No todo puede ser color de rosa, ¿O si?
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Quiero A Victoria.
—¿Mami, por qué debemos quedarnos en la casa del tío Cédric? Quiero ir a casa... –se quejó Lily, pues ella no comprendía la gravedad de las acciones de su padre–.
—Nos quedaremos con el tío por un tiempo, cariño.
—¿Y papi cuándo vendrá? –la miró con inocencia y Victoria no pudo evitar sentir un profundo dolor en su corazón, pues sabía que este divorcio iba a ser muy difícil para su pequeña bebé–.
—Papi vendrá a verte pronto, lo prometo.
Mientras tanto, en la casa Hottawer, Alexander recibía la visita de su padre. El hombre no tuvo que compartir palabra con su hijo mayor, pues tan pronto como ingresó al lugar, lo vió sentado en el sofá con los ojos hinchados y una botella de whisky a su lado, entonces lo supo, Victoria lo había dejado.
—Así que, ¿Ahora es oficial? –preguntó el hombre, sentándose en frente de su hijo, pues aunque no le gustaba verlo de este modo, sabía que se lo merecía. No pudo evitar recordar cuando aún estaba casado con su esposa, ¿Cuántas veces ella estuvo de ese modo y él no lo supo? Al final, su mujer se canso y se divorció, siguiendo con su vida, sin él–.
—Victoria me pidió el divorcio –murmuró, enterrando su rostro en sus manos–. Soy un imbécil, papá –sus lágrimas comenzaban a caer– ¿Cómo pude dejarme engatusar? ¡Mira todo este lugar! –espeta, señalando a su alrededor–. Tenía mí hogar, una esposa y una hija... Lo tenía todo, pero no, mí estúpido trasero quería más.
—Es entendible, te sentiste deslumbrado por una mujer más joven, yo también pase por esto.
—Si, y por eso estás divorciado y yo voy camino a eso –se burló con amargura. La verdad es que no podía entender cómo pudo hacerle eso a Victoria. Si, ella había cambiado, había subido de peso, ya no tenían intimidad como antes y, cada vez que lo hacían, acababa muy rápido. Pero, aún así, ¿En qué momento dejó que todo se fuera al demonio y se metió con otra mujer? Ahora solo le queda ver cómo su esposa huye de él, y va directamente a los brazos de su hermano–.
—Papá, ¿Sabes cuantos bebés ha perdido Victoria a lo largo de nuestro matrimonio? –preguntó, llamando la atención del hombre, pues de eso es algo que jamás habían hablado–. Tres, tres bebés fue los que perdimos. Y cuando Lily nació, joder, todo nuestro mundo giró a su alrededor y yo era el hombre más feliz. Sin embargo, hace poco traté muy mal a mí princesa, le grité, la dejé plantada en el baile que ella esperaba con ansias, y estuve ausente en su cumpleaños, ¿Y por qué? Porque estaba teniendo sexo con una mujer más joven.
—Hijo, no te culpes así...
—No me culpo, papá. Sólo digo la verdad. Joder, me quejé de que Victoria ya no se arreglaba, la critiqué porque había subido de peso, pero en ningún momento me senté con ella y la invite a una cita como cuando estábamos saliendo. Nunca me detuve a comprarle ropa, y tampoco le decía cuánto la amaba o lo hermosa que era. Más a Camila le compré ropa de diseñador, zapatos y joyas, mientras que mí esposa estaba aquí, sufriendo sola. Soy un hijo de puta.
El hombre no respondió, pues todo lo que decía era verdad. Él no era quien para juzgar a nadie, pero definitivamente sabía que ésto era culpa únicamente de su hijo.
—Ahora me toca ver cómo mí propio hermano, aprovecha esta oportunidad para ligar con Victoria.
—Tu hermano no te haría eso.
—¿Eso crees? –se burló–. Él ha estado enamorado de Victoria desde que la presenté a la familia, ahora juega a ser su refugio, solo para quedarse con mí familia.
—Una familia que no cuidaste, Alexander. Lo que haga tu hermano, o Victoria, ya no es tu asunto. Eres mí hijo, y siempre te he apoyado en todo lo que has hecho, pero esta vez no, ahora estoy del lado de Victoria. Firma el divorcio y deja a esa mujer en paz.
Alexander observó el documento nuevamente, sabía que si lo firmaba, no habría vuelta atrás para su matrimonio. Y por muy egoísta que fuera, no quería perder a Victoria.
—Sé que lo que hice estuvo mal, rompí el corazón de mí esposa y su confianza, pero no quiero firmar. No quiero perderla, papá.
Él lo miró detenidamente, jamás había visto a su hijo de ese modo, tan destrozado y herido, lo peor es que sólo había un culpable aquí.
—Alexander, perdiste a tu esposa en el momento en el que dejaste entrar a otra mujer a tu vida. Allí debiste haber pensado en las posibilidades, ¿De verdad creíste que saldrías impune? ¿Pensaste que ella no iba a enterarse? Dijiste que ella era insulsa, que tu amante te daba lo que tu esposa no. Ya está, es todo lo que necesite escuchar, dale el divorcio a Victoria y podrás estar con esa joven.
—¡NO QUIERO ESTAR CON ELLA! Quiero a Victoria, papá... –su voz se cortó–. Quiero a mí Victoria –comenzó a sollozar en el hombro de su padre, como cuando era niño. Ahora mismo, se arrepentía de todo lo que había hecho, y tan solo quería que Victoria cruzará la puerta y lo abrazara nuevamente, más sabía que eso jamás volvería a ocurrir–.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, más precisamente a en un hermoso restaurante Italiano, se encontraban Laura y Joshua, cenando juntos plácidamente, disfrutando de la compañía del otro. Sin bien ellos no habían tenido intimidad ni nada por el estilo, ambos se llevaban muy bien y disfrutaban de pasar tiempo juntos.
Más no sabían que mientras ellos bromeaban y coquetaban, había alguien mirándolos desde un sector privado, se trataba de David; el esposo de Laura.
David no se encontraba particularmente solo, estaba con una de sus amantes de turno, al principio estaba pasándola bien con ella. Pero tan pronto como vió a su mujer ingresar al lugar con otro hombre, actuando tan acaramelados y felices, sintió una enorme rabia surgir en su interior. Más prefirió no hacer nada por dos motivos, uno, ella jamás le sería infiel. Y dos, no podía hacer una escena ahora, ya que él mismo estaba con su amante.
veo más conveniente que se divorcie y le demuestre que ella puede seguir adelante a pesar del dolor que el le causó veo innecesario el plan que tiene a menos que logren rescatar el matrimonio
ESPERO NO LLEVARME UNA GRAN DECEPCION COMO CON TANTAS OTRAS QUE HE LEIDO