Sí, ¡Claro! Jajaja —respondió nerviosa y con las mejillas coloradas— Aunque ha pasado tanto tiempo. ¿No creés que ya fue la subasta del zoológico? —añadió acercando su mano poco a poco a mi mano—. Tal vez deberíamos rendirnos y se…
—¿Qué? No —me levanté de la cama un poco más animado con tal de animar a mi compañera—. Enana, no hay que rendirnos, sabes, alguien muy importante solía decirme que nunca es tarde para hacer lo correcto
—Sí, tu esposa debió ser muy inteligente y sabía, siempre que me hablas de ella me lo dices —se quejó con un suspiro—.
—No me lo dijo Flor —extendí mi mano hacia ella para ayudarla a ponerse de pie—. Fue mi mejor amigo —Roxy agarró mi mano y se levantó de la cama—. Tú me recuerdas mucho a él
—¿En serio? —preguntó mientras se acercaba cada vez más a mí—
—Cuando te conocí creí que solo eras arrogante, pretenciosa pero eres una buena persona
—¿Y qué más? Quiero saber cada pensamiento tuyo de mí —preguntó esperanzada mientras apoyaba sus manos en mi pecho—.
—Eres fuerte, algo leal
—Oye, ¿Cómo que algo?
—Jaja, bueno, jamás voy a olvidar cuando abriste esa bolsa mientras dormía, pero aparte de leal, eres inteligente y sobre todo —me incliné hacia ella. Ella también se inclinó hacia mí. Podía sentir que su corazón latía más rápido con cada segundo, mientras que el mío latía más lento. Mis labios terminaron por pegarse a su frente mientras que los suyos se quedaron en el aire esperando una respuesta—. Eres como mi hermana y siempre voy a amarte de esa manera
—¿Qué? —respondió mientras se separaba de mí— Solo… —se le hizo un nudo en la garganta—. ¿Solo me ves como una hermana?, después de todo lo que hemos pasado, tú..
—Sí, eres importante para mí —me acerqué a ella para intentar calmarla—. Cómo una hermana y mi… —apartó mi mano con un manotazo—. Roxy, que… ¿Qué pasa?
—¡No es nada!, solo… Me equivoqué, me equivoqué al pensar que… podía ser feliz contigo
—¿Qué? ¿De qué hablas? Podemos ser felices, con Flor y los demás, solo debemos rescatarlos
—¡No! ¡Lo siento! ¡Lo siento! —sollozó mientras salía de mi habitación—.
—¡Roxy! —grité mientras la perseguía intentando entender qué le sucedía y cómo podía ayudarla—.
El dolor del rechazo hizo que la princesa corriera por los pasillos buscando consuelo para olvidar sus sentimientos. Sentimientos que no tardaron en ser usados en nuestra contra por el dios más grande de todos, que se ocultaba en la tripulación. Ese dios, tomó mi apariencia para engañarla.
—¿Stan? —preguntó Roxy mientras escuchaba como la puerta de su habitación se abría—. ¿Eres tú?
—Lo he pensado mejor, y tienes razón, lo mejor es rendirse —dijo acercándose a mi compañera—. Así que déjame tomar lo que es mío, amor mío —añadió acariciando la mejilla de Roxy, mientras pequeños relámpagos salían de sus manos—.
—Sí… soy toda tuya, jaja, Stan —respondió nerviosa y emocionada—.
Ese dios que hurtó mi apariencia para engañar a mi compañera, la tomó por esa y las siguientes noches, hasta que los sentimientos de mi compañera despertaron la furia de una de las diosas más peligrosas del Olimpo.
—Amorcito, ¿Por qué hoy también madrugaste? Siempre que despierto no estás dormido conmigo —preguntó Roxy mientras me abrazaba en ropa interior—. Vuelve conmigo
—¿Qué? ¿De qué hablas? Yo no dormí contigo anoche
—Jaja, no digas eso, tú y yo ya somos amantes desde hace más de un mes, no tienes que ser tímido
—¿Eh? ¿Desde cuándo somos…? Espera, ni siquiera te he visto desde que fuiste a mi habitación y saliste llorando
—Jaja, ya amor, dime entonces quién estuvo conmigo anoche
—Ahm, no lo sé pero yo no era
—¿Cómo que tú no eras? ¿Y entonces quién era?
Justo en ese momento, toda la nave comenzó a temblar debido a que habíamos entrado a una especie de tormenta que escupía fuego y relámpagos. Toda la tripulación escuchamos la voz de una mujer en nuestras mentes, ella estaba enfurecida con todos debido a una traición de la única mujer del grupo:
“¡Ustedes mortales insignificantes! ¡¿Cómo se atreven a faltarme al respeto?! ¡Acostándose con el promiscuo de mi esposo!”
—¿Qué? ¿Te cogiste a Zeus?
—¡No lo hice queriendo! ¡Pensaba que eras tú!
—Mierda, esto no puede ponerse peor
La furia de la diosa comenzó a hacer que la nave empezara a perder el control, dentro de la nave la gravedad se desactivó por lo que no tardamos en flotar en los pasillos como Hermes siempre lo hacía. Sabía que en cualquier momento íbamos a impactar contra algo, así que abracé a Roxy para cuidarla con mi vida.
Antes de que todo se volviera negro por el impacto, pude ver el rostro cargado de furia de Hera. Su odio hacia mi amiga, fue lo que nos envió a un planeta desolado.
—Lo siento… —me disculpé, con lágrimas en los ojos antes de quedar inconsciente por el impacto—.