Fin A Nuestro Matrimonio

La revelación de la traición de Adrián dejó una profunda cicatriz en Valeria y Lucas. Mientras las autoridades continuaban trabajando en el caso, Lucas se vio obligado a enfrentar la realidad de que alguien a quien consideraba un amigo cercano había estado trabajando en su contra. A pesar de la traición, ambos sabían que era crucial seguir adelante y no dejar que esto los desmoronara.

Una tarde, mientras Lucas y Valeria estaban en casa, recibieron una llamada inesperada de Adrián. A pesar de las reservas iniciales, decidieron responder.

—Lucas, Valeria... necesito hablar con ustedes —dijo Adrián con voz temblorosa—. Sé que es mucho pedir, pero por favor, escúchenme.

Lucas apretó la mandíbula, luchando contra la ira y la decepción. —¿Qué quieres, Adrián? ¿No has hecho ya suficiente daño?

—Lo sé, y no espero que me perdonen, pero necesito explicarles por qué hice lo que hice —respondió Adrián, su voz llena de arrepentimiento—. ¿Podemos reunirnos?

Después de una breve discusión, Valeria y Lucas acordaron encontrarse con Adrián en un café cercano. Aunque la idea de enfrentarse a él era dolorosa, también sabían que necesitaban respuestas para seguir adelante.

Cuando llegaron al café, vieron a Adrián sentado en una mesa apartada, con la cabeza gacha y las manos temblorosas. Al verlos, se levantó y los saludó tímidamente.

—Gracias por venir —dijo Adrián, su voz llena de emoción—. Sé que no tengo derecho a pedirles nada, pero necesito que entiendan lo que pasó.

—Adelante, estamos escuchando —respondió Lucas, su tono frío y distante.

Adrián suspiró profundamente antes de comenzar. —Todo comenzó cuando Elena se acercó a mí hace unos años. Me prometió que si la ayudaba, me conseguiría un ascenso y más oportunidades en la empresa. Al principio, pensé que era solo una pequeña ayuda, nada grave. Pero luego las cosas se salieron de control.

Valeria y Lucas se miraron, sorprendidos por la confesión. —¿Por qué no nos dijiste nada? —preguntó Valeria—. Podríamos haberte ayudado.

—Tenía miedo —respondió Adrián, su voz temblando—. Elena tenía algo sobre mí, algo que podía destruir mi carrera y mi vida personal. Pensé que si la ayudaba, podría mantener todo bajo control. Pero me equivoqué.

Lucas sintió una mezcla de ira y compasión. —Así que, por miedo y ambición, decidiste traicionar nuestra confianza y destruir nuestras vidas.

—Lo siento mucho, Lucas —dijo Adrián, con lágrimas en los ojos—. Sé que no hay excusa para lo que hice. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para enmendar mis errores. Ya he entregado toda la evidencia a las autoridades y estoy dispuesto a testificar contra Elena.

Valeria miró a Adrián, su corazón dividido entre el dolor y la comprensión. —Adrián, lo que hiciste nos causó mucho dolor. Pero también entiendo el poder de la manipulación y el miedo. Lo importante ahora es que estés dispuesto a enmendar tus errores.

—Haré lo que sea necesario —dijo Adrián con firmeza—. Quiero redimirme, no solo por mí, sino por ustedes. No espero que me perdonen de inmediato, pero quiero demostrarles que estoy realmente arrepentido.

Con el tiempo, Valeria y Lucas decidieron darle a Adrián la oportunidad de redimirse. Aceptaron su disposición para colaborar con las autoridades y testificar contra Elena, sabiendo que su testimonio sería crucial para asegurar una condena.

A medida que el caso avanzaba, Valeria y Lucas continuaron trabajando en su relación, fortalecidos por el apoyo mutuo y la verdad. Aunque el camino hacia la recuperación era largo y difícil, cada paso que daban juntos los acercaba más a la sanación.

Adrián, por su parte, dedicó su tiempo a ayudar a la investigación y a reparar su relación con Valeria y Lucas. Aunque la traición nunca se olvidaría por completo, su compromiso con la redención y el arrepentimiento mostró que incluso los errores más graves podían ser superados con esfuerzo y sinceridad.

La experiencia les enseñó a todos que la redención y el arrepentimiento no eran solo palabras, sino acciones continuas y significativas. Y aunque el pasado no podía cambiarse, el futuro aún estaba lleno de posibilidades y esperanza.

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