No Llames

Una semana después

—Aah, Ange.— Sol gemía sintiendo los besos húmedos de su chico, sus noches de entrega era cada día, una semana era poco para todo el deseo que se tenían, lentamente entraba en ella, disfrutando esa sensación, ese placer que no podían encontrar en nada más, que estar unidos en uno solo.

—Te amo, quiero amanecer todos los días así, contigo.— Susurró Ángelo sin dejar de moverse lento.

—¿Siempre o solo lo dices ahorita?— Ángelo apretó sus senos y dio un movimiento fuerte.

—Mi lobo solo acepta una chica en mi vida y la suya, eso debería preguntar yo, ¿me amaras siempre?— Sol solo gemía, no podía decir palabras, doblaba su espalda, clavaba sus uñas en la espalda de Ángelo, sintiendo como cada vez más se hundía en ella y lograba llevarla al límite del placer, ambos quedaron agitados, sus pechos subían y bajaban.

—Estaré contigo siempre, te amararé toda mi vida.— Respondió Sol agitada, Ángelo beso sus labios y la pego a él, debían descansar para volver a Inglaterra o su madre iría por ellos.

quedaban muchas cosas por saber, Angelo no le ocultaría su origen y su madre tampoco lo haría.

Dos días después

—Por fin, mínimo me hacen abuela de trillizos.— Hablo Zafiro llenado de besos a Sol y Ángelo.

—Ya madre, no seas exagerada.— Reclamo Ángelo en un suspiro.

—Querida, no creas que andaremos pendiente de todo lo que piensas.— Zafiro buscó un collar y se lo entrego.

—Con esto, puedes tener bloqueados tus pensamientos, así mi hijo no sabrá todo lo que piensas.— Sol estaba sorprendida, pensó que querrían saber todo lo que ella pensará o hiciera.

—Es ella mi nieta.— Sol abrió sus ojos, al ver al señor Montaner muy cerca, quien nadie conocía mucho su rostro.

—Wilson Montaner, para servirte preciosa niña, eres tan radiante como el sol.— Sol se acercó y lo abrazo, emocionada de tener una familia que la amara.

—Vamos a comer, así preguntas todo lo que quieras saber de nosotros.— William tomó el brazo de su esposa y Ángelo el de Sol junto a su abuelo, en el comedor todo era tranquilidad, risas, hablaban de la fecha del compromiso, de la boda y muchas cosas más, pero Sol se seguía preguntando, como terminó una bruja enamorada de un lobo o viceversa.

—Sol, siento que tienes una pregunta muy importante que hacer, no puedo saber cuál, pero tu mirada y nerviosismo lo dicen.— Le hablo Zafiro con una sonrisa, pero Sol no era capas de decirlo, se quitó el collar para todos supieran.

—Ja, ja, ja, ja.— Sin querer, todos se echaron a reír._

—Me avergonzarás, querida.—

—No lo veas así, querido, nuestro amor es único.— Le hablo Zafiro tomando su mano.

—Soy una mujer muy peligrosa, lo admito y digamos que siempre fui una amenaza para el pueblo donde estaba, siendo una niña de 8 años, empecé a leer mentes, descubrí infidelidades de todos, entre los mismos vecinos, hombres que tenían otras familias fuera, nadie sabía que era yo, pero cuando tuve mis quince años, un tío me descubrió, vio como abrí un portal, sí, a esa edad ya podía teletrasportarme, en el momento no hizo nada, era ese tipo de hombre que cree en lobos y brujas.

Quiso ayudarme, pasaron tres años y él me llevaba a un bosque para que yo practicaré mis poderes y le ayudará a casar para vender, pero las paredes tienen oídos, la esposa de mi tío descubrió unas libretas donde mi tío escribía todo lo que fui aprendiendo, hasta optó por un descubrimiento que hizo mi tío, ese collar donde yo no podía leer sus mentes.

Dos años después, Tres mujeres, molestas por qué ya sabían quién fue la responsable de que sus maridos la dejaran, más una mujer que odiaba la vida de mi tío, llevaron cinco niños al bosque, donde ya tenían una trampa para mí, yo fui sin pensar a rescatar a los niños y justo caí en una cueva, me golpee y quede inconsciente, me amarraron de pie y manos, para ese tiempo aún tenía que usar mis manos para recitar los conjuros.

Pase meses ahí, hasta que empecé a sentir un olor, sin duda era un rico olor._

Zafiro le sonrió a su esposo.

Flashback

—Vamos Will.— Hablo William, agitado, había salido de su casa, sacando a su lobo para que fuera donde él quisiera, pero de regreso Will, no quería, deseaba ir donde podía sentir una respiración débil.

—Sálvame.—

Le hablo algo en la mente de William, busco en todas direcciones y nada.

—Vamos Will, es una ilusión, puede ser peligroso.— Su lobo gruñó e insistió en ir a un lugar, lentamente fue caminando hasta ver una cueva, entró sin pensar y ahí estaba esa mujer. Cabellera negra azulada, ojos grises y cuerpo delgado, algo sucia y golpeada.

—¿Quién eres?— Pregunto William, no estaba convertido en lobo.

—Una bruja.— Respondió la mujer con una sonrisa, William se burló.

Pero dentro de él, podía sentir algo peligroso y no entraba en la mente de ella.

La ayudo a quitar las cadenas, la subió en su hombre y se convirtió en lobo, rápido salió de ese lugar hasta su casa, fue la peor cosa que pudo haber hecho para él, pero lo mejor para Wilson Montaner.