En las calles grises de Londres, Jannia, una joven y ambiciosa empresaria, se encuentra sumida en un abismo de dolor y odio después de ser víctima de un brutal abuso por parte de desconocidos. Con su mundo derrumbado, Jannia jura vengarse de aquellos que la han destruido. Sin embargo, a medida que se adentra en su búsqueda de justicia, se encuentra con un camino inesperado: el amor. ¿Podrá Jannia encontrar la paz y el amor en medio de su sed de venganza, o las sombras de su pasado la consumirán por completo?
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Capítulo 23: El Precio de la Responsabilidad
—Hanna —comenzó Jannia con voz firme pero suave—, hay algo importante que necesitamos discutir.
Hanna la miró con curiosidad y un atisbo de inquietud. La reciente llamada y el tono serio de su hermana no presagiaban una charla trivial. Jannia tomó un respiro profundo y decidió abordar el tema directamente.
—Primero, quiero decirte cuánto valoro tu apoyo durante todo este tiempo. Aunque no lo demuestre y Sé que no ha sido fácil, pero tu presencia ha sido un gran consuelo para mí.
Hanna asintió, un poco desconcertada por la formalidad de la conversación. Jannia continuó, cambiando el tono hacia algo más profesional.
—Ahora que la Fortuna Sinclair está en pleno crecimiento, he estado pensando en cómo podemos fortalecer aún más nuestro equipo. Tu título en negocios podría ser una gran ventaja para nosotros. Creo que ha llegado el momento de que ejerzas tu profesión y comiences a aplicar tus conocimientos en la empresa.
El rostro de Hanna mostró sorpresa, pero Jannia no se detuvo ahí.
—Además, he estado considerando algo que creo que será beneficioso para ti y para la empresa. Creo que deberías ir a Francia para hacer una especialización en administración de empresas. Sería un programa de dos años, y después de eso, podrías volver a ayudarme con todo lo que has aprendido.
El impacto de las palabras de Jannia fue inmediato. Hanna se quedó sin aliento, su rostro se desmoronó y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Qué? No, Jannia, no puedo hacer eso. Ahora no, no cuando todo está tan complicado… y tú… tú necesitas ayuda aquí.
Jannia sintió una punzada de dolor al ver la angustia en el rostro de su hermana. Intentó mantener la calma mientras su voz se mantenía firme pero comprensiva.
—Hanna, es una oportunidad importante para ti. Y también es algo que beneficiará a la empresa. Tú eres fundamental para nuestro éxito futuro. No es solo una decisión sobre tu carrera, es una inversión en nuestro futuro.
—¡No puedo dejarte sola ahora mismo! —exclamó Hanna, su voz temblando—. No puedo irme cuando estás atravesando todo esto. ¿Cómo puedes pedirme eso?
Jannia apretó los labios, sabiendo que la decisión era difícil pero necesaria. Su mente estaba llena de la promesa hecha a sus padres y del deseo de proteger a Hanna mientras también aseguraba el futuro de la empresa.
—Hanna, esto es lo mejor para ti y para nosotros. Yo me he comprometido a cuidar de ti y a protegerte. Después de la muerte de nuestros padres, prometí que haría todo lo posible para asegurarte un buen futuro. Y ahora, esto es parte de ese futuro.
—¿Protegerme? —replicó Hanna, con un tono de amargura—. No te has sabido proteger a ti misma. Tienes tanto dolor y amargura dentro que apenas puedes cuidarte. ¿Cómo puedes pretender que me envíes lejos mientras tú te hundes en esto?
Las palabras de Hanna golpearon a Jannia como una avalancha. Las lágrimas de Hanna, combinadas con su frustración, eran un recordatorio doloroso de la magnitud del sufrimiento de Jannia. Hanna continuó, su voz rota por la angustia. ¡No soy tu títere!
—No eres un títere, Hanna. Pero eres mi responsabilidad. Te prometí a ti y a nuestros padres que te cuidaría, y estoy tratando de hacerlo de la mejor manera posible.
Hanna se levantó también, enfrentando a Jannia con una furia contenida.
—Deja que yo elija lo que quiero hacer o no. No soy una marioneta que sigues moviendo a tu antojo.
Jannia, con el rostro tenso y la mirada decidida, respondió con firmeza.
—No, Hanna. Eres mi responsabilidad. Después de todo lo que hemos pasado, te debo más que solo protegerte. Debo asegurarme de que tengas la mejor oportunidad para crecer y tener éxito. Eso incluye a veces tomar decisiones difíciles, incluso si no las entiendes ahora.
Hanna, al borde de las lágrimas, miró a Jannia con una mezcla de dolor y desafío.
—¿Y qué pasa con tu capacidad para cuidarte a ti misma? Tú no te has cuidado adecuadamente, y ahora me pides que me vaya, sin saber qué es lo que harás con la búsqueda de justicia por tu cuenta. ¿Realmente piensas que esta es la solución?
Jannia sintió un nudo en la garganta mientras la realidad de la situación la abrumaba. Sin decir una palabra más, Jannia se dirigió rápidamente al baño, cerrando la puerta detrás de ella.
Una vez dentro, se derrumbó contra el lavabo, y las lágrimas comenzaron a fluir incontrolables. La amargura y el dolor la abrumaron, y su llanto resonó en la habitación. Hanna había tocado una fibra sensible, recordándole no solo el sufrimiento que llevaba dentro, sino también su incapacidad para encontrar una salida a sus propios problemas. El peso de las decisiones y el impacto en su relación con Hanna eran ahora una carga pesada que Jannia no podía ignorar.
Mientras lloraba, Jannia se preguntaba si realmente estaba actuando de manera correcta o si había fracasado en equilibrar la protección de Hanna con la necesidad de seguir adelante. Las lágrimas de Hanna y sus palabras reflejaban la lucha interna de Jannia, una lucha que parecía consumirla a ella y a su hermana por igual.
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