Hacía tiempo creía que mi vida estaba resuelta, el esposo soñado, la familia amorosa pero nunca imaginé que la traición vendría de esa persona que creía mi único hogar.
Las apariencias engañan y todos verán quien fue el que engaño, miento y destruyó todo a su paso.
Que comience el juego.
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CAPITULO 24
ESMERALDA
No quería despertar, solo quería que el mundo se hundiera y yo me iría en el, esperaba de todos alguna traición, hasta de mi ex esposo, del mismo Franco que algún momento me usaría y después me echaría a la calle. No de ella, la busque todos estos años para vivir como una familia la promesa que hicimos de pequeñas, éramos nosotras contra el mundo.
Siempre supo dónde estaba, que hacía y jamás vino a darme la cara, solo se escondió cambiando su apariencia, conspiro con la maldita dueña del hospicio y esa mujer que pocas veces la vi en el orfanato, vivió una vida que no la pertenecía, engaño a su esposo y tomo algo que no le pertenecía.
Hubiera entendido que deseaba tener una familia, que se enamoró, pero nunca intento hablar conmigo, solo oculto todo su pasado dejándome en el olvido; espero que Luis Fernando desconozca todo esto porque ya no soportaría más dolor, él fue una luz dentro mi vida en el momento preciso:
- No entiendo porque me hizo esto, otra vez empecé a llorar.
- Basta Esmeralda, no merecen ninguna de tus lagrimas ni siquiera un pensamiento tuyo. No me había dado cuenta que Franco entro y me abrazo.
- Como seguir, me duele mucho su engaño siempre supo que la busque. Lo miraba, necesitaba que alguien me diga que todo era una mentira.
- Entiendo tu dolor, yo también fui engañado supuestamente por alguien que me amaba, desapareció y destruyo toda mi vida, quiso regresar como si nada hubiera pasado. No caí hasta que lo escuché, él también estaba mal y fue el único que creyó en mí, agarro mi rostro limpiando todas mis lágrimas.
- Lo lamento, olvide que también sufres, le tomo su rostro, necesito saber algo no quiero más mentiras y sé que lo sabes. Le suplicaba tengo que saber todo ahora.
- Te escucho. Me sentaba en la cama y tomaba mis manos.
- ¿Luis Fernando, sabía todo esto? Pregunté, pude ver en sus ojos dudas para responder.
- No es momento…. Lo pare y sostuve con fuerza.
- Dime, por favor, tengo el derecho de saber. Mi tono era de desesperación.
- Lo sabía todo, dijo, existe un contrato entre ambas empresas, tu familia y la mía se tenían que fusionar mediante un matrimonio concertado, la primogénita Miller con el de la Barrera. Explicaba.
- No entiendo. Esa parte no estaba en el informe que me dio.
- Ella suplanto el lugar en tu familia porque había mucho dinero, acciones, beneficios por ser la heredera de los Miller, Esther o Mariana como se llama ahora, te investigo dando que te habías casado con mi hermano y Luis Fernando estuvo enterado desde el primer momento que entro a la empresa, ambos se unieron para solo beneficiarse. Ya comprendía todo.
- Lo sabias y no pudiste decírmelo. Ya mi corazón no iba a soportar más.
- No quería que te siguieran haciendo daño, yo me encargare de hacerles pagar todo. Me beso las manos.
- Como es posible que todo esto tiempo supo la verdad, siendo mi marido compartíamos cama, él era alguien importante en mi vida. No sabía que esas palabras lo estaban lastimando.
- Hay veces que la persona menos pensada es la que más te lastima estando cerca de ti. Me dijo con la cabizbajo en un tono de tristeza.
- Te prometo que juntos acabaremos con todos, tome sus manos, no te dejare nunca. Lo decía de verdad, estaba convencida que Franco ya ocupaba un lugar especial en mi corazón y el idiota del ex marido, pronto me llegaría a su fin.
- No sabes lo feliz que me haces, desde el primer momento que te vi eres la mujer de mi vida, siempre te esperé. Y me dio un beso dulce, se sentía con mucho amor, delicado y con fervor.
Nos quedamos un poco más en cama abrazados sin decir una palabra, pude ver algunas lágrimas de sus ojos que empañaban su rostro tan varonil, vi cuan destrozado también estaba, no solo alguien que quiere lo daño también su hermano, aun devastado siguió adelante.
Sabíamos que todas esas personas buscarían de alguna forma separarnos para que no salga a la luz la verdad, durante el día planeamos nuestros siguientes pasos y debíamos estar preparados para lo que se vendría:
- ¿Estás seguro que funcionara? Pregunte, no estaba muy convencida de su propuesta.
- Sé que parece arriesgado, pero funcionara, confía en mí. Me dijo convencido.
- Está bien, pero debes prometerme que nada te sucederá, le decía, no puedes dejarme sola. No iba a soportar su perdida.
- Te lo juro, me dijo, mira tengo algo para ti. Y saco un collar en forma de luna.
- Esta muy bonito. Y lo admiraba, era una pieza única.
- Es como la marca que tienes, me sonroje, no quiero que te lo saques nunca y antes de que protestes, el collar tiene un GPS que indica cuál es tu ubicación, por favor eres mi vida y no soportaría perderte. Lo escuche.
- Nunca ¿me ayudas? Le pedía y me coloco el collar.
Sabía que vendrían tiempos difíciles, que este que sentíamos los dos lo pondrían en duda e intentarían separarnos por cualquier motivo, pero estábamos preparados para la situación que se presente y lucharíamos contra viento y marea. Que el mundo empiece a temblar que conocerán a los verdaderos enemigos, hoy más que nunca estaba decidida a vengarme de todos los malparidos y no me importara si alguna los quise, todos conocerán mi infierno y arderemos en las llamas.
