Luna es una chica que quedó huérfana el día que nació, al tener heterocromia de iris, las personas de su pueblo la llaman bruja y desde pequeña comienzan a acosarla haciendo su vida miserable.
Ella sigue su vida "normal" hasta que un día sin más encuentra a un hombre herido en su cabaña.
Luna se enamora de él a tal punto de entregarse sin saber que esto la llevaría a un abismo de dolor, pero también la haría experimentar el más hermoso amor.
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Felicidad
Al escuchar a Anthony decir que me ama mis lágrimas comenzaron a salir, pero esta vez no eran lágrimas de tristeza sino que eran lágrimas de felicidad… De esa felicidad que hasta hoy estoy experimentando.
_ ¿Pero porqué lloras? ¿No te da gusto que te ame?._ Me pregunta tomándome de las mejillas con mucha ternura.
_ Claro que sí… no podría ser más feliz._ Le digo entre sollozos.
_ Entonces no llores más y mejor dame un beso._ Me dice acercándose a mis labios.
Enredé mis brazos sobre su cuello y nos fundimos en un beso apasionado lleno de mucho deseo.
Después de unos minutos nos separamos por falta de aire con la respiración agitada.
Me abracé a él con mucho amor sintiendo que el corazón casi me explotaba de la emoción y la felicidad que estaba experimentando. Yo la tan llamada “bruja” ahora había encontrado el amor de la mano de Anthony y ahora él mismo me había dicho que me ama, no podría ser más feliz.
_ Luna perdona mi pregunta pero como bien se dice a las mujeres nunca se les pregunta la edad, pero quisiera saber..¿cuántos años tienes?._ Me pregunta mirándome fijo.
Es verdad que nunca le hable de mi edad y esta pregunta me puso un poco… que digo un poco, me puso muy nerviosa ya que él me lleva por cinco años.
_ Eh… cumplí 19 años._ Le digo nerviosa.
Él al escucharme abrió los ojos por la sorpresa y ahí mi miedo se hizo mayor al pensar que tal vez se alejaría de mí.
_ Pensé que tendrías 21 o 22._ Me dice visiblemente sorprendido.
_ Sé que aparentó ser más grande pero tengo 19._ Le digo bajando la mirada.
_ Perdóname Luna, no te quise hacer sentir mal solo que me sorprendió de verdad._ Me dice tomando mi mentón para verlo._ Me perdonas mi niña._ Me dice con una sonrisita hermosa que hace que las mariposas en mi estómago vuelvan a revolotear.
_ ¿Mi niña?._ Digo en un susurro perdiéndome en su mirada.
_ Si, porque ahora sé que soy mayor que tú por varios años._ Me dice dejando un beso suave en mis labios.
_ Pero has dicho que parezco mayor._ Le digo esquivando la mirada.
Él me toma nuevamente de las mejillas para verlo.
_ Del rostro si te ves demasiado joven, pero el cuerpazo que tienes no creería que fuera de una chica de 19 años._ Me dice mientras me ve de arriba a bajo.
Me toma de una mano y hace que me dé una vuelta en mi eje mientras él me observa poniéndome súper nerviosa y sonrojada al sentir como clava su mirada en mi trasero.
_ Es que tus curvas naturales están donde tienen que estar._ Me dice lamiéndose los labios._ Y esté lunar en tú pecho que se asoma descaradamente se ha vuelto una de mis debilidades._ Me dice tocando el lunar de mi pecho que esta vez queda fuera debido al escote.
Bajé mi mirada avergonzada de las cosas que me decía, sentía que mi rostro ardía debido a la pena y a sus gestos.
Anthony levantó mi cabeza y comenzó a besarme apasionadamente esta vez introduciendo su lengua en mi boca y buscando descaradamente la mía, cuando la encontró comenzó a jugar con ella mientras yo me estremecía.
Con un movimiento rápido me tomó de la cintura y me sento sobre la mesa tirando todo lo que estaba encima.
Aunque ya habíamos tenido relaciones en el baño, esta vez fue completamente diferente lo sentí totalmente diferente, él me hacía sentir bien y querida, mientras me desnudaba lo hacía con mucho cuidado, sus toques también eran más delicados, sus besos ahora los sentía más apasionados y más dedicados.
Ahora puedo decir que hicimos el amor, porque mientras me lo hacía en cada oportunidad me decía que me amaba.
Después de más de una hora haciendo el amor los dos terminamos totalmente agotados recostados sobre la cama.
Anthony puso su brazo para que me subiera sobre el y yo no lo pensé dos veces, así que lo hice.
Pasamos toda la tarde acostados solo mirando las bigas del techo mientras platicábamos cosas sin importancia.
Los siguientes días no fuí a trabajar, para ser exactos paso una semana completa, donde todo lo que hacíamos era coger como conejos por toda la cabaña. Mentiría si digo que Anthony no beso hasta mi sombra.
Bueno aunque no sólo era hacer el amor, también salimos unas noches a ver las estrellas, algunas veces tuvimos suerte y miramos como varias estrellas fugaces pasaban sobre nuestros ojos y como niños pequeños pedimos deseos llenos de ilusión pensando que todos ellos se harían realidad.
Los siguientes días fueron hermosos, regrese a trabajar y como siempre Anthony me llevaba y me recogía del mercado, todo era hermoso parecíamos recién casados, decidíamos entre los dos que hacer de cenar y entre los dos la preparabamos, casi a diario tomábamos el baño juntos, ya casi se nos había echo costumbre esperar al otro para bañarnos y por supuesto también compartíamos la cama toda las noches y en casi en cada una de ellas hacíamos lo que las parejas hacen.
Era realmente feliz, pensé que mi vida había cambiado y ya no sería más “la bruja” como todos me conocían.
Bueno eso fue lo que que pensé pero como siempre la felicidad no es eterna y no dura para siempre.
Una mañana iba ir a trabajar, no tenía ganas de ir, me sentía rara pero tenía que hacerlo ya que el invierno se acercaba y teníamos que tener víveres.
Como todos los días Anthony me acompañó al mercado, me despedí de él a la entrada de éste y después me puse hacer mi trabajo como siempre. Estaba bajando algunas cajas de vegetales cuando comencé a sentirme mal inmediatamente fuí por agua para tomar pero en cuanto tome el agua mi me dieron un montón de náuseas, no lo pude resistir y corrí al baño para vomitar.
Me abrí un poco la camisa para que me diera aire, ya que sentía que me faltaba. Me olvidé de ese detalle y cuando salí del baño me encontré de frente con doña Irma, una señora a la que también ayudo en su puesto y quien me miraba fijamente con el ceño fruncido.
_ Lo sabía… ¡Sabía que tú eres mujer!._ Me dice sería.
^^^Continuará…^^^
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